NO es la primera vez que el Melilla se cruza en el camino de ascenso de un equipo de Bilbao. La primera vez fue hace 22 años cuando el equipo norteafricano y el Patronato se toparon en el play-off en la primera temporada de vida de la LEB Oro, que había recogido el testigo de la EBA como escalón previo a la ACB. El club de Iturribide había rozado el ascenso la temporada anterior, en la que el equipo solo cedió en el último partido ante el Pamesa Valencia, pero esa primera campaña en la LEB la afrontó con una plantilla limitada. “Fue una temporada complicada, de esas que quieres que acaben pronto”, recuerda Kike Hermosilla, capitán de aquel equipo. “Nuestra rotación era muy corta y tampoco los americanos marcaban diferencias”, añade Edu Pascual, otro integrante vizcaino de aquel grupo de jugadores que hizo lo que pudo en precarias condiciones.

Empezó la temporada en el banquillo Txus Vidorreta, que en Navidades fue sustituido por Josean Figueroa. El Patro acabó la liga regular en el undécimo puesto, con apenas nueve victorias en 26 partidos, pero el sistema de competición permitía que salvo los dos últimos que descendían, todos los demás pelearan por el ascenso. El Melilla fue el rival de los bilbainos en un play-off que fue reflejo de toda la temporada. En el primer partido en cancha norteafricana cayó el Patronato en la prórroga (87-85). “No se me olvidará que se me salió un tiro fácil debajo del aro que podía habernos dado la victoria”, cuenta Hermosilla. El segundo partido fue para los melillenses de forma clara (105-87) y el tercero (77-83) apenas convocó millar y medio de espectadores en La Casilla en un reflejo de toda la temporada y de que la afición bilbaina, curada de espanto, tenía pocas esperanzas de remontada y de que el equipo llegara lejos. Tampoco los estadounidenses del equipo, que ya tenían planeada su vuelta a casa.

La derrota entró dentro de la lógica por la diferencia de plantillas y cerró un curso muy duro y la etapa del Patronato en la categoría, que no contó con un equipo vizcaino hasta que el Bilbao Basket ascendió en 2002. Pero el Melilla ahí sigue, sin haberse perdido ninguna de las temporadas de la LEB Oro desde entonces. De hecho, Pascual guarda una historia curiosa con ese destino. La campaña siguiente en las filas de Askatuak le tocó enfrentarse al Melilla de nuevo en el play-off, esta vez con éxito ya que los donostiarras pasaron a cuartos de final. “Estuve a buen nivel y en el verano siguiente en el sorteo de la mili me tocó Melilla. Ellos se empeñaron en ficharme, pero al final me fui a Santander”, comenta divertido.

Estos dos exjugadores llegaron a debutar en la ACB en equipos de fuera de Bizkaia y ahora asisten con expectación al desenlace de una temporada que ha demostrado que “la LEB Oro ha subido mucho de nivel medio después de aquellos años de crisis”. Pascual la conoce bien por su labor de ojeador y cree que se ven “muchos jugadores interesantes”. Hermosilla piensa que ahora el Bilbao Basket llega a la Final Four “en una dinámica muy buena, aunque pasarlo tan mal para eliminar al noveno significa que hay mucha igualdad y no va a ser fácil”. La respuesta de la afición ha sido llamativa, “algo nunca visto en la LEB”, aunque no les ha sorprendido: “Hay un ambiente positivo y se ve que la gente tiene ganas de volver a la ACB”. “Otra cosa es en qué condiciones. Hay que pensar si se quiere ganar partidos en la LEB y ser el segundo o el tercero o es mejor ser un Fuenlabrada o un Estudiantes y poder ver al Madrid y al Barça”, concluye Kike Hermosilla.