¿Cómo llega el Baxi Manresa a esta Final Four de Bilbao?

—Llegamos bien. No era un objetivo que tuviéramos a principio de temporada. Es un premio que nos hemos ganado durante todo el año pasando grupos y eliminatorias con equipos complicados. Ahora estamos recuperando gente y esperamos tenerles el viernes porque les necesitamos. En el último partido de ACB nos faltaron los tres bases (Dani Pérez, Dani García y Sylvain Francisco).

¿Y cómo está la afición a dos partidos de poder ganar un título europeo?

—¡Imagínate! Esta es una comarca de baloncesto pero somos un club muy humilde y todo el mundo va como loco. Todo el mundo quiere hacer el esfuerzo de ir a Bilbao a animarnos y a pasárselo bien y esto también es un premio para ellos. Hace años pasamos algunas épocas malas y ahora poder vivir una Final Four europea, cuando a nivel económico todo es tan complicado, es para ellos una pasada. Van a responder seguramente como la mejor afición. Nos han comentado que se desplazarán unos 2.000 aficionados. Bilbao va a ser manresana durante unos días (risas).

En estas circunstancias imagino que será imposible no echar la mirada atrás y recordar aquella campanada manresana que desembocó en el título de la ACB en 1998. ¿Ganar la BCL sería algo equiparable?

—Sí, porque en la actualidad hay mayores diferencias en cuanto a presupuestos. Aquello fue digno de película, un equipo como Manresa ganando una liga tan competitiva como la ACB ante gigantes como Real Madrid, Barcelona o Baskonia. Va a quedar en la historia del deporte y esto sería parecido. Un título continental sería increíble, aunque va a ser muy difícil y lo que tenemos que hacer es centrarnos en el primer partido ante el Ludwigsburg, un equipo que ha demostrado un gran nivel.

Además de lograr magníficos resultados, el Baxi Manresa está enamorando esta temporada por su estilo ofensivo y vistoso. ¿Cómo lo están viviendo desde dentro?

—Nuestro objetivo era competir, pero nadie se hubiese imaginado que íbamos a jugar la Copa, que íbamos a estar en esta Final Four o que íbamos a ocupar posiciones de play-off. Son cosas muy grandes para nuestro club y nuestros aficionados, no se consiguen todos los días. El equipo se ha esforzado al máximo, ha creído en el entrenador y el cuerpo técnico y ha trabajado muchísimo para ganarse el derecho a estar en las fases finales. Esto nadie lo esperaba, ni los jugadores ni nadie. Tenemos muchos jugadores nuevos en la ACB, pero con mucha hambre. Estos premios son muy grandes, pero merecidos por el trabajo que hemos hecho.

Es difícil hablar del éxito del Manresa sin citar a Pedro Martínez.

—Pedro lleva mucho en esto y la gente del baloncesto sabe que tiene mucho nivel como entrenador. Tiene las cosas muy claras, es muy detallista y sus equipos juegan muy bien a baloncesto. He tenido la suerte de estar con él cuatro años y he aprendido mucho. A la gente le gusta el estilo de sus equipos porque son agresivos, corren mucho, se comparte muy bien el balón... Además de ganar o perder, el equipo gusta porque además es sacrificado y luchador tanto en ataque como en defensa. El público se identifica mucho con nuestro estilo de juego.

Dentro de la cancha llama la atención Chima Moneke, tanto por su rendimiento como por su efusividad y conexión con la grada.

—Es un jugador muy intenso, con mucha hambre. Le encanta lo que hace. Era un desconocido para muchos, yo creo que venía como pívot suplente pero el baloncesto tiene estas cosas. Nos ha sorprendido a todos porque está ofreciendo un nivel muy alto. Es muy buen compañero, muy impulsivo, a veces demasiado... Pero él ya dijo que venía a dar espectáculo. Vive el baloncesto de esa manera, le encanta lo que hace y el público se ve muy reflejado en él. No es normal ver un jugador tan espectacular y que conecte tanto con la grada.

Ha superado ya la barrera de los 40 años. ¿Cómo se está encontrando esta temporada?

—Bien. Es cierto que no estoy teniendo el mismo papel que el año pasado, en el que tuve un rol que disfruté muchísimo. Las circunstancias han hecho que no tenga tantos minutos, pero estoy disfrutando del baloncesto de otra manera: animando, ayudando a los compañeros en el día a día, en los partidos... Estoy contento porque estoy en casa, en el club en el que he crecido, disfrutando de una temporada muy especial.

Solo jugó una temporada como 'hombre de negro'. ¿Tiene algo de especial para usted que esta Final Four sea en Bilbao?

—Me gusta que sea ahí. Viví un año muy especial aunque nos pasó de todo por el tema del covid. Guardo amigos en Bilbao, me lo pasé muy bien, mi hijo nació allí... Es un poco especial regresar, aunque me quedó la espinita de no poder acabar aquella temporada y mis sensaciones de juego tampoco fueron las mejores por el tema de la rodilla. Guardo un gran recuerdo del club, de la ciudad y de la afición.

En caso de que haya título, y con el capitán Guillem Jou lesionado, ¿se ve usted levantándola?

—Bufff, ni lo he pensado. El capitán sigue siendo Guillem y si hay Copa que la levante él. Yo ya he levantado unas cuantas (risas).

¿Ese hipotético título sería el broche de oro a su carrera? ¿Tiene decidido si colgará las botas este verano o si seguirá un curso más?

—Está más o menos decidido, pero ya encontraré el momento adecuado de comunicar mi decisión. Ahora mismo estoy centrado en el presente. Con una Final Four tan cerca solo pienso en eso.

"Se desplazarán 2.000 aficionados, según nos han comentado. Bilbao va a ser manresana durante unos días"

"Está más o menos decidido (si colgar o no las botas en verano), pero ya encontraré el momento adecuado de comunicarlo"