LOINTEK GERNIKA: Cornelius (13), Arrojo (12), Bjorklund (14), Colhado (5), Buch (22) -cinco inicial- Lo (5), Díez (0), Ivanovic (9), Alberdi (0), Ginzo (5), Ariztimuño (1).

ALTER ENERSUN AL-QAZERES: Llorente (9), Christinaki (6), Aydin (2), Hittner (9), Fassoula (10) -cinco inicial- Romero (3), Hatchi (12), Hart (9), Lahuerta (0).

Parciales: 25-13, 49-35 (descanso), 69-48, 86-60 (final).

Árbitros: Quintas, Bravo y González. Sin eliminadas.

Fue regresar a Maloste y el Lointek Gernika Bizkaia encontró de nuevo la inspiración que le ha faltado en los partidos fuera de casa. El duelo ante Al-Qazeres estaba señalado como de obligado cumplimiento con las señas de identidad del equipo y estas se cumplieron desde el minuto 1. Las extremeñas anotaron la primera canasta, de manos de Maria Fassoula, una pívot de alcurnia, pero a partir de ahí el partido fue lo que quisieron las locales. Con Belén Arrojo como cuatro titular por la lesión de Margaret Roundtree, las de Mario López salieron con una defensa muy agresiva y móvil y encontraron el ritmo que necesitaban para anotar con decisión y acierto.

Un parcial de 12-0, abierto por una motivada Laura Cornelius, obligó al técnico extremeño a parar el choque, pero el mal para las suyas ya estaba hecho. El Lointek Gernika había encontrado el tuvo hasta el aro y sus tiradoras lanzaban con toda la confianza. Otro parcial de 11-0 con tres triples consecutivos colocó el 23-4 en el marcador en apenas siete minutos. El equipo foral ahora sí resultaba reconocible y el partido se volvió muy entretenido porque el Al-Qazeres, aunque había cedido mucha distancia hasta un 44-19, no rehuyó el intercambio de canastas e incluso llegó a colocarse a once con un parcial de 2-16 antes del descanso que penalizó cierta relajación defensiva de las de Maloste. El triple sobre la bocina de Angie Bjorklund, el tercero de la estadounidense en tres intentos, apagó ese amago de reacción y llevó a las locales a vestuarios con un porcentaje extraordinario de nueve de doce en triples.

En la segunda mitad, el Lointek Gernika siguió marcando un alto ritmo anotador, aunque ahora que las cacereñas estaban más pendientes de los tiros lejanos y solo concedieron un triple más, las locales encontraron pasillos hacia el aro, sobre todo Rosó Buch, que fue un cuchillo hasta el aro. La renta de las gernikarras volvió por encima de los veinte puntos, el banquillo se encargó de mantener la tensión defensiva y así la victoria ya no peligraba, pese a que las visitantes dejaban algunas pinceladas de calidad, si bien Eleanna Christinaki, de vuelta a Maloste, se veía obligada a forzar muchos lanzamientos.

El Lointek Gernika intentó ahora buscar a sus interiores para tratar de que también recuperen la confianza y la distancia no bajó. Hubo minutos para todas las jugadoras, algo importante ahora que llega una fase apretada del calendario. Pero lo mejor es que el equipo volvió a encontrar la senda que buscaba en el inicio de temporada y que no tiene por qué abandonar cuando sale de su fortaleza. El rendimiento del equipo dejó satisfecho a Mario López, que valoró que el Lointek Gernika había hecho "un muy buen partido, con continuidad durante los cuarenta minutos, y con mucho ritmo ofensivo, que lo estábamos echando de menos, y apoyadas en una buena defensa". "El acierto ofensivo nos ha dado espacios para atacar el uno contra uno, pero lo principal es que no hemos bajado la intensidad defensiva, aunque nos han metido algunas canastas en los últimos segundos", añadió el técnico vizcaino, que piensa ya en el derbi del sábado en Mendizorrotza "que será muy complicado ante un gran equipo".