DOHA. El brasileño Roberto Firmino dejó al Flamengo sin poder realizar el sueño del segundo título mundial de clubes y coronó ayer al Liverpool por primera vez en su historia al marcar el único gol de la final en el comienzo de la prórroga. El delantero, que ya fue fundamental en la semifinal contra el Monterrey mexicano con un gol en el tiempo de descuento, decantó una final dura e intensa en el estadio Internacional Khalifa de Doha. De esta forma, el equipo dirigido por Jurgen Klopp se impuso en el minuto 99 al campeón de la Copa Libertadores y sucedió así al Real Madrid como campeón del Mundial de Clubes y prolongó la hegemonía del fútbol europeo.

Sin embargo, el Flamengo, campeón de la Liga brasileña, dominó la primera mitad, sufrió en la segunda y llegó a la prórroga con más corazón que energía. Pero el Liverpool arrancó la final a toda velocidad. En apenas cinco minutos dispuso de tres oportunidades y dejó claro su estatus de favorito. Los brasileños aguantaban como podían. Con todo, el ímpetu del Liverpool amainó y renunció a la posesión. Entonces, el Flamengo empezó a crear peligro, solo le faltó más acierto de cara a los tres palos para romper la monotonía de la primera mitad.

En la segunda, el partido se rompió con los dos equipos en busca de un gol que se percibía como definitivo. Firmino y Salah fallaron; y Gabigol no cumplió en su cita. El ritmo fue frenético, pero el marcador no se movía. Los miles de flamenguistas en el Internacional Khalifa vibraban, mientras los ingleses veían con preocupación como se retiraba lesionado Oxlade-Chamberlain.

Sin tiempo para más y con el Flamengo pidiendo la hora, la final del Mundial de clubes se fue a la prórroga, a la que el equipo carioca llegó extenuado. Por eso, en un contragolpe conducido por Mané lo culminó Firmino. El delantero de la selección brasileña no erró a la tercera, controló, amagó y disparó para darle al Liverpool su primera corona mundial.