EL Bilbao Basket consiguió ayer otra importante victoria en Miribilla. Su buen inicio le permitió lograr una ligera ventaja y la solidez en los minutos finales confirmó el triunfo. En el último cuarto, con el equipo más necesitado ante un Betis ansioso por remontar, Ondrej Balvin y Axel Bouteille dieron un paso adelante. El francés sacó su vena de anotador voraz para castigar una y otra vez a la endeble defensa visitante y Balvin realizó su trabajo a la perfección en los últimos minutos. El pívot checo se hizo fuerte a la pintura y dominó la zona rival gracias a su potencia física. Su explosión final le permitió al equipo cerrar el encuentro con los sobresaltos justo y el propio pívot vio como sus estadísticas despegaron hasta convertirse en el mejor valorado del encuentro con 29 puntos, lo que le hará estar cerca de los mejores de la jornada.

El novedoso quinteto inicial de Álex Mumbrú dejó en el banquillo a Balvin. El checo presencio desde fuera de la cancha la fulgurante puesta en escena de los hombres de negro, con un Ben Lammers, su compañero de posición, excelso en la faceta taponadora. Sin embargo, Balvin no necesitó demasiado tiempo para demostrar que él también podía estar a la altura de las exigencias del encuentro, tanto en ataque como en defensa. Nada más entrar colocó un tapón a A. J. Slaughter y consiguió cinco puntos rápidos que permitieron a los bilbainos lograr una renta superior a la decena.

Uno de los principales problemas del Bilbao Basket en la tarde de ayer fue la diferencia en el rebote ofensivo. A los dirigidos por Álex Mumbrú les costó cerrar su aro y, sobre todo, los rebotes largos les castigaron demasiado. Las penetraciones del Betis colapsaron la zona y eso provocó que los interiores sufrieran para capturar los rechaces lejano. Este problema no pudo ser compensado en la otra canasta. Los hombres de negro sufrieron mucho en los tres primeros cuartos para capturar rebotes y no consiguieron anotar ni una sola canasta en segunda oportunidad, un lastre importante teniendo en cuenta los 17 puntos logrados por los andaluces en estas situaciones. Pero la aportación de Balvin hizo que estos problemas se minimizaran ligeramente en los diez últimos minutos. El pívot anotó dos canastas tras rebote ofensivo y logró irse a la línea de tiros libres. Fueron sus mejores minutos. Su paso adelante cuando el equipo le necesitó y sus ocho puntos logrados en esa fase del choque fueron claves.

La regularidad de Bouteille Mientras la anotación interior estuvo dominada por Balvin, desde fuera los triples de Kulboka y la consistencia de Bouteille mantuvieron la iniciativa bilbaina en el encuentro. El alero francés ya fue el MVP de la última jornada y volvió a demostrar que sus explosiones anotadoras no son flor de un día. Ayer fue el máximo anotador del encuentro al irse hasta los 23 puntos y volvió a repetir la tónica de los últimos partidos. Bouteille volvió a tener grandes porcentajes, con solo cuatro tiros de campo errados y con un porcentaje cercano al setenta por ciento.

La capacidad anotadora de Bouteille fue una constante durante todo el choque. Siempre presente y dispuesto a castigar cada pequeño error de la defensa visitante. El francés se ha confirmado como un ejecutor nato. Entiende el juego y saca muchas ventajas con su juego sin balón, además su capacidad para generarse sus propios tiros y finalizar con un acierto alto le convierten en un quebradero de cabeza para la defensa rival. El francés también utiliza su capacidad anotadora para liderar en los momentos críticos. Bouteille no acostumbra a esconderse cuando el balón más quema y ayer con 69-64 en el marcador y a falta de poco más de dos minutos sacó su calidad a relucir para dar un golpe casi letal al Betis. Un mate con el que además provocó una falta y un triple permitieron al Bilbao Basket lograr un bonito colchón con el que afrontar las jugadas finales.