Cuando todavía reverberan cortantes las palabras de Alexandre Vinokourov sobre la posible desaparición del Astana en 2021 en caso de que no se disputen carreras durante el presente curso, y retumba el eco áspero de la agónica situación del CCC, en plenos recortes salariales y con la acuciante necesidad de dar con un patrocinador para seguir respirando el próximo año; Sky News informó que Ineos, el gigante petroquímico que patrocina a la estructura de David Brailsford, ha pedido un crédito de 560 millones de euros al Gobierno británico para paliar el desplome de la demanda del petróleo debida a la crisis mundial desatada por el coronavirus

El Ineos, escaparate de la petroquímica, es el equipo más poderoso del WorldTour y se estima que maneja un presupuesto que ronda los 40 millones de euros, aunque alguna voces apuntan a que la cantidad alcanza los 45. La estructura británica da cobijo a tres ganadores del Tour: Chris Froome, Geraint Thomas y Egan Bernal, además de a Richard Carapaz, campeón del último Giro y uno de los fichajes estrella de la nave que pilota Brailsford, mánager del Ineos. A las joyas de la corona se le han de sumar una pléyade de especialistas cuyo engranaje hacen del Ineos un equipo imbatible en la Grande Boucle. Esa cantidad de formidables ciclistas sitúan al Ineos varios palmos por encima del resto, pero del mismo modo exige a la formación disponer del respaldo de un patrocinador tremendamente poderoso en lo financiero y generoso al extremo.

Hasta ahora Ineos, el relevo de Sky, cumplía con creces ambas condiciones, imprescindibles para el mantenimiento de un equipo de ensueño. La petroquímica, presidida por Jim Ratcliffe, el hombre más rico del Reino Unido, era un pozo de dinero gracias al negocio del petróleo y sus derivados, que le convertían en algo así como una versión petrolera del Banco de Inglaterra. El oleoducto bombeaba cantidades ingentes de dinero, pero el coronavirus ha frenado el caudal del beneficios que ofrecía el negocio del petróleo y sus derivados para la empresa. La multinacional gotea incertidumbre, herida por la incidencia de la pandemia, que ha puesto en evidencia las costuras del mundo de punta a punta.

El temor de brailsford

Con el negocio necesitado de liquidez y las perspectivas repletas de nubarrones porque el arranque de la actividad se retrasa, la multinacional ha pedido auxilio. Con la demanda del petróleo en pronunciado descenso, Ineos quiere negociar un préstamo con el Gobierno británico para paliar una coyuntura nada halagüeña no solo para la multinacional sino también para su equipo ciclista, financiado casi en su totalidad por la petroquímica. Antes de que se conociera la noticia de petición de un préstamo, Brailsford, mánager del equipo Ineos, intuyó que la crisis provocada por el covid-19 podría generar tensiones de tesorería en los equipos dependiendo de la actividad a la que se dedicará su patrocinador. "Ciertos equipos sufrirán un poco más la crisis que otros, dependiendo del sector en el que esté su principal patrocinador", radiografió Brailsford. A Ineos, la empresa, también le ha llegado la crisis y no es descartable que alcance al equipo.

La que parecía una fortaleza inexpugnable debido a sus pujanza económica, podría quedar tocada durante la crisis del coronavirus, que alcanza sin distingos a muchos sectores productivos, que se intuían impermeables por su rendimiento económico. Sin embargo, las reglas del juego han cambiado y en un tablero distinto, alterado y repleto de dudas, el petróleo y sus derivados también se han visto seriamente comprometidos por los daños causados por el frenazo industrial que ha provocado el coronavirus. En tiempos de pandemia, con la industria gateando, apenas balbuceando y el confinamiento y el cese de actividades a modo de receta profiláctica para evitar la expansión del patógeno, sobra petróleo, una situación que golpea de lleno en el corazón de Ineos, el gigante petroquímico.

Worldtour

El Israel, primero en concentrarse

Estrictas medidas. El Israel-Star-Up Nation ha decidido concentrar a parte de su plantel en Israel, convirtiéndose así en el primer equipo profesional en reunir a sus corredores en tiempos del coronavirus. Por el momento, la concentración se circunscribe solo a ciclistas israelíes y a parte del staff de la formación, perteneciente al WorldTour. La concentración se está llevando a cabo en el norte de Israel, donde los corredores reunidos están realizando sesiones de entrenamiento. En cualquier caso, las medidas sanitarias están siendo estrictas para evitar cualquier contagio. Los participantes en la concentración deben comer con el pertinente distanciamiento y las comidas, a su vez, se entregan en cajas individuales. La toma de temperatura corporal también es imprescindible para todos los participantes. Las reuniones se celebran al aire libre y el staff está obligado a emplear guantes y mascarillas.