Bilbao - La Unión Ciclista Internacional (UCI) confirmó ayer la sanción de dos años a Samuel Sánchez por su positivo por la hormona del crecimiento GHRP-2 con la que violó la regla antidopaje (ADRV), aunque admite la posibilidad de que la sustancia que fue hallada en el cuerpo del ya excorredor en un control realizado fuera de carrera el 9 de agosto de 2017 pudo deberse a “un suplemento contaminado que el corredor estaba tomando”. Así lo recoge la nota que hizo pública a media tarde el máximo organismo del ciclismo mundial. La confirmación definitiva del positivo del ovetense llega casi 26 meses después de que se hiciera público, el 17 de agosto de 2017, solo dos días antes del inicio de la Vuelta a España que partió de Nimes y en la que Samuel Sánchez iba a tomar la salida.

En su escrito, la UCI explicó que la tardanza en la toma de su decisión se debido a que realizaron “una revisión cuidadosa de las explicaciones y las pruebas presentadas por Samuel Sánchez”. Asimismo, aclaró que le hubiera gustado resolver el caso con anterioridad, pero que el establecimiento de la fuente del ADRV requería múltiples análisis científicos e investigaciones de seguimiento con el claro objeto de asegurar la obtención de conclusiones correctas.

El positivo del que fuera campeón olímpico en Pekín 2008 se resolvió mediante la aceptación de las consecuencias que recogen el Código Mundial Antidopaje y las Reglas Antidopaje de la UCI. De este modo, Samuel ve reducida la máxima sanción, que por casos similares suele ser de cuatro años, a dos -fue suspendido provisionalmente el 17 de agosto y su periodo de inelegibilidad concluirá el próximo 16 de agosto- y no tendrá ninguna sanción económica, que equivaldría al 70% de su sueldo anual. La resolución del caso puede ser apelada por la Organización Nacional Antidopaje de España y la Agencia Mundial Antidopaje. La UCI concluyó su nota asegurando que no hará “más comentarios” al respecto por el momento.

El propio Samuel Sánchez, corredor de Euskaltel-Euskadi entre 2000 y 2013 y que militaba en el momento de su suspensión en las filas del BMC, equipo que le despidió después de que la muestra B también diera positivo, se mostró conforme con la resolución, como así lo aseguró a través de un escrito que hizo llegar a los medios de comunicación. “La Unión Ciclista Internacional ha resuelto de forma favorable para mi persona el resultado adverso realizado fuera de competición en agosto de 2017. Esta resolución ratifica la no intencionalidad por mi parte al haber probado y demostrado la contaminación de un suplemento alimenticio. Manifiesto mi conformidad y satisfacción con la resolución del caso y sus conclusiones, quedando con ello, mi trayectoria e imagen intacta”, detalló.

Además, explicó que “han sido un año y nueve meses de silencio donde la comunicación y colaboración de mi equipo jurídico para con la UCI, con el único fin de buscar una respuesta a lo sucedido, han sido clave para llegar al final de una situación que no tenía sentido ni lógica alguna desde el primer momento”. Por último, se mostró crítico con situaciones como la suya: “Manifiesto mi confianza en los controles antidopaje, habiendo realizado cientos de ellos en mis 17 años de carrera, si bien expongo los riesgos externos a los que estamos expuestos, tal y como ha sucedido en mi caso”.