bilbao - El Bilbao Basket disputa hoy uno de los partidos más importantes de lo que le queda de temporada. Visita al Levitec Huesca, el primer equipo que logró derrotarle esta temporada, peleó el puesto de Copa hasta la última jornada y que se mantiene en la pelea por el factor cancha en el play-off. Otro triunfo de los oscenses generaría una situación complicada para los de Álex Mumbrú, que caerían de los tres primeros puestos que vienen ocupando desde hace muchas jornadas para quedarse al alcance de su nutrido grupo de seguidores. Lo que hoy está en juego tiene, por tanto, suficiente importancia para aparcar la Copa que el Bilbao Basket disputará la semana que viene en Sevilla. Ese es el comodín de una partida a la que le quedan aún catorce manos que hay que saber jugar.

La de hoy no será sencilla ya que el Palacio de Deportes de Huesca, un lugar que no visita un equipo vizcaino desde los tiempos del Santurtzi en la LEB Plata, es una de las canchas más complicadas de la segunda categoría. Solo el Iberojet Palma ha logrado ganar allí, donde cayó el Real Betis en la primera jornada. Sin embargo, salvo en la última salida a Castelló, el Bilbao Basket se ha venido mostrando más cómodo como visitante, con menos presión, algo que necesitan varios de sus jugadores para sacar su mejor rendimiento y evitar los altibajos de rendimiento que pueden ser peligrosos en el objetivo de acabar la liga regular en la mejor posición posible.

Mumbrú advirtió de la calidad del Huesca, que a estas alturas ya no es ninguna sorpresa. Como el Bilbao Basket, los altoaragoneses pasaron su crisis de tres derrotas consecutivas que también cortaron la semana pasada. Tres de los jugadores del cinco inicial de Guillermo Arena anotan más de once puntos por partido dentro de un alto ritmo general y un estilo de juego bastante compensado que no se da muy bien a los vizcainos, con un par de generadores de juego, un par de tiradores como Haws o Aukstikalnis y Gjuroski y un pívot muy grande, Nurger o Hartwich, en la zona.

El Bilbao Basket va a tener que estar muy puesto en defensa para sujetar a las piezas claves del equipo oscense y, sobre todo, mantener una estabilidad en las rotaciones para elevar la confianza general y lograr que su mayor rotación se note. A partir de ahora, quien perdone lo puede pagar y casi todo el mundo cree que los hombres de negro ya han perdonado demasiado.