Bilbao - Alberto Undiano Mallenco (Ansoain, 1973) cerró su carrera como árbitro, de casi treinta años, diecinueve en Primera División, dirigiendo la final de Copa entre el Barcelona y el Valencia. El 9 de junio la UEFA también quiso premiarle concediéndole la final de la Liga de las Naciones, disputada en Oporto entre Portugal y Holanda. Y al día siguiente fue agasajado por todo lo alto en la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol, donde le distinguieron con la insignia de oro y brillantes por su “excepcional trayectoria profesional en el arbitraje nacional e internacional”. No en vano tiene el récord de partidos en la máxima categoría (348) y además ha dirigido un total de 139 encuentros internacionales.

Pero en el reconocimiento casi unánime a su labor hay al menos una laguna. Por ejemplo, entre la hinchada del Athletic, muy descontenta con sus arbitrajes, más allá de que no acompañasen los resultados. Una suspicacia que incomoda sobremanera al colegiado navarro.

Pasados unos días y después de tantos años en el arbitraje, ¿ya ha asumido su retirada?

-He acabado una etapa de mi vida, pitando partidos importantes y estoy empezando otra, ayudando al resto de los compañeros que vienen empujando desde abajo. Me encuentro bien, tranquilo y contento.

¿No hay al menos nostalgia?

-No? Lo tenía muy claro desde hace tiempo. Lo noto cuando entreno ahora, porque no es lo mismo hacerlo con la necesidad de estar en forma para arbitrar que por afición. Poco a poco me voy adaptando a la nueva vida.

De hecho no se va del todo. Seguirá ligado a la profesión en la RFEF.

-Sí. Apoyando a todos los árbitros, aportando el granito de arena de mi experiencia.

Se puede retirar sacando pecho, con una trayectoria tan larga y el reconocimiento en una profesión tan difícil como la de árbitro.

-Más que sacar pecho, lo que me voy es muy contento. En mi caso se da la circunstancia de haber permanecido muchas temporadas en Primera?

Iturralde González también se retiró batiendo récords y no le dieron la insignia de oro y brillantes?

-Bueno? Yo puedo hablar de mí, de lo contento que estoy con todas las muestras de cariño y no puedo más que agradecerlo, acabar la carrera con ese buen sabor de boca.

Sin embargo, también hubo aristas. Los seguidores del Athletic, y usted lo sabe, cariño precisamente no le tenían. ¿Qué les diría?

-No quiero generar polémica. Para mí todas las aficiones son absolutamente iguales y las tengo un respeto tremendo y no tengo ningún problema con ninguna.

Según las estadísticas, en los partidos que ha dirigido al Athletic casualmente no le han ido bien al equipo bilbaino. Eso es una causalidad, una estadística y para nada predisposición, como se ha especulado, ¿no?

-Me da la sensación de que me estás entrevistando mostrándome el capote para luego crear polémicas con equipos y demás. Lo que pasa es que es más fácil acordarse de los errores en contra que los errores a favor. Esa es la diferencia.

Todo lo contrario. Considero que ha sido un árbitro muy bueno y que fue solo casualidad que el Athletic no haya tenido buenos resultados, mayormente, con usted de árbitro. -En absoluto. Yo no tengo nada contra ningún equipo y lo único que intento es hacerlo lo mejor posible. Después de tantos años en el arbitraje, hay equipos con los que tienes mejores estadísticas que con otros. No hay más.

Sí, pero también porque hay una leyenda negra de Undiano Mallenco con el Athletic y ahora, tras su retirada, conviene dejar claro que no corresponde a la realidad, ¿no le parece? Dejarlo bien claro.

-No tengo ningún mal rollo con ningún equipo. Yo he salido siempre, durante toda mi vida, con mis tardes mejores y mis tardes peores, a hacerlo lo mejor posible con todos los equipos.

¿Usted es hincha de Osasuna? Porque ahora que ya no es árbitro en activo puede ejercer de hincha?

-No. Yo no soy hincha de nadie? La verdad es que esta entrevista no la entiendo.

Hombre, supongo que le gusta el fútbol y, como a todos los que nos gusta el fútbol, tenemos nuestro equipo favorito? No es nada raro eso.

-A mí me gusta el fútbol, pero no soy hincha de ningún equipo. ¿Sabes cuál es mi único equipo? El de los árbitros.

Pero el fútbol es pasión, identificación. ¿No lo entiende así?

-Uno cuando empieza a arbitrar? Yo cuando veo un partido en el campo lo único que quiero es que el árbitro lo haga bien. El resultado me da absolutamente igual.

¿Su familia, sobre todo los hijos, cómo han sobrellevado su condición de árbitro?

-Bien. Han visto que es parte de su trabajo. No ha pasado absolutamente nada.