La mayoría de los equipos de la ACT y la ARC ya tienen la posibilidad de entrenar en el agua. Esta semana llegaron los permisos y la luz que aparece al final de este túnel creado por el coronavirus empieza a ganar fuerza en el sector del remo. La posibilidad de celebrar las competiciones es cada vez más real y la incertidumbre disminuye con el paso de los días. Han sido meses llenos de dudas, sin saber qué ocurriría. Todos los clubes han vivido cada avance con esperanza y cautela pero en un club el pesimismo era mayor al no depender de las mismas leyes que el resto. Lapurdi debe mirar al Gobierno francés para celebrar sus entrenamientos y hasta el último momento su participación esta temporada ha estado en duda, ya que el permiso para poder entrenar no ha llegado hasta el último minuto. Esa luz verde que ha llegado sobre la bocina ha permitido a los de Iparralde entrenar y han pasado de golpe del pesimismo a ser el primer equipo en salir al agua. Ahora solo queda dar el siguiente paso, esperar que las fronteras se abran para julio y puedan ir a Hegoalde a competir. Por ahora ya han dado las primeras paladas.Lapurdi recibió respuestas negativas a sus peticiones para poder sacar su trainera al agua. El equipo de Iparralde temió no poder salir a entrenar al mismo tiempo que el resto de sus rivales y además el cierre de las fronteras no le permitía ir a otro club de Hegoalde para desembarcar desde ahí. Pero en el último momento llegó un correo electrónico que lo cambió todo. “A las 10 de la mañana del viernes nos dijeron desde la Federación francesa que no se podría remar por decisión del ministerio y 45 minutos después, la misma persona nos mandó otro mensaje diciendo que el anterior correo no valía y que nos daban permiso para salir. No nos lo podíamos creer y fue todo muy inesperado”, explica Bixente Echegaray, presidente del club. Los pronósticos eran pesimistas con Lapurdi pero un mensaje hizo que pasaran de ser la trainera con más dificultades para salir a ser la primera en disfrutar de un entrenamiento en el agua: “En las reuniones siempre éramos los que andaban llorando y pidiendo que nos tuvieran en cuenta y al final hemos sido los primeros en salir. Parecía que hacíamos teatro, pero ha ocurrido así”.

La opción de quedarse en tierra fue una posibilidad muy real para Lapurdi. El club de Iparralde recibió varias negativas por parte del gobierno francés y tuvo que buscar planes alternativos para poder entrenar. “Varios equipos de Hegoalde nos ofrecieron sus lugares de entrenamiento para poder ir ahí y dejar la trainera. Esa solidaridad entre los clubes se agradece mucho en estas situaciones”, comenta Echegaray. Finalmente esa ayuda no fue necesaria. La Federación francesa logró llegar a un acuerdo con el Gobierno de Macron y ya el sábado pasado los remeros de Lapurdi pudieron salir al agua con la embarcación.

Hasta que llegó el mensaje, la única opción de Lapurdi era esperar a que abrieran la muga. “Estábamos preocupados pero teníamos la tranquilidad de que el 1 de julio como tarde abrirían las fronteras y podríamos ir a entrenar a Hegoalde. Esa era nuestra esperanza”, afirma Echegaray. Pero esa espera fue mucho menor de la esperada y ahora los remeros de Iparralde disfrutan de los entrenamientos en el agua. “Fue una libertad enorme. Nos lo dijeron el viernes y ese mismo día los remeros ya querían salir a entrenar. Tuvimos que pararles un poco porque no teníamos nada preparado pero el sábado ya pudieron salir”, añade Echegaray.

inicio de la arc-2

Ahora, el siguiente paso para Lapurdi es esperar que abran las fronteras en julio y así puedan competir en la ARC-2. El Ejecutivo galo comunicó que pretende hacerlo el día 21 y si se da ese paso, Lapurdi no tendría ningún problema para viajar a Pasaia el 11 de julio, día programado para el inicio de la competición. Es la próxima fecha clave para los de Iparralde, aunque tras las últimas noticias el optimismo está instalado en el club: “Ahora mismo no tenemos permiso, eso es así, pero por suerte para nosotros las regatas empiezan en un mes y suponemos que podremos cruzar la frontera europea como cualquier habitante europeo”. Aunque desde el club no descartan tener que lograr permisos especiales para poder llevar a cabo su actividad.

Lapurdi no contaba con poder salir al agua y había hablado con clubes de Hegoalde para entrenar en sus instalaciones