madrid - Joao Félix, el fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid, no le presta “ninguna” atención al precio de su traspaso, 126 millones de euros, ni siquiera siente la presión de esa cantidad ni de suplir a Antoine Griezmann, del que toma el 7 con un desafío enorme e insistente: “Hacer historia”.

“Este tema de las cantidades son temas del mercado. No sé nada de eso. Me dedico a jugar, a hacer mi trabajo y hacerlo lo mejor que pueda para ayudar al club en el que estoy (...) No le presto mucha atención. O ninguna. Simplemente hago mi trabajo”, explicó dos veces con naturalidad, consciente de que su llegada está acompañado de un traspaso récord en el Atlético, en el Benfica y el fútbol luso.

El cuarto fichaje más alto económicamente hasta ahora de la historia del fútbol es un chico de 19 años, que apenas lleva un año en la elite, pero que sólo ha necesitado ese tiempo para ser la irrupción más impactante de la última temporada y, a la vez, para ser el elegido por el Atlético para suplir a Antoine Griezmann, su mejor goleador de los últimos 40 años, con 133 tantos en 257 duelos.

“No tengo esa presión. Me desconecto un poco. Ni leo ni veo nada. Me limito a hacer mi trabajo y a dar lo mejor de mí para ayudar al equipo”, valoró Joao Félix, que lucirá el 7 del francés, que agota sus horas en el club mientras no se presenta a la pretemporada y espera el pago de su cláusula de 120 millones del Barcelona.

cristiano y las comparaciones “Estoy aquí para darlo todo y para hacer historia en el club”, proclamó en sus primeras palabras de la comparecencia el delantero luso , ya internacional absoluto con su selección, en la que ha coincido con Cristiano, con las inevitables comparaciones que surgen cuando otro portugués como él ha valido 126 millones.

“Es un gran jugador, actualmente es el mejor del mundo y a lo mejor el de siempre. Cuando estábamos en la selección él me hablaba de Madrid, que le gusta mucho, pero yo estoy aquí para hacer mi historia. Para ser recordado como Joao Félix. Cristiano es Cristiano y yo quiero ser yo mismo”, dijo el joven, cuya definición goleadora es indudable. Ha marcado 20 goles en 43 duelos, con 11 asistencias.

Con camisa blanca, pantalón gris, zapatillas negras y suela blanca, sin cortaba, sobre las 13.10 horas entró en el auditorio del Metropolitano Joao Félix, que no estará solo en Madrid. Ha sido “difícil” despedirse del Benfica y dejar su país, admitió. Para minimizar ese impacto, cuenta con la compañía en la capital del Estado de sus más allegados. “No es fácil salir de mi casa y de Portugal. Voy a tener siempre a mis padres. A mi hermano no, porque juega allí, pero mis padres y mis amigos me van a acompañar siempre. Nunca estuve solo y no voy a empezar a estarlo ahora”, dijo.