BILBAO. Suecia y Polonia, más un tercer rival que saldrá de la repesca que tendrá lugar a finales del próximo mes de marzo entre Bosnia, Irlanda del Norte, Eslovaquia e Irlanda, serán los rivales que tendrá la selección española en San Mamés, una de las doce sedes que acogerán la Eurocopa 2020, torneo que arranca el 12 de junio en el Olímpico de Roma y concluirá un mes después en Wembley, escenario de las semifinales y la gran final.

Si al renacido para la causa futbolística Luis Enrique Martínez le hubieran pedido un sorteo a la carta, probablemente el técnico asturiano habría elegido los rivales que le han tocado a España en suerte. Otra cosa es su atractivo para Bilbao, donde el evento se concibe como una oportunidad de negocio y fomento de su imagen internacional.

Suecia, primer rival, el lunes 15 de junio, arrastra por tradición a un importante número de aficionados. Tienen fama de espléndidos en el gasto y pacíficos en las formas. No parece el perfil de Polonia, que jugará en San Mamés el sábado 20 de junio. Las hordas de ultras que suele acompañar al equipo que dirige Jerzy Brzeczek están entre las más violentas del continente, un mal augurio para una ciudad que ya está harta de soportar este tipo de episodios.

Hosteleros y público en general aguardan con expectación y por razones obvias a que el tercer contrincante, para el miércoles 24 de junio, venga de la brumosa República de Irlanda, aunque la otra, la del Norte, también aspira al puesto junto a la Bosnia de Kenan Kodro y Eslovaquia.

San Mamés acogerá un cuarto partido, ya en la fase de octavos de final, y sin la selección española como inquilina, a no ser que termine como tercera de su grupo, lo cual parece bastante improbable. Si se impone la lógica y Bélgica acaba liderando el grupo B, donde el sorteo llevado a cabo en Bucarest le colocó junto a Dinamarca, Rusia y Finlandia, disputaría el pase a los cuartos de final en Bilbao.

El otro contrincante es más difícil de imaginar, y sería el tercer clasificado de los grupos A, D, E y F, con lo cual podría caer Francia, Alemania o Portugal, ilustres contendientes del complicadísimo grupo F, a falta de la selección que complete el cuarteto, que saldrá de la repesca A (Islandia-Rumanía y Bulgaria-Hungría). Es decir, que San Mamés tiene la opción de despedirse de la Eurocopa 2020 con una eliminatoria en octavos de alcurnia.

El camino a la final

El sorteo, que estuvo muy condicionado en la configuración de los bombos y de los grupos por las dispersión de las doce sedes del torneo, fue sumamente amable con la selección española. Teniendo en cuenta que se clasifican los dos primeros y los cuatro mejores terceros el pase a los octavos de final está prácticamente garantizado.

De terminar liderando el Grupo E, el combinado estatal jugaría los octavos de final en Glasgow el 30 de junio, y su rival sería uno de los terceros del Grupo A, B, C o D. Es decir, se libraría de toparse, por ejemplo, con el terceto del grupo de la muerte (Alemania, Francia y Portugal), y si compra billete los cuartos de final llevarían a España hasta Roma. En esta fase ya le esperaría un rival de fuste, a elegir entre Inglaterra o Croacia, que llegarían hasta esta ronda desde el Grupo D; o uno de los equipos del Grupo F, es decir, Alemania Francia o Portugal, preferentemente.

Las circunstancias de terminar en la segunda posición del grupo alteraría sobremanera el camino hacia la final de Wembley, ya que en los octavos de final, con sede prevista en Copenhague, el 29 de junio, el rival sería el segundo clasificado del Grupo D, donde se encuadran Inglaterra, Croacia, República Checa y el ganador de la repesca C (Escocia, Israel, Noruega y Serbia).

Acontecimiento

El evento futbolístico para Bilbao presenta otra vertiente extraordinaria, porque desde 31 de mayo de 1967 no juega España en San Mamés. Lo hizo entonces ante Turquía, a la que ganó (2-0) con goles de Grosso y Gento, en un partido clasificatorio para la Eurocopa de 1968.

El regreso de la selección española después de 53 años de ausencia ha generado el inevitable debate social en Euskadi, reflejado tanto en el Ayuntamiento de Bilbao como en el Parlamento vasco. El alcalde de la capital vizcaina, Juan Mari Aburto, como el lehendakari, Iñigo Urkullu, han coincidido en destacar que San Mamés es una de las sedes de la Eurocopa, con todo lo que implica como “evento internacional,” por encima del hecho puntual de albergar, principalmente, los partidos de España.