Unicaja68

Real Madrid95

UNICAJA: Fernández (4), Adams (7), Toupane (2), Thompson (6), Gerun (4) -quinteto inicial- Brizuela (22), Díaz (2), Elegar (7), Waczynski (2), Ejim (4), Guerrero (2), Suárez (6).

REAL MADRID: Campazzo (13), Carroll (20), Deck (8), Randolph (5), Tavares (12) -quinteto inicial- Causeur (5), Rudy (6), Laprovittola (3), Reyes (0), Llull (4), Thompkins (10), Taylor (9).

Parciales: 13-26, 28-43 (descanso), 42-68, 68-95.

Árbitros: Martín Bertrán, Peruga y Calatrava. Sin eliminados.

Incidencias: Final de la Copa 2020. Palacio de Deportes José María Martín Carpena, ante 10.874 espectadores.

Bilbao - En un calco de lo acontecido la víspera en la semifinal contra el Valencia Basket, el Real Madrid pasó por encima del Unicaja en la final de la Copa para adjudicarse su 28º título en el torneo del K.O. El encuentro careció de historia porque el conjunto blanco lo manejó de manera autoritaria, casi despótica, a imagen y semejanza de lo que ha sido su paso por Málaga. Solo el Bilbao Basket fue capaz de mirarle de tú a tú en el duelo de cuartos de final. Únicamente en esa cita se vio a los blancos exigidos porque los taronjas y los anfitriones enarbolaron bandera blanca en sus respectivos enfrentamientos prácticamente desde el salto inicial.

En esta Copa se ha jugado en todo momento a lo que Facundo Campazzo, MVP del torneo, ha querido. Ayer volvió a dominar el partido con sus 13 puntos, otras tantas asistencias y un control de los acontecimientos tanto en defensa como en ataque que muy pocos pueden contrarrestar. Y con el base argentino en estado de gracia, distribuyendo juego a placer, al plantel de Pablo Laso -19 títulos desde su llegada al banquillo madridista, casi nada- si algo le sobra son brazos ejecutores. Ayer brillaron un motivadísimo Jaycee Carroll, 20 puntos, y Walter Tavares, 13, como en anteriores compromisos hicieron Anthony Randolph, Gabriel Deck o Fabien Causeur. Demasiada artillería para un Unicaja al que el caballo se le escapó en el ecuador del primer cuarto y en el que solo Darío Brizuela ofreció un rendimiento ofensivo potable. Detrás de los 22 puntos del guipuzcoano apenas hubo nada más, pues ninguno de sus compañeros alcanzó ni siquiera los ocho. Los de Luis Casimiro llegaron con demasiados problemas físicos al partido por el título -Jaime Fernández, visiblemente cojo desde el arranque, no jugó durante la segunda parte y Axel Toupane quedó fuera del choque desde el primer acto- y su única opción fue rendirse a la evidencia y aguantar el chaparrón con la mayor dignidad posible. Especialmente fallones desde la distancia de tres puntos, con cuatro canastas de veinte intentos, los anfitriones sufrieron además en sus carnes a un rival especialmente entonado en esta faceta del juego, con un brutal 17 de 30 en su hoja de servicios.

Dominio absoluto El Real Madrid apostó de salida por percutir desde la larga distancia mientras el Unicaja buscaba más penetrar hacia el aro blanco y fugazmente pareció que la final podía tener algo de chicha, pero el 8-10 fue un espejismo que Randolph y Campazzo se encargaron de hacer saltar por los aires con un parcial de 5-16 que dibujó un contundente 13-26 al término del primer cuarto. Brizuela intentó liderar la resistencia, pero se vio demasiado solo contra el peligro. Su atrevimiento sirvió para estrechar márgenes en el luminoso (26-35), pero le faltó colaboración ante un Madrid que no tardó en recuperar su velocidad de crucero para llegar al ecuador de la contienda con un colchón de quince puntos en el marcador (28-43).

Y en la reanudación, el duelo no tardó en saltar por los aires. Campazzo se convirtió en amo y señor absoluto en cancha y su fantástica distribución de balón convirtió al Real Madrid en una maquinaria perfecta de sumar puntos. Deck al poste, Carroll desde el exterior, Tavares debajo del aro... Los de Laso encontraron una y otra vez situaciones cómodas para anotar y la brecha en el luminoso no paró de crecer. 30-51 a 6:17 de la conclusión del tercer cuarto, 38-63 cuatro minutos después, 44-75... Al Unicaja solo le quedó la opción de maquillar mínimamente el marcador y de asistir desde primera línea de batalla al destrozo realizado por el Real Madrid en la Copa, título que volvió a levantar en Málaga después de haber claudicado en las dos últimas finales ante el Barcelona.