Barakaldo vive su día grande de Copa. El club fabril se mide al Málaga esta tarde (18.00 horas) en la primera eliminatoria del torneo copero, que enfrenta al conjunto local, segundo clasificado en Segunda RFEF, contra el tercero en Primera RFEF. Un club, el malacitano, que busca recuperar su sitio tras dos descensos y que llega a Lasesarre con el objetivo de dar un primer paso y, con ello, acabar con la racha de 46 partidos invicto por parte del Barakaldo.

Un duelo copero que enfrentará a ambos conjuntos por primera vez desde 1981. En aquel entonces los fabriles, que no conocen la derrota frente a los malagueños en los cuatro enfrentamientos que han tenido lugar en Lasesarre, vencieron por 3-1 con hat-trick de Otaolea, que será precisamente quien realizará el saque de honor por haber jugado, además, en ambos conjuntos. La jornada de hoy dejará una estampa muy pocas veces vista en Lasesarre, sobre todo en los últimos años. Al cierre de esta edición, se espera que más de 5.600 personas, entre socios y aficionados, den su apoyo a los fabriles desde las gradas, lo que supondrá una de las mejores entradas registradas por el estadio en sus veinte años de historia, ya que en el duelo ante el Rayo Vallecano hace cuatro temporadas se registraron unos 5.500 espectadores y ante el Valencia en 2015 apenas se superaron los 5.000. Además, el club ha realizado un llamamiento a través de las redes sociales para lograr un ambiente como el de las grandes ocasiones. A las 16.30 horas toda la masa social está convocada en la calle Zaballa para ir calentando motores antes de la kalejira que conducirá a los más animados hasta el campo.

Una vez allí, no lo va a tener fácil el conjunto dirigido por Imanol de la Sota ante uno de los “cocos de Primera RFEF”, como el propio técnico define. Tercero, a dos puntos del líder, el club malaguista busca recuperar cuanto antes su sitio en el fútbol profesional. “Si nos atenemos a la historia, se trata de un club que ha sido de Champions no hace mucho”, recuerda el entrenador de los fabriles, “y que ahora es uno de los más potentes, no solo por historia, sino también por presupuesto, de su grupo”.

Precisamente el capitán, Aimar Sagastibeltza, ya sabe lo que es medirse a los andaluces en Copa del Rey. El defensa central, que volverá al equipo tras el “borrón” de su expulsión ante el Gernika y la sanción que cumplió el pasado fin de semana en Brea, tuvo la oportunidad de disputar una eliminatoria ante el equipo andaluz hace doce temporadas, cuando militaba en el Eibar. “Tuve la suerte de enfrentarme al Málaga, que estaba en Primera en un momento potente con jugadores como Saviola o Joaquín”, recuerda el veterano capitán. “Fue una experiencia muy positiva, ya que pasé una mala temporada en lo personal y en Copa pude participar y hacer mis mejores partidos con el Eibar aquel año”, un conjunto armero que acabaría ascendiendo a Segunda División tras eliminar al Athletic en Copa antes de caer ante los malacitanos.

Debut en el torneo

Por contra, el entrenador vivirá su debut en el torneo del K.O., en el cual todavía no ha participado desde los banquillos. “Lo tomo como una experiencia más que a todo el mundo le gusta vivir, tanto a los técnicos, como a los jugadores, como a la afición”, dice el preparador, a quien le gusta el formato a partido único. “Poder enfrentarte a un equipo de superior categoría en tu campo hace que sea un día muy especial, no solo para nosotros, sino para todo el pueblo”, añade el entrenador, que también relativiza: “no deja de ser un partido de fútbol, que es a lo que nos dedicamos, pero con el aliciente del ambiente que habrá en las gradas y de que el que gane, sigue y el que no, se va para casa”.

Esto mismo ocurrirá con la racha de 46 encuentros sin conocer la derrota por parte del Barakaldo, otro de los objetivos a batir por parte del Málaga esta tarde en Lasesarre: Lograr algo que nadie logra desde el 20 de marzo de 2022, en que los gualdinegros cayeron ante el San Ignacio. Una cantidad de partidos que habla por sí sola pero de la que ni el entrenador ni el capitán quieren oír hablar. “No tratar este tema en el vestuario nos hace más fuertes mentalmente”, dice el míster, “ya que nos permite fijarnos solo en el siguiente partido”. Aimar añade: “Solo pensamos en analizar lo que viene, no en lo que ha pasado, y eso hace que tratemos por igual a todos los rivales y todos los partidos”. l