JOSEP Maria Bartomeu cumple el próximo año su segundo mandato en la presidencia del Barcelona, no podrá presentarse a la reelección y designó a Emili Rousaud como el hombre ideal para mantener su impronta en el club catalán. Se trata de un hombre de perfil bajo, un desconocido incluso entre la hinchada culé. Ahora ya se sabe de él en todo el mundo, pues no es muy habitual que un delfín termine convirtiéndose en un tiburón. Rousaud le ha dado una enorme dentellada a Bartomeu, cuestionando su credibilidad al denunciar que en el seno de su directiva anida la corrupción. Eso sí, lo hizo después de dimitir el 9 de abril junto a otros cinco directivos, tres días después de ser invitados por Bartomeu a abandonar la junta aduciendo discrepancias.

Desde entonces Rousaud está que no para. El pasado viernes, por ejemplo, encontró eco en L’Equipe, donde se le planteó un tema recurrente para los parisinos: Neymar. “Es posible su vuelta (al Barça). El interés es real, aunque el tema es complejo”, señaló, añadiendo después lo obvio, que los tres implicados (Barça, PSG y sobre todo el jugador), se tienen que poner de acuerdo y luego ya se verá si se paga a plazos o con un intercambio de cromos. Por descontado que el expresidente azulgrana ya ha pasado, y con fruición, por todos los foros mediáticos de Catalunya e incluso de Madrid repitiendo sus frases lapidarias. Que “alguien ha metido mano en la caja” o que “la corrupción en el seno del club queda patente”.

El pasado día 13 la junta directiva anunciaba que emprenderá “acciones penales” contra Rousaud por considerar que sus “acusaciones perjudican gravemente la imagen de la institución”, según recoge el comunicado.

El caso es que Emili Rousaud, vocal de la Junta Directiva desde julio de 2015, fue promovido el pasado 2 de enero al puesto de vicepresidente institucional del Barça, un cargo de confianza que escenificaba su condición de candidato oficialista. Sin embargo hubo un episodio que cambió la perspectiva y la estrategia del delfín. Se trata del Barçagate, un caso destapado por Radio Barcelona donde se desvelaba que el club había contratado a una empresa (I3 Ventures) para ofrecer una versión positiva de la junta en las redes sociales, pero pagado a un precio fuera de mercado. Además de este cometido, la empresa lanzó críticas utilizando diversas webs para atacar a futbolistas tan emblemáticos como Messi o Piqué, pero también a exjugadores, exentrenadores y expresidentes, así como a futuros candidatos para las elecciones del 2021.

El conocimiento de esta actividad y del sobrecoste, un millón de euros, y la forma de pago, mediante facturas por debajo de los doscientos mil euros para evitar el control de la junta, llevó a un grupo de directivos a encararse con Bartomeu, tensar la relación y pedirle un adelanto electoral. El presidente reaccionó invitando a tres de sus compañeros a marcharse y encargando también una auditoría, pendiente de resolución, para esclarecer el asunto de I3 Ventures. Finalmente se fueron seis directivos y Rousaud inició su campaña de hombre cívico.

Sin embargo el resto de los directivos dimitidos no secundaron la cruzada del socio 31.011, de 55 años de edad, licenciado en Ciencias Empresariales, Dirección y Administración de Empresas, además de poseer un Master en Asesoría y Gestión Tributaria y ser el fundador y director general de Factor Energía, primera empresa comercializadora de electricidad nacida en el mercado liberalizado, cargo que combina con la vicepresidencia de la patronal catalana PIMEC. El currículum de Emili Rousaud i Parés es mucho más amplio y probablemente saciará su ambición con el summun

Conocida la decisión de la directiva azulgrana de querellarse, el pasado martes Rousaud respondió al desafío con un comunicado de seis puntos donde destaca que “la existencia de corrupción en el seno del club queda patente en el hecho ya demostrado de que se hayan desmenuzado contratos entre compañías vinculadas (una radicada en un paraíso fiscal que vulnera la ley de prevención de blanqueo de capitales) con la finalidad de evitar los controles internos, las aprobaciones por parte del Comité de Adjudicaciones (que vela por la compra a precios de mercado) y de la junta directiva”.

Por eso, añade, “las afirmaciones categóricas que he efectuado respecto a este asunto son absolutamente ciertas y demostrables”, por lo cual “la querella anunciada no tiene ningún tipo de fundamento”.

Al día siguiente, en RAC 1, Rousaud plegó velas, admitió que no tiene pruebas de que “alguien del club haya metido mano en la caja”, dijo incluso que está “arrepentido” de esa frase lapidaria para luego reiterar que “existe corrupción” en el Barça. Y precisamente por eso dejó de ser delfín para morder como tiburón.

La baza de Xavi Hernández. Víctor Font es fundador de Delta Partners Group, conglomerado que diversifica el sector tecnológico con las telecomunicaciones y la financiación y tiene su sede en Dubái. Es además copropietario del diario Ara y de momento el único que ha confirmado su precandidatura para las elecciones de 2021. Destacado independentista, con él sería su “gran amigo” Xavi Hernández el entrenador. Al proyecto (recuperar las esencias de Cruyff), se sumaría, insinúa, otro histórico, Carles Puyol, y no descarta sumar a Andrés Iniesta. Emili Rousaud tenía el apoyo de la directiva, con lo cual habría eludido el aval del 15% del presupuesto (150 millones de euros). Ya no está en la junta y no ha confirmado si se presentará. Oriol Tomàs o Xavier Vilajoana, cuyo padre fue directivo con Núñez, podrían ser ahora los candidatos oficialistas. Además, Joan Laporta, presidente entre 2003 y 2010, derrotado por Bertomeu en 2015, amaga con volver. Agustín Benedito, que se presentó en 2010 y 2015; Toni Freixa, candidato en 2015; y María Teixidor, que abandonó la directiva de Bartomeu, podrían sumarse también en la carrera.

La invitación de Bartomeu a dejar la directiva desató a Rousaud: el caso ‘Barçagate’ ha demostrado que existe la corrupción en el club