Cuando Kepa Arrizabalaga se convirtió aquel 8 de agosto de 2018 en el portero más caro del mundo, condición que todavía ostenta, los cimientos del Athletic permanecieron inalterables. Con la perspectiva del año y medio transcurrido la maniobra se ve como el negocio del siglo. El Chelsea pagó su cláusula de rescisión, de 80 millones de euros, y pocas veces como entonces se tuvo garantizado el relevo en una demarcación tan sensible. Estaba Iago Herrerín, preparado para tomar el puesto de inmediato, y se barruntaba un futuro espléndido con Álex Remiro, que salió rana por su decisión de no atender la oferta de renovación, y sobre todo con Unai Simón, portero titular a quien muchos ya incluyen en la lista de la selección española para la próxima Eurocopa, sobre todo tras la caída en desgracia del guardameta de Ondarroa.Kepa no ha jugado los cinco últimos partidos disputados por el equipo londinense, el último, frente al Bayern de Múnich en la Liga de Campeones, de especial sensibilidad. Ante un compromiso así, el entrenador no está para zarandajas. Pero Frank Lampard volvió a poner al argentino Willy Caballero, quien a sus 38 años le inspira más confianza que Arrizabalaga, de 24 años y cinco temporadas más de contrato por delante.

Según el diario británico The Sun, el Chelsea ha declarado transferible al meta vizcaino e incluso se especula con una oferta al Atlético de Madrid: Kepa a cambio de Jan Oblak más 30 millones de euros.

La operación se enmarca en una amplia limpieza que a petición de Lampard prepara Román Abramóvich, magnate ruso y dueño del club, para intentar devolver al Chelsea el esplendor perdido. En esta lista acompañarían a Kepa jugadores como Marcos Alonso, Pedro, William, Emerson, Ross Barkley o Jorginho.

El entrenador apela a la meritocracia para justificar la defenestración de Arrizabalaga. Entiende que haber costado la barbaridad de 80 millones de euros no le garantiza la titularidad. Da a entender sobre todo que Willy Caballero entrena más y mejor, y por eso debe jugar. Cuando Lampard dejó por vez primera en el banquillo al portero vasco, en el Leicester-Chelsea de la vigésimo quinta jornada de la Premier League, aclaró que no era "un toque de atención". "Fue una elección de un día", añadió Lampard, "porque quiero que todo el mundo esté preparado para salir y jugar. Sé lo que habrá significado para él, pero cualquier jugador puede quedarse fuera, excepto quizás Cristiano y Messi", dijo.

No fue de un día. Kepa siguió quedándose al margen en partidos de alcurnia, ante el Manchester United, Tottenham y Bayern, y muchos analistas achacan su caída en desgracia a la fragilidad defensiva del equipo con Lampard, un histórico del club pero casi imberbe en los banquillos.

Los devaneos del técnico, sin embargo, le pueden costar a Kepa ese sitio en la lista del Luis Enrique que parecía tener garantizado.