PLENTZIA. Tras medio año viajando por el mundo a la caza de las mejores olas gigantes, Natxo González (Plentzia, 1995) ha terminado la temporada en un meritorio quinto puesto que le mantiene en el circuito mundial junto a los mejores. Después de varias lesiones y el histórico 10 conseguido en la competición portuguesa de Nazaré, el vizcaino avisa de que “este año me ha servido para creer en mí, para sentir que puedo ganar y para la temporada que viene ir a muerte a por ello”.

¿Qué valoración hace de la temporada?

-Ha sido una temporada increíble. Primero por lo que me pasó en Nazaré. Fue algo histórico sacar un 10 y hacerme un tubo en esa playa donde nadie lo ha había hecho antes. Y, segundo, porque este año me ha servido para creer en mí. Cuando quedé tercero en Nazaré tenía posibilidades de ganar el circuito. Entonces me preparé muy bien y fui a por ese objetivo. Pero era un objetivo que no sentía al 100%, ser campeón del mundo contra gente que tiene 45 años... Pero ahora me lo creo, ahora siento que puedo serlo. Así que la temporada que viene voy a ir a muerte a por ello.

¿Cómo se toma ese quinto puesto?

-Ha sido brutal. Todo un aprendizaje y una experiencia que me ha servido para demostrar a la gente lo que valgo. Porque no soy el chaval que está empezando en las olas grandes. No. No estoy empezando, llevo desde que era un enano, lo que pasa es que me conocen desde hace poco. Pero después de este año, ya me empiezan a tener en cuenta.

Esta temporada matemáticamente tenía opciones de ganar el circuito mundial, pero la última prueba, Mavericks, no se celebró.

-Eso es, si en ese evento yo lo hacía muy bien y los otros no tan bien, tenía una oportunidad de ganar. Lo tenía difícil, pero había una oportunidad. Realmente, cuando dije que podía ganar es porque iba tercero en la general tras el campeonato de Nazaré, que fue el primero, y se iba a celebrar la siguiente prueba en Hawai. En esos momentos mis posibilidades eran bastante reales.

Sin embargo, en el Jaws Challenge, en Hawai, no tuvo su mejor actuación.

-Por estrés acumulé presión, no solo por estar ahí arriba, sino también por las olas a las que me tuve que enfrentar. No tenía tanta experiencia en Hawai como el resto y nos enfrentamos a una marejada de otro mundo. De hecho, se suspendió la primera jornada porque había un porcentaje alto de que alguien muriera y la suspendieron justo antes de mi manga. Yo estaba concentrado, con la estrategia marcada y engorilado, pero el hecho de que me pararan me descolocó completamente.

¿Cree que el evento de Jaws se debió de cancelar?

-Creo que el segundo día también se debió de haber suspendido porque las condiciones de viento no eran favorables y estaba imposible de surfear, pero lo tiraron y se completó.

Y, después de eso, se lesiona.

-Sí, inflamación del pleura por estrés. Me tuvieron que llevar en silla de ruedas a casa, tenía un dolor que no podía ni respirar. Fue muy duro, estuve mes y medio en la cama, sin presión. Y tuve la suerte de que en ese momento no había campeonatos. Cuando me recuperé fui a una prueba en Galicia y me volví a lesionar. Fue un golpe serio y perdí la confianza. Mi mente ya no estaba centrada y, para rematar, en uno de los baños en Roka Puta me di un golpe en las costillas con la tabla.

Así que le vino bien que no se celebrara Mavericks, la última prueba del circuito.

-Sí, yo estaba en mi cama rezando porque no tiraran Mavericks porque no estaba al 100% y ahí o estas al 100% o no haces nada. Así que al final estoy muy feliz con mi quinto puesto, de ver que soy capaz de estar ahí y de demostrar que soy uno más. Ahora con la ola de Nazaré me tienen en cuenta.

¿El 10 en Nazaré le abrió puertas?

-Se hizo muy viral porque Nazaré es una ola con mucho nombre y un campeonato muy importante, pero lo que más me motivó fue el impacto que tuvo surfísticamente. Gracias a ella no soy el niño que de repente apareció. Gracias a ella soy Natxo.

¿Es un problema ser tan joven en una disciplina donde todos son más veteranos?

-La primera vez que me clasifiqué para el circuito tenía 18 años, fui a sitios donde nunca había surfeado y sí que estaba perdido. Me sentí pequeño. Pero ahora, que el resto sean mas mayores me da un punto de relajación porque no tengo nada que perder, me quedan 20 años de profesión.

¿Y en esos 20 años se ve como campeón del mundo?

-Este año quiero ir a por ello, sé que es complicado pero mi objetivo es ese. Como el año que viene tengo oportunidad de estar ahí e intentarlo, pues voy a saco.

Se ha convertido en el padrino del Punta Galea Challenge, ¿cómo ve que la prueba haya vuelto a sus orígenes, fuera del circuito mundial?

-La Galea es una ola muy buena, es donde yo he aprendido a surfear olas grandes, pero es muy difícil cogerla perfecta y si no está perfecta no es una ola de clase mundial. Cuando vino el circuito, llamaron al campeonato con unas condiciones no favorables. Yo, que soy de aquí, solo la he cogido perfecta cinco veces en mi vida, así que imagina lo difícil que es reunir en un evento, de un día para otro, a gente internacional y hacerlo con olas perfectas.