Bilbao - ¿Qué tal fue la celebración? ¿Se alargó mucho el asunto?

-Lo típico en un día de estos. Les dije a los chicos que este era uno de esos momentos que había que celebrar y disfrutar porque ha sido un año muy difícil. Había llegado el momento de pasarlo bien y nos juntamos todo el equipo y el club para celebrarlo.

¿Ha recibido muchos mensajes y llamadas de felicitación?

-¡Muchísimos! Mucha gente del baloncesto, personas que quieren mucho al club, gente de la ACB contenta por nuestro regreso?

¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza cuando suena la bocina final y el ascenso es ya un hecho?

-Que, por fin, lo habíamos conseguido. De verdad, ascender de LEB Oro a Liga Endesa es algo muy difícil, ha habido equipos que han necesitado muchos años para conseguir lo que nosotros hemos hecho en uno. Y aún es más complicado cuando todo el mundo te señala con el dedo desde septiembre obligándote casi a ascender. Esa presión es muy difícil de llevar y nosotros lo hemos hecho.

¡Menuda bronca les echó a los jugadores cuando abandonaron el banquillo para celebrar el triple final de Schreiner cuando el Palma había pedido tiempo muerto!

-¿Sabes qué ocurre? Yo he jugado muchos años a esto y sé que puede pasar cualquier cosa. Pueden salir de tiempo muerto con un triple, tú puede perder el balón... Era una ventaja de seis puntos a falta de 15 segundos y les dije: Esto está muy bien, pero ahora sentaos, concentraos y ya lo celebraremos luego.

Ese triple de Schreiner, ¿pizarra o inspiración de los jugadores?

-Al final tú pones unos sistemas en la pizarra y son los jugadores los que los ejecutan. Entre Thomas y Salgado hablaron porque vieron que ellos hacían una ayuda larga y Javi le dijo que iba a buscarle hueco para pasarle la bola. Podía parecer un tiro largo, pero hemos visto que Thomas suele tomar esos tiros. A veces entran, a veces no, y este nos dio el partido.

En la celebración parecía que usted quería hacerse a un lado, pero los jugadores no le dejaron.

-El ascenso lo hemos conseguido gracias a ellos. Sentía que ellos debían ser los grandes protagonistas porque han sido los que han subido al equipo, los que han enganchado a la gente, han trabajado cada día y, sobre todo, han confiado desde cero en todo lo que les hemos dicho para llegar hasta aquí. Cuando un equipo confía a muerte en todo lo que les dices todo es mucho más fácil.

En la rueda de prensa habló de la espina clavada tras el descenso del pasado año. ¿La herida fue más grande de lo que dio a entender?

-Sí. Fue muy muy duro. Te retiras y el equipo de tu vida, al que le has dado todo, desciende. Y encima, en tu último partido, con el equipo ya descendido, la gente te ovaciona? Es lo más agridulce que puede haber, que la gente te esté agradeciendo los años que has estado en el club y a la vez el equipo haya perdido la categoría. Pero tengo claro que no se bajó solo por el año pasado, fue un cúmulo de cursos que desembocó en ese descenso.

El curso acaba en todo lo alto pero arrancó con el club convertido casi en un solar. ¿Fue muy difícil reclutar jugadores teniendo en cuenta la mala fama de los últimos años?

-Los primeros que logramos cerrar fueron Schreiner y Osvaldas Matulionis, pero fue muy complicado porque no teníamos precisamente la mejor imagen del mundo por todo lo que había pasado recientemente, porque entrábamos en proceso concursal? Mucha gente tenía muchas dudas porque, además, al entrar en este proceso hubo que echar a todo el cuerpo técnico, a mucha gente de oficinas... Eso fue lo peor del descenso. En ese momento generábamos muchas dudas, pero poco a poco fuimos recuperando la confianza de la gente y cerrando varios fichajes, aunque también hubo algunos que se nos escaparon. Pero al final acabamos haciendo el equipo que queríamos hacer.

Pese a ser novato en los banquillos, se le ha visto bastante calmado durante la temporada tanto en el día a día como durante los partidos. ¿Los nervios iban por dentro?

-No. Soy una persona bastante calmada. No es lo mismo estar jugando que entrenando. Siendo técnico, los jugadores deben ver en ti a alguien que controla las situaciones, que no se vuelve loco en los partidos. Es importante que noten seguridad, que se sientan arropados.

¿Han tenido algún momento especialmente complicado?

-Sí, cuando tuvimos las tres derrotas seguidas. Todo el mundo nos ponía la obligación de subir, parecía que no hacerlo suponía un desastre y llegaron esas tres derrotas, provocadas sobre todo porque el Betis se escapó en la tabla y anímicamente el equipo cayó un poco. Pero supimos reconducir la situación.

¿Cómo afrontaron internamente la derrota en el segundo duelo ante el Palencia que les dejaba sin factor cancha en el ‘play-off’?

