SYLVAIN Francisco no debería estar en el Baxi Manresa. Al menos, no ahora. El conjunto catalán fichó en verano a Vasilije Pusica para acompañar a Dani Pérez en la dirección de juego, pero el base serbio no superó el reconocimiento médico y el club incorporó a prueba a este base francés de 24 años y 1,85 metros, nacido en Créteil de padres angoleños, que había destacado la pasada temporada en el Chorale-Roanne de la Pro A gala.

En apenas dos semanas y un par de amistosos, Francisco convenció a Pedro Martínez y eso que su estilo de juego es opuesto al del cerebral Pérez. Porque el base francés hace todo a la máxima velocidad, por algo es conocido como The Arrow. Sylvain Francisco es, como muchos jugadores galos del alto nivel, un habitual en Quai 54, el mejor torneo que se juega en Europa de este deporte en expansión. Ahí ha desarrollado el base del Manresa unas virtudes que le acompañan desde joven y que levantaron los recelos de sus entrenadores de formación, que le consideraban demasiado americanizado.

Francisco captó el mensaje y pasó su etapa de instituto en Florida, donde fue una estrella. En 2017, regresó a Francia para jugar en el Metropolitans, con el que llegó a debutar en la Eurocup y fue capaz de brillar en dos partidos en el mismo día con el filial y el conjunto de Pro A. Pero el club capitalino no acabó de abrirle camino y, sin salir de la ciudad, dio un paso atrás para jugar en la Pro B con el Paris Basketball. Con más responsabilidad y galones, fue el inicio de su crecimiento como jugador que se refrendó la pasada campaña en el Chorale-Roanne, donde promedió más de 14 puntos por partido.

De forma inesperada, The Arrow apareció en Manresa y en apenas dos meses ha encajado perfectamente en el equipo que impone un ritmo más alto a sus partidos. A campo abierto, Sylvain Francisco es muy difícil de parar por su velocidad y en el tráfico es capaz de anotar por su capacidad de salto y su dominio del cuerpo en el aire que le permite absorber contactos, algo adquirido en el baloncesto 3x3, lo mismo que su velocidad de manos en defensa, que le ha colocado como uno de los mejores ladrones de la Liga Endesa.

Uno de los lemas del base galo ha sido el de no conformarse y “tratar de aprender cada día de mis compañeros. Es lo que estoy haciendo porque el entrenador me dijo desde el primer día que esto no es la liga francesa y que si lo entendía, me iba a ir bien”. Pero Francisco, a quien los aficionados manresanos conocen ya como Ciscu, no quiere renunciar a su estilo, “a pasar de 0 a 100 desde que piso la cancha porque eso nos hará más difícil de defender como equipo”. No le va mal porque en apenas 18 minutos promedia 10,4 puntos y 4,3 asistencias y ha sido clave en alguna de las victorias del Manresa, sobre todo en Europa.

Sus entrenadores de formación desconfiaron de Francisco porque decían que tenía un estilo muy americanizado