Biasteri - Jon Mariezkurrena (Berriozar, 1999) debutará con Asegarce el viernes. Lo hará en el estelar del Desafío del Vino, en principio, junto a Oinatz Bengoetxea. “Espero que me ayude bastante”, dice el guardaespaldas navarro, al que se le han adelantado los fastos de su estreno en el profesionalismo. Y es que, tal y como revela, en reuniones anteriores al Torneo ETB-LEPM, en el que se probaron a diferentes manistas aficionados de futuro, desde la operadora bilbaina le comentaron que el salto podía darse con los primeros coletazos del otoño, entre finales de septiembre y la primera quincena de octubre. Visto el despliegue en el campeonato, la empresa tomó la decisión de adelantar los acontecimientos. “Llamaron a mi padre un lunes por la mañana. Inmediatamente, contactó conmigo para decirme que nos habían citado en el Labrit”, recuerda. Entre los dos e Iker, hermano mayor de Jon -también zaguero de futuro-, empezaron a especular sobre qué era lo que iba a suceder. “Pensábamos que nos querían confirmar la fecha del debut una vez pasado el verano”, concreta. No era eso. En la operadora dijeron que les había gustado cómo había jugado, que le veían para dar el salto cuanto antes. El verano es buena época para la siembra de pelotaris: mucha actividad regada con oportunidades para casi todos. Mariezkurrena II dará el salto de Neil Armstrong a un estelar de campanillas. “Me puse contento y, a la vez, sorprendido”, asevera el de Berriozar.
“Pocos pelotaris tienen la oportunidad de comenzar en profesionales en un frontón como el Labrit de Iruñea lleno hasta la bandera”, cuenta el joven guardaespaldas de Asegarce, que es una de las joyas para apuntalar la zaga de la operadora, a la que quedará ligado para las próximas dos campañas. “Debutar en Sanfermines es algo muy especial para los navarros. Hay juerga, un ambientazo enorme y los amigos y familiares me acompañarán. Espero que los nervios me ayuden”, desgrana el berriozartarra, al que le desaparece la tensión “una vez que calienta”.
El día del descorche, en un escenario de excepción, compartirá gerriko con Bengoetxea VI -reciente campeón del Cuatro y Medio de San Fermín-. El leitzarra es uno de los manistas en los que siempre puso la lupa Mariezkurrena II. También en Aimar Olaizola. “Siempre les he animado. Después, poco a poco, te vas fijando en los que juegan en tu demarcación. Entre ellos, prestaba atención a José Javier Zabaleta y, de mi empresa, a Jon Ander Albisu y Mikel Larunbe”, recita un guardaespaldas largo, con andamiaje para trazar un futuro basado en el poder. Jon mide 1,95 metros y pesa 83 kilogramos. Se define como “pegador”. Por eso, le viene mejor el material del campo profesional. “Tengo dos manos bastante buenas y con la derecha soy bastante pegador. Tampoco suelo fallar mucho, tengo seguridad. Además, cubro bastante cancha para lo grande que soy, me coordino bastante bien, cubro cancha y soy compañero”, desbroza el manista navarro, que se encuentra mejorando la resistencia y es veloz en los desplazamientos. Por trabajo no será. “Desde octubre estoy con un preparador físico y con él hago dos sesiones a la semana. Además, hago una por mi cuenta. He mejorado mucho. En este tiempo he cogido siete kilos de músculo”, explica Mariezkurrena II.
El guardaespaldas de Berriozar se formó entre el club Oberena y el Erreka de Doneztebe, donde completó sus “últimos años”. Así, desde pequeño se amoldaba bien a todas las modalidades, también en el mano a mano y el cuatro y medio. “Ahora, casi todos los que juegan el individual son delanteros. Si entrenara, creo que me podría amoldar bien, pero mi intención es dar el nivel a parejas. Después, ya veremos”, afirma el de Asegarce, que siempre fue zaguero aunque “cuando era pequeño y mi hermano no tenía delantero”, jugó “alguna vez” en los cuadros alegres.
Mariezkurrena II es uno de los pelotaris llamados a marcar la pauta en los cuadros largos una vez se adapte a la velocidad y el nivel de sus compañeros. “No es lo mismo entrenar que jugar. Mi objetivo es ir paso a paso y disfrutar de los partidos que tengo. La idea es ir subiendo poco a poco”, argumenta el neófito, quien remacha que “la etapa de aficionados me ha hecho subir mucho, ya que he jugado ante pelotaris con muchas tablas”. El futuro de Jon está por escribir. El viernes sellará la primera página de un nuevo tomo de su vida.