Duración: 33:38 minutos.

Saques: 5 de Ezkurdia.

Pelotazos: Se cruzaron 146 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 12 de Ezkurdia por 4 de Víctor.

Errores: 1 de Ezkurdia por 5 de Víctor.

Marcador: 2-0, 2-1, 3-1, 3-2, 13-3, 14-3, 14-4, 18-5 y 22-5.

Incidencias: Buena entrada en el frontón de Legutio. Las apuestas salieron 100 a 60 a favor de Ezkurdia. Jokin Etxaniz ejerció como botillero de Ezkurdia, mientras José Ángel Balanza, Gorostiza, asesoró a Víctor.

bilbao - Cabizbajo, con la mirada enroscada al suelo, apuntó Víctor que no se sostenía en pie sobre la cancha, que le costaba enraizar, que patinaba. Así que al riojano, el suelo del frontón de Legutio le pareció una pista de patinaje que no le dejó mantenerse erguido ante Ezkurdia, un gigante que fulminó a Víctor sin compasión. El delantero de Arbizu no dio respiro a Víctor, que no acabó de entrar en el duelo de la liguilla de cuartos del Cuatro y Medio, porque Ezkurdia, poderoso, certero y repleto de confianza se lo impidió. Ezkurdia colocó el cartel de reservado el derecho de admisión y al de Ezcaray no le quedó otra que plegarse al poder ejecutivo del navarro y su acción de gobierno. La presencia de Víctor sobre la cancha duró un par de directos: un buen gancho y una fantástica paradita al txoko. Después, Ezkurdia le aplastó. Apisonadora.

En Legutio fue lo que quiso Ezkurdia, que no solo obtuvo una victoria para alimentar la esperanza a través de la procelosa liguilla de cuartos que comparte con Aimar y Altuna III, sino que lo hizo con un marcador que inunda de pesimismo a Víctor, que nada pudo hacer ante la potencia de fuego del de la Sakana, que siempre manejó el tempo del debate. Imprimió velocidad a la pelota, horadó al riojano con el saque, -le endosó cinco- y se mantuvo en la dirección correcta. Nada de distracciones ni torpezas a destiempo. Sobre un piso en el que la pelota corría con cierta histeria, el impulso de Ezkurdia descascarilló la defensa de Víctor, que apenas sí dispuso de pelota para rematar, ovillado en tareas de achique. El festín se lo dio Ezkurdia, sereno, firme y sin tribulaciones. Su manual de estilo, el del golpe y tentetieso, retrató su mejor versión, la de un pelotari convencido de sus cualidades. “Estoy a gusto, disfrutando, con confianza”, relató el navarro, que ganó el centro de la cancha y desde allí movió los hilos de un partido que se quedó sin vida tras un amanecer con ciertas promesas.

Ezkurdia se ocupó en pulverizar cualquier atisbo de otra realidad, de un mundo imaginario. Víctor perdió pulso y al duelo se le acabó el latido cuando se disparó Ezkurdia, con chispa y mecha en cada fotograma. El navarro tejió una tacada de diez tantos consecutivos (del 3-2 al 13-2) hasta que Víctor pudo sumar el tercero de su casillero. Fue un desfile militar el de Ezkurdia. Una marcha marcial. Solo perdió una pelota y dibujó un marcador rotundo con una segunda parte que fotocopió la anterior. Jugó a solas, evaporado Víctor. Imponente Ezkurdia.