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Hermanos dentro y fuera de la cancha

Joseba Estalayo, del Zornotza, y Juan Torres, exzornotzarra y ahora en el Santurtzi, se miden hoy en el derbi vizcaino

Hermanos dentro y fuera de la canchaJose Mari Martínez

EL Zornotza realizó la mejor temporada de su historia el curso pasado. Fue un año de alegrías en el que el ascenso a la LEB Oro se quedó a un suspiro. Parte de la culpa de ese resultado la tuvo la piña creada en el vestuario. Los jugadores fueron hermanos en la cancha y fuera de ella. Vínculos creados que todavía perduