leioa- La temporada no acabó de la mejor manera posible para el Zorno-tza. Después de una gran primera fase, sus intentos de ascender a la LEB Oro quedaron rápidamente sepultados en una segunda fase donde los zornotzarras presentaron una gran irregularidad, dejándoles a un solo partido de entrar en la Final Four donde se repartirá el último billete para la promoción. Estalayo reconoce que en el grupo quedó una sensación “agridulce” y que los partidos fuera de casa resultaron un lastre importante para poder estar entre los primeros clasificados.

¿Qué sensación le deja esta recién finalizada temporada?

-Un poco de sabor agridulce. Sí que es verdad que en la segunda fase nos veíamos con muchas posibilidades y esperábamos hacerlo mucho mejor. Aunque también hay que tener en cuenta que desde el principio de la temporada hemos tenido muchas rachas de ganar cinco partidos seguidos, luego perder cuatro? ha sido un curso de muchos altibajos. Salvar la categoría está bien, pero no haber conseguido el objetivo que nos habíamos marcado como equipo nos deja un sabor agridulce.

¿Fueron excesivas las expectativas?

-Creo que se generaron unas expectativas que nosotros mismos nos las habíamos ganado en la primera fase. No sé a qué achacar el mal rendimiento de la segunda fase pero las expectativas nos las habíamos ganado nosotros y no haberlas cumplido también es nuestra culpa. Coincide que hicimos una primera fase buena justo contra los equipos que habían pasado. Si hubiéramos quedado en el grupo de abajo, hubiera sido diferente.

No ganar ningún partido fuera en la fase de ascenso fue una losa.

-Ya veníamos sin ganar fuera de casa prácticamente desde diciembre, por lo que no fue exclusivo de la segunda fase. Podría decir que fueron los viajes, jugar fuera y todas esas excusas, pero al final hemos tenido una barrera mental que no hemos superado y ha pasado mucha factura. Nos queda aprender y no repetirlo.

Son jugadores con experiencia en viajes de estas características.

-Eso es, deberíamos estar acostumbrados. Sabemos lo que nos viene. No supimos llevar esos partidos fuera de casa y muchas veces igual bajamos la cabeza antes de tiempo o nos dejamos llevar por las malas sensaciones. Tenemos que aprender todos individualmente y como equipo.

¿Opina que ese rendimiento se debió más a una cuestión mental?

-Eso es. De la misma manera que si nos hubiéramos puesto a ganar, cualquiera que apareciera en el campo lo veríamos como un rival contra el que íbamos a pelear y ganar. Una vez entrados en esa racha es complicado. Ahora, mirando atrás, vemos que si hubiéramos ganado algún partido habrían cambiado las cosas. En Girona tuvimos el tiro para ganar y no entró. Perder tantos partidos peleados y tan igualados nos fue machacando y hundiendo un poco más.

¿Qué tal llevó el grupo todos los cambios vividos en la plantilla?

-Como grupo en general hemos tenido buenas sensaciones. Aunque luego fue un poco más difícil a la hora de jugar. Teníamos un núcleo de siete y ocho jugadores que llevábamos todo el año juntos y tuvimos la dificultad de adaptarnos a jugar con los nuevos y a aprender. Era la sensación de estar en una pretemporada continua. Ese problema estuvo solo en el campo, fuera fue una gozada con todos. No hubo ningún problema y cada pequeño incidente que pudo haber en algún entrenamiento se quedó ahí siempre.

¿Realizar esas incorporaciones fue necesario viendo el devenir del equipo en la segunda fase?

-Aunque estuviésemos en una mala dinámica, el objetivo del club fue el mismo hasta el último partido, pelear hasta el final. Para los jugadores, que la directiva hiciera ese esfuerzo de fichar jugadores nos demostró que no estaba tirando la temporada a la basura. Creo que al grupo le vino bien, nos motivó más. Lamentablemente, no pudimos cumplir con ese objetivo pero son cosas que hay que apreciar.

¿Y cómo valoraría el curso de los jugadores vizcainos del Zornotza?

-Ha sido un año de adaptación para ellos. El salto de EBA a la LEB Plata no es fácil y los jugadores se tienen que adaptar, tienen que ganarse esa confianza. Aunque en mi caso lo he vivido de una manera distinta.

Le tocó ser el capitán.

-Cuando llegué era el más chiquitín y ahora me toca hacer un poco de veterano. Es un poco extraño pero también divertido. Además, ves como compañeros con los que llevas jugando toda la vida están llegando a un nivel de baloncesto que muchos no nos esperábamos. Eso mola bastante y nos une mucho más entre nosotros.

¿Qué balance hace de su temporada a nivel personal?

-Ha sido un año en el que me he sentido mucho más cómodo en la liga. Sí que otros años tenía responsabilidad y minutos, pero me quedaba esa sensación de que se me quedaba un poco grande. El año en EBA me vino bien para convencerme de que puedo jugar a baloncesto. He tenido más responsabilidad, he estado más a gusto y siento que he dado un paso adelante.

Sobre el futuro del club, parece que este verano será tranquilo en comparación con los anteriores.

-A priori se ve que será un verano tranquilo, luego cómo acabé será otra cosa. A ver si conseguimos fichar jugadores que aparte de dar el nivel hagan buen grupo. Como jugador se aprecia un montón. Tenemos a los vizcainos que hay por ahí, alguna gente conocida y espero alguna sorpresa.

Teniendo en cuenta que el Bilbao Basket está en la LEB Oro en estos momentos, ¿ve viable un ascenso del Zornotza a esta categoría?

-Sí creo que sería viable. Es más, le daría un nuevo enfoque a lo que es el baloncesto en Bizkaia. Siempre ha estado el Bilbao Basket como referente y tuvo la mala suerte de descender el año pasado. Se crearía una imagen de baloncesto que no había habido antes. Seguramente la mayoría apoyaría al Bilbao Basket, no me importa para nada y es lógico. Pero sería viable y bueno tener esa competición en la liga. Dos localidades cercanas de Bizkaia que compitan hace que tengan más ganas de subir. Se generaría algo bonito de vivir y de ver para el aficionado al baloncesto vizcaino.

¿Competir en la misma categoría puede fortalecer a los dos clubes?

-Sería una competición sana. Es verdad que hemos tenido cedidos del Bilbao Basket y que nos hemos estado ayudando los unos a los otros. Sin embargo, si se diera la casualidad de que estuviésemos en la misma liga, tocaría cambiar el chip. Sería una cosa bonita y que a mí personalmente me gustaría ver. Aunque luego también hay muchos factores económicos y administrativos que no dependen de mí y tampoco puedo opinar.