El Amorebieta sigue sin obtener premio a su trabajo a domicilio. Compite, pugna por los puntos en cada visita, pero continúa sin sumar lejos de Lezama más allá del sufrido empate cosechado en Ibiza. Ni siquiera contra diez jugadores desde el tramo final de la primera parte pudo rascar algo en Tenerife, donde los azules, con un penalti más que dudoso en contra, mordieron el polvo por 2-1 tras completar otro ejercicio de impotencia como visitantes.

La apuesta por Olaetxea en detrimento de Iker Bilbao fue la única variación que introdujo Iñigo Vélez en el once inicial respecto al partido anterior ante el Sporting. No había repetido alineación el técnico gasteiztarra desde la primera cita del campeonato y la visita al Heliodoro no fue una excepción dentro del plan establecido por el capataz de un equipo que optó por juntar las líneas y buscar el juego directo para sorprender al cuadro tinerfeño. Bien plantados sobre el verde en los compases iniciales, los azules consiguieron cerrar de entrada todas las vías de acceso a los de Luis Miguel Ramis y a punto estuvieron de sacar tajada de la estrategia.

Peinó Guruzeta el esférico en el primer palo en un córner y lo embocó a placer en el segundo Obieta, quien vio interrumpida su celebración al ver al asistente levantar el banderín. Confirmó el VAR su posición antirreglamentaria y poco más ocurrió digno de mención hasta la media hora de juego. Sin presencia apenas en las áreas, el Tenerife aprovechó una acción aislada para adelantarse en el marcador. Armaron una rápida ofensiva los canarios y Elady ganó la partida a Irazabal en el juego aéreo para cabecear a gol un envío lateral que no dejó en buen lugar al central bilbaino.

Santamaría, en su intento de sacar un balón que se estrelló contra el poste antes de cruzar la línea de gol, quedó lastimado del hombro y, pese a intentar continuar en el campo, tuvo que ser sustituido por Saizar, quien disputó los primeros minutos de la temporada. La situación volvió a tornarse crítica para los zornotzarras en calidad de visitantes ante la obligación de remar contracorriente frente a un rival de armas tomar. Pintaban bastos, pero pocos minutos después Mellot regaló al Amorebieta cerca de una hora de partido en superioridad numérica al autoexpulsarse con una inexplicable segunda cartulina amarilla que volvió a cambiar por completo el paisaje. Con un jugador más sobre el verde desde el minuto 38, los azules tomaron el control del partido. No quedaba otra.

IMPOTENCIA

El primer acto, sin embargo, tocó a su fin sin apuros reseñables para el Tenerife, que logró alcanzar el tiempo de descanso sin verse exigido en defensa. Tampoco el inicio de la segunda mitad proyectó la imagen de un Amorebieta punzante y con la determinación ofrecida en sus actuaciones como local, mal que se repite cita tras cita a domicilio y que obligó a Iñigo Vélez a mover el banquillo por partida doble en el minuto 55.

Olaetxea y Guruzeta, sin peso en el envite, dejaron su lugar a Iker Bilbao y Amorrortu, pero la reacción del colectivo brilló por su ausencia hasta el punto de que fue el Tenerife el equipo que parecía sentirse más cómodo. Y así fue con la ayuda del colegiado y del videoarbitraje, que castigaron con penalti una dudosa falta por juego peligroso de Irazabal dentro del área que supuso el 2-0. Engañó Shashoua a Saizar para poner al Amorebieta delante de una montaña cada vez más difícil de escalar, pero nunca imposible. Si algo han demostrado los zornotzarras desde su debut en la categoría es su capacidad para competir en cualquier tesitura y lo hicieron también en el Heliodoro con dos goles en contra, pero con un hombre más.

Fue el momento de Iñigo Vélez, quien modificó el dibujo táctico para lanzarse a la aventura con nuevas armas al introducir dos jugadores de ataque y prescindir de uno de los tres centrales. El equipo lo agradeció. Etxaburu, instantes después de ingresar en el campo junto a Orozko, redujo diferencias de cabeza para dar esperanza a los azules y volver a abrir el encuentro con más de veinte minutos por delante.

Trataron de apretar los vizcainos, que embotellaron al conjunto canario, pero sin la fuerza necesaria para exigir al guardameta Soriano. De nada sirvió que, como ya es costumbre, el Amorebieta cerrara el partido con más disparos que su rival (8-12) y, en esta ocasión, con un 59% de posesión. Pagó caro su impotencia con balón y la controvertida decisión arbitral que dio pie al segundo gol del Tenerife, que sumó los tres puntos para dejar a los de Iñigo Vélez una semana más como penúltimos clasificados en una Liga SmartBank que pondrá frente a frente al Amorebieta con el Cartagena el sábado en Lezama.

FICHA TÉCNICA

TENERIFE: Soriano; Mellot, Sipcic, León, Pomares, Sanz (Min. 84, Sergio), Corredera, Rubén Díez (Min. 58, Míchel), Bermejo (Min. 41, David), Elady (Min. 58, Mollejo) y Shashoua (Min. 84, Álex Muñoz).

AMOREBIETA: Santamaría (Min. 34, Saizar); Larrazabal, Lozano, Arregi (Min. 68, Etxaburu), Irazabal, Ozkoidi, Larrucea, Olaetxea (Min. 55, Iker Bilbao), Álvaro Peña, Guruzeta (Min. 55, Amorrortu) y Obieta (Min. 68, Orozko).

Goles: 1-0: Min. 29, Elady. 2-0: Min. 64, Shashoua, de penalti. 2-1: Min. 70; Etxaburu.

Árbitro: Víctor García Verdura (Comité catalán). Expulsó por doble amarilla en el Tenerife a Mellot (Min. 33 y 38) y amonestó a Sanz (Min. 39), Sergio (Min. 93) y Shashoua (Min. 94). Por parte del Amorebieta vieron la cartulina amarilla Olaetxea (Min. 27) e Irazabal (Min. 63).

Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada de LaLiga SmartBank disputado en el Heliodoro Rodríguez López con la presencia de 12.500 espectadores en las gradas. La recaudación íntegra de la taquilla fue destinada a los afectados por la erupción volcánica en La Palma.