Los jugadores del Bilbao Basket pudieron ayer reencontrar esas sensaciones que habían perdido durante dos meses de confinamiento: la del tacto del balón entre sus manos, la de ver las canastas al frente y por encima de sus cabezas, la del ruido de las zapatillas rozando en el parqué€ No fue en su escenario habitual de Miribilla, pero el Polideportivo de Abusu-La Peña sirvió para empezar a saciar las ganas de baloncesto y preparar el regreso a la competición, si es que alguna vez se produce. "Estoy muy contento por volver otra vez a jugar, a sentir el balón, a sentir el tiro. Es algo muy bueno. Ya estoy deseando volver mañana otra vez", comentó Thomas Schreiner después de una primera sesión atípica que tuvo que ajustarse a los protocolos sanitarios decretados por el CSD y la ACB.

Desde primera hora de la mañana, los jugadores, convenientemente protegidos con mascarilla y guantes, fueron llegando por parejas y antes de entrar en la instalación Erik Badiola, el delegado, les tomaba la temperatura y debían limpiar su calzado y sus manos. La norma dice que hay que acceder a la cancha por un costado y salir por el opuesto para regresar a sus domicilios. Una vez en ella, el preparador físico Roberto Molina diseñó una serie de estaciones individuales en las que la plantilla, con la debida distancia, trabajó ejercicios físicos y algunos gestos específicos que complementaron con el lanzamiento a canasta ayudados por los técnicos.

Fue un no parar, con la atenta vigilancia de Álex Mumbrú, ya que cada 45 minutos entró una nueva pareja en la cancha y así durante toda la mañana. Al concluir, hubo que proceder a la desinfección de las instalaciones y todos los elementos utilizados para desarrollar la sesión, que tendrán que estar listos de nuevo para hoy. "Es un primer día en el que hemos visto cómo van las cosas. Hay que hacerlo bien para después disfrutar del baloncesto otra vez", añadió el base austriaco, que reconoció que, como todos los deportistas de élite, está "deseando volver a competir". El capitán del Bilbao Basket y sus compañeros tendrán que esperar ya que esta manera de actuar debe mantenerse hasta que las autoridades sanitarias autoricen los entrenamientos grupales, algo que en teoría no ocurrirá hasta dentro de al menos dos semanas. Quizás entonces estará también habilitado el Bilbao Arena.

El único que siguió una rutina diferente fue Jaylon Brown. El estadounidense realizó ejercicios junto al fisioterapeuta Jon Novo para fortalecer el pie del que fue operado a finales de febrero. Brown va a seguir un ritmo distinto, aunque también se mostró feliz por volver a encontrarse con sus compañeros y poder ocuparse en su recuperación. "Tenía ganas de salir de casa y hacer algo diferente. Ahora puedo tocar de nuevo el balón y trabajar en mi pie", apuntó el de Indiana. No parece probable que Jaylon Brown pueda estar disponible si se reanuda la competición, sobre todo porque el tipo de lesión que sufrió obliga a ser precavido al tratarse de un jugador que realiza movimientos muy explosivos.

"Hemos visto cómo van las cosas y hay que hacerlas bien para disfrutar del baloncesto otra vez"

Jugador del Bilbao Basket