El baloncesto europeo despidió ayer jueves a una de sus leyendas. Felipe Reyes pone fin a 23 años en la ACB con un palmarés difícilmente igualable. El pívot cordobés debutó el 4 de octubre de 1998, pasó sus seis primeras temporadas en el Estudiantes y las otras diecisiete en el Real Madrid, con el que ha disputado más de 1.000 partidos. En total, Reyes deja la competición como el jugador que más encuentros ha jugado en la máxima categoría, 824, y como el máximo reboteador histórico y el cuarto anotador. Pero lo que abruma es su colección de títulos. Son, entre otros, siete Ligas, siete Copas, dos Euroligas y una Eurocup a nivel de clubes. Con la selección española logró diez medallas, entre ellas dos platas y un bronce olímpicos y el oro en el Mundial de 2006 y en tres Eurobasket. Algunas de ellas las compartió con Álex Mumbrú, el entrenador del Bilbao Basket, que ayer destacó que "se retira una leyenda, pero sobre todo un amigo".

Porque Felipe Reyes recogió ayer jueves el reconocimiento de quienes han sido sus compañeros y rivales, que destacan de él su calidad humana tanto como su valor deportivo. "Me gustaría seguir jugando más años para disfrutar de los compañeros y de las bromas", comentó en el acto de su despedida, "aunque la cabeza y el cuerpo me dicen que puedo dar un poco más, es momento de dejarlo". "Afronto el futuro con ilusión sin saber dónde van mis pasos pero quiero devolver a este deporte lo mucho que me ha dado. Ahora será mi familia la que tendrá la prioridad en mi día a día", apuntó.

Aunque formado en el Estudiantes, "al que agradezco el cariño que me dieron", la figura de Reyes está asociada al Real Madrid, del que ha sido capitán durante dieciséis temporadas. "De este equipo he aprendido todo. Me he formado como jugador, como persona y he aprendido unos valores que son más importantes que cualquiera de los títulos, como nunca darme por vencido, luchar al limite o a darme cuenta de que el talento y la calidad sin el trabajo constante no sirven de nada", aseguró.

La retirada de Felipe Reyes es otra puerta que se cierra en esa mítica generación del 80, de la que solo siguen en activo Carlos Cabezas, que agota su carrera en Uruguay, y Pau Gasol. El pívot de Sant Boi mantiene las dudas sobre su futuro tras su gran final de campaña. "Mi objetivo es ahora disfrutar hasta que los Juegos y luego ya pensaré sobre mi futuro", señaló en un acto de su fundación, aunque admitió que "continuar no es algo sencillo porque ahora no decido para mí solo. Están mi mujer y mi hija".