El Bidaideak Bilbao BSR tiene muy cerca la consecución de un hito histórico. Líder de la División de Honor y con solo cuatro partidos por jugarse, ya empieza a vislumbrar con fuerza la posibilidad de conquistar el título. En ese esprint final, el conjunto bilbaino tendrá mañana sábado a partir de las 19.00 horas un partido clave en la lucha por lograr su objetivo. Los vizcainos se enfrentan al Gran Canaria, uno de sus rivales directos, y en caso de vencer empezarían a tocar con la yema de los dedos la gloria liguera. Antes de iniciar este grandísimo año, desde el club decidieron hacer una apuesta arriesgada y dar Adrián Yáñez las riendas del equipo. El entrenador bilbaino, sin experiencia previa en el baloncesto en silla, se adaptó a la perfección a este escenario novedoso para él y consiguió que el equipo creciera aún más. Ahora, está a punto de firmar un estreno prácticamente inmejorable, pero para ello el encuentro de mañana resulta capital.

Yáñez tenía experiencia previa en el baloncesto y había dirigido a equipos de diferentes características. Selecciones y equipos de categorías de formación, clubes profesionales, experiencias en el extranjero€ pero nunca se había puesto al mando de un equipo de baloncesto en silla y para empezar le tocó el plato fuerte de dirigir al Bidaideak Bilbao BSR, una referencia a nivel estatal y europeo. "Estoy súper agradecido al club porque nunca es fácil apostar por alguien de la casa y sin experiencia previa en el deporte. Trato de responder de la mejor manera que sé y gracias a dios está saliendo todo a pedir de boca", comenta el técnico bilbaino.

La transición al baloncesto en silla no fue sencilla para Yáñez. Tuvo que descubrir los secretos del deporte y aprender a toda velocidad las claves necesarias para rendir a este nivel. Pero el entrenador bilbaino se encontró con la mejor ayuda posible, llegada por parte de sus propios jugadores. "Me están haciendo la aclimatación más fácil. Cada entrenamiento es un clinic. Entrenar a este tipo de jugadores día a día es lo máximo. Estamos hablando de jugadores que han sido finalistas olímpicos y que han ganado ligas", declara. Aunque la clave del buen hacer del equipo no es exclusivamente la sintonía entre el entrenador y los jugadores dentro de la cancha, esa colaboración va más allá y se traslada a lo extradeportivo. "Fuera de la cancha esto es una familia. Ese sentimiento y que funcione todo lo extradeportivo se debe en gran medida a Txema Alonso, que nos cuida como si fuéramos sus hijos. Por eso muchos jugadores quieren venir aquí, porque saben que se les va a tratar muy bien", añade.

Todo esto hace que el entrenador vizcaino viva actualmente un sueño, un objetivo vislumbrado cuando comenzó a dirigir. "Para un bilbaino poder llevar el nombre de Bilbao no solo a la élite de la liga doméstica, si no también por todo Europa, es lo máximo. Si hace años me hubieran preguntado a qué aspiraba, hubiera dicho a jugar en Europa con el equipo de mi ciudad, no hay un logro que se le compare", afirma. Y es que el Bidaideak Bilbao BSR no solo tiene el título de la División de Honor a tiro, a finales de mes disputará la Champions Cup, competición europea en la que participarán los ocho mejores equipos del continente.

PARTIDO EN GRAN CANARIA

Aunque antes de ir a competir en Europa, el duelo ante el Gran Canaria se presenta con tintes de final. La División de Honor está apretada en la parte alta y una victoria permitiría a los bilbainos despegarse casi definitivamente. "Dar un golpe en la mesa en Canarias no sería definitivo pero sí que nos acercaría en un porcentaje alto al objetivo. Porque luego quedan dos jornadas en casa y ahí estamos siendo muy regulares, todavía no hemos perdido en lo que va de temporada", explica Yáñez. Actualmente, el Bidaideak Bilbao BSR aventaja en dos victorias al Gran Canaria, al Extremadura y al Albacete y un triunfo mañana descartaría a un rival y le acercaría a un título nunca logrado en la historia del club.

"Entrenar a este tipo de jugadores día a día es lo máximo, cada entreno es un clinic"

Entrenador del Bidaideak Bilbao BSR