HACE ya unos cuantos años que la NBA ha dejado de ser ese mundo inaccesible que los aficionados tenían idealizado en los años 80. Como consecuencia, muchos jugadores no ven tan lejana la posibilidad de llegar a ella. A su vez, la mejor liga del mundo extiende sus tentáculos en cualquier lugar donde se juegue al baloncesto en busca del talento. Incluso llegan a la LEB Oro y la LEB Plata, donde evolucionan algunos jóvenes que quieren aprovechar uno de los atajos que están a su disposición en estas fechas. El mes que viene, se celebrará el draft y los jóvenes de 18 a 21 años tienen la oportunidad de presentarse a él o borrar su nombre hasta que tengan 22, que es cuando las franquicias puede elegir sin trabas. Es lo que se llama los early entry.

Al margen de aquellos que militan en la NCAA, 58 jugadores internacionales han decidido dar este paso. Pues bien, el Bilbao Basket se va a enfrentar este viernes a dos de ellos, que militan en el filial del Barcelona: el catalán Aleix Font, de 21 años, y el argentino Leandro Bolmaro, de 18. Seguramente, ambos ya estén siendo convenientemente seguidos por los ojeadores de la NBA, pero esta maniobra tiene una clara razón. La liga estadounidense organizará en Mónaco su próximo Global Camp y para poder estar presente en él es requisito importante, aunque no único, estar inscrito en el draft. De esta forma, los jugadores se muestran en directo a las franquicias y cotejan las opciones que tienen de ser escogidos, ahora o en el futuro. Si no están seguros de sus posibilidades pueden retirarse antes del 31 de mayo y conservan todos sus derechos de elección para años sucesivos.

Otros jugadores de la LEB Oro que han seguido esta vía son el base letón del Prat Arturs Zagars; el pívot brasileño del Melilla Felipe dos Anjos; y el pívot nigeriano-brasileño del Coruña, cedido por el Obradoiro, Michael Uchendu. En la LEB Plata, donde se han enfrentado al Zornotza, están el croata Leo Cizmic (Girona), el estonio Sander Raieste (Baskonia), el senegalés Biram Faye (Ávila, cedido por el Gran Canaria), el bosnio Njegos Sikiras y el madrileño Osas Ehigiator, ambos del Tormes, aunque pertenecen al Fuenlabrada.

Muchos pueden pensar que estos jugadores no han demostrado gran cosa hasta ahora, pero tampoco lo habían demostrado Dirk Nowitzki hace más de veinte años cuando pasó directamente de la Segunda División alemana a los Dallas Mavericks o Nikola Jokic, que no había salido de Serbia cuando los Denver Nuggets se fijaron en él. Esta misma temporada han debutado en la NBA dos jóvenes europeos de trayectoria opuesta: Luka Doncic dio el salto tras dominar en la Liga Endesa y la Euroliga y Rodions Kurucs ha llegado a titular en los Brooklyn Nets después de jugar 40 partidos en la LEB Oro en dos temporadas con el filial del Barça y apenas media docena en la ACB con el primer equipo. El letón no se conformó y encontró en Nueva York la confianza que no tuvo como culé y lo mismo puede pasar con Aleix Font, que esta temporada, en la que ha estado centrado en los estudios, ha debutado a las órdenes de Pesic sin que se sepa cuál será su rol en el futuro.

Visto lo que cuesta abrir la puerta a los jóvenes en las principales ligas europeas, tampoco extraña que quieran explorar sus posibilidades al otro lado del Atlántico. No hace falta ser un aspirante a estrella para conseguirlo en este baloncesto tan especializado. Al fin y al cabo, tampoco tienen nada que perder y durante tres años pueden enseñar sus progresos a las franquicias en las diferentes competiciones oficiales, campus y torneos que pueblan el calendario. Y es que los caminos a la NBA son inescrutables y en cualquier momento puede llegar una oportunidad.