En 1998, Haimar Zubeldia (Usurbil, 1977) debutó como profesional en las filas del Euskaltel-Euskadi. El equipo vasco confío en él cuando apenas era un chaval que destacaba en pista y ciclocross; y él le devolvió esa fe con tardes maravillosas de ciclismo, con dos quintos puestos en el Tour de Francia y una inolvidable etapa escapado en el mítico puerto del Tourmalet. Después, Zubeldia pasó por Astana, RadioShack y Trek antes de retirarse hace tres años. Pero el excorredor reconoce que su corazón siempre fue naranja. Por ello, no oculta la satisfacción que le da ver de nuevo unidos a las dos entidades que le convirtieron en ciclista.

¿Qué siente Haimar Zubeldia cuando vuelve a ver la unión entre Euskaltel y la Fundación Euskadi?

-Como aficionado y como excorredor lo único que me da es alegría porque enseguida a todos nos ha venido a la memoria lo que fue el Euskaltel-Euskadi. Con esta noticia nos vienen imágenes maravillosas de lo que supuso este equipo y este es un primer paso para ver a tener todo aquello.

Es un maillot que a usted en particular le trae muy buenos recuerdos.

-Al mirarlo me sale la sonrisa sola porque los de nuestra generación tuvimos la suerte de poder tener esta herramienta para poder ser profesionales. Yo, si a alguien le debo eso, es al Euskaltel-Euskadi. Estuvo a punto de la desaparición hace tres años y poco a poco está dando pasos firmes. Ojalá tengamos otra vez a los mejores de cada generación. Ahora tenemos a 20 corredores que están teniendo su oportunidad y ojalá las generaciones futuras tengan también la oportunidad.

Hablando de la actual plantilla, acaba de terminar la Vuelta a Andalucía y la Volta ao Algarve. ¿Cómo la ha visto?

-Pues muy bien y eso es lo más importante. Han arrancado muy bien la temporada y lo que bien empieza bien acaba. Ojalá sigan en esta línea porque se ve que el apoyo de las empresas está llegando.

¿Cree que tendrá la misma capacidad de captar tanta afición como antaño?

-Una de las principales características de este equipo es precisamente esa, que la gente lo siente como suyo. En el fútbol, la gente tiene feeling con el Athletic o con la Real Sociedad, pero en ciclismo, todos nos sentimos del Euskaltel-Euskadi. Esa es una de las mejores ventajas que tiene este equipo. Que el pueblo, aquel que es verdaderamente fiel al ciclismo, se siente partícipe de este equipo, más allá de que sea socio o parte de la Fundación. Y eso te da un plus porque te permite arrastrar a las masas.

¿Hasta dónde puede llegar este Euskaltel-Euskadi?

-Todos recordamos los mejores momentos del Euskaltel-Euskadi de entonces, en el World Tour, pero ahora sabemos que está un peldaño más abajo, en otra categoría. Así que lo mejor es trabajar en seguir adelante y no pensar en que podría volver a lo más alto. Aquí estamos de nuevo, pero prefiero ser cauto porque se tienen que dar todas las circunstancias, se tienen que alinear todos los astros. Tienen que llegar corredores buenos y los que tenemos tienen que crecer como ciclistas. Entonces, sí puede ser.

Es cauto, pero optimista.

-Está claro, hay que ser cautos pero hay que soñar porque los sueños a veces se cumplen y ojalá se pueda volver al World Tour.