Bilbao - El Bidaideak Bilbao BSR no pudo levantar el primer título de su historia al caer derrotado ante el Ilunion en la final de la Copa. Los bilbainos jugaron a rachas y no encontraron una línea regular que les permitiera meterse de lleno en el partido. Los dirigidos por Esteban Núñez cometieron varios errores, pero el buen hacer de los madrileños fue la clave para que el conjunto de la capital vizcaina estuviera siempre por detrás en el marcador. A remolque y con la sensación de que el adversario tenía la capacidad siempre de castigar hasta el más mínimo error. “El rival ha estado muy bien y no nos han dado prácticamente oportunidades”, reconoció el técnico bilbaino, que quiso destacar el buen papel realizado por los suyos en los partidos del sábado, donde se ganaron el pase a la final de forma contundente.

Una de las razones de la derrota de los bilbainos fue la facilidad anotadora mostrada por el Ilunion. Letal en la larga distancia con Bywater como estilete y con una presencia demoledora en los puestos interiores. “Nos ha faltado un poco de intensidad defensiva, sobre todo, para que su mejor tirador no tirase cómodo y poder cerrar también la zona porque ellos tienen jugadores muy grandes y además ahora mismo están físicamente muy bien”, explicó Núñez, que reconoció que habían estado “un poco flojos” en ese aspecto y que eso hizo que el conjunto madrileños encontrara más caminos hacia la canasta.

Esa fragilidad defensiva provocó que el Bilbao BSR jugará a “trompicones” todo el encuentro, sin encontrar una regularidad en su juego y lejos de lograr un parcial contundente que le permitiera entrar de lleno en el choque. “Nos poníamos entre siete y cinco puntos abajo, pero a nada que tuviéramos un par de fallos se nos ponían diez arriba de nuevo”, afirmó el entrenador bilbaino. En ese intercambio de golpes, la sentencia llegó con la explosión anotadora de Terry Bywater. “En ese toma y daca de ir a trompicones ha llegado un momento en el que han metido un 0-9 y se ha roto el partido”, declaró. A pesar de eso, los bilbainos no tiraron la toalla y decidieron probar “muchas variantes”. Cambiaron defensas y sistemas ofensivos, pero el conjunto madrileño tenía todo bajo control. - J. Victoria de Lecea