-Antes de arrancar la serie ya les dije a los jugadores que iba a ser larga, que ellos tenían una gran plantilla y que no era normal que fuesen novenos. Con el 1-1 mucha gente se puso nerviosa, pero en el vestuario dijimos que había que seguir confiando en el trabajo de todos los días, que habíamos sido segundos por algo y que debíamos seguir haciendo nuestras cosas. Conseguimos no ponernos nerviosos, los jugadores siguieron confiando y ganamos el tercer partido, que anímicamente fue vital.

En la Final Four, dos partidos en dos días y ambos repletos de estrés, sin un minuto de tregua.

-Era lógico. Melilla y Palma son dos equipos con presupuestos y equipos para subir. Luego se ha demostrado que podíamos ser favoritos, pero solo porque teníamos a nuestra afición con nosotros. Era injusto colocarnos esa etiqueta desde el principio.

¿Cree que se hubiese logrado este ascenso en otro escenario, sin el respaldo de Miribilla?

-Es difícil saberlo (duda mucho), pero lo que tengo clarísimo es que con Miribilla era mucho más fácil subir. No es que sea un pabellón con 10.000 personas, son 10.000 gargantas gritando y animando al equipo desde la presentación, desde que el speaker anunciaba a Osvaldas y todo el mundo gritaba Matulionis? Es la mejor afición de Europa. Lo que pasa es que lo repetimos tantas veces que a veces parece que es algo que simplemente está ahí. Pero no, hay que darle el mérito que tiene y es muchísimo. Lo más importante es que llevo mucho tiempo aquí y hacía años que no veía Miribilla como en el quinto partido ante el Palencia y en la Final Four.

¿Hubo algún momento de la Final Four en el que pensara que alguno de los duelos se les escapaba?

-No ha habido ningún momento en el que Melilla o Palma nos hiciera un roto de más de diez puntos. Si algo teníamos claro era que para subir la clave estaba en defender bien, que no nos metieran cuando pasáramos malos momentos en ataque.

En un momento difícil ante el Melilla, apostó por Schreiner, Rigo y Huertas por fuera. ¿Habían coincidido en algún otro partido?

-No sabría decirte, pero en entrenamientos sí. Nunca hemos hecho nada que no hayamos entrenado. Nunca he creído en esas cosas, creo que las cosas funcionan cuando todo el mundo sabe por qué las hacemos. Tomeu estaba en buen ritmo y Rafa ha sido quizás el más damnificado porque no ha jugado mucho. No supimos encontrar el sitio justo para él, aunque sabía que iba a ser un revulsivo en el caso de jugar por sus ganas y porque físicamente estaba mejor. Jugamos con ellos los minutos importantes del final del tercer cuarto y el arranque del último y eso habla de lo que confiamos en este equipo, en todos. Y lo más importante es que nadie del equipo se sorprendió, lo vieron normal. Y con ellos remontamos.

Tras la semifinal dijo estar muy preocupado para el cansancio.

-Recuperamos bien porque fuimos capaces de organizarlo todo para poder descansar. No nos concentramos porque creo que como en casa no se duerme en ningún lado. Lo que sí ha acabado siendo muy importante es que durante todo el año hemos hecho muchas rotaciones. El que jugaba debía estar al 100% y en el momento en el que empezaran a flaquear sus fuerzas debía haber un compañero, el que fuera, que entrara al 100%.

Ayer se quedó un poco sorprendido cuando le preguntaron dónde se veía el año que viene.

-Entendía que lo importante no era yo, que en ese momento era algo banal. Lo importante era que el Bilbao Basket volvía a estar en la ACB.

¿Hay jugadores de esta plantilla que le valen para ACB? ¿Le gustaría mantener un bloque?

-Sí. Nosotros no fichamos un equipo para ascender, fichamos un grupo de jugadores de forma que pudiera formar parte de un proyecto estuviéramos en la categoría que estuviéramos. Intentaremos mantener un bloque importante de jugadores y miraremos con Rafa dónde nos podemos reforzar, cuál es la economía de la que disponemos para fichajes para hacer el mejor equipo que seamos capaces.

¿Le gustaría seguir contando con Javi Salgado como jugador?

-Creo que ahora Javi tiene que decidir él. Es una figura muy importante dentro de Bilbao y del Bilbao Basket, ha hecho un gran año y tiene que decidir lo que quiere hacer.

El próximo año en la ACB se competirá desde la máxima modestia y con un presupuesto muy ajustado. No tener los pies en el suelo sería letal para el club.

-Es muy importante no repetir los errores. Si toca hacer un equipo para luchar por no descender, lo haremos e intentaremos hacerlo lo mejor posible. Pero la parte económica es vital para el club por todo lo que hemos pasado. Los directivos son gente responsable, seguro que no harán nada que pueda trastocar la economía del club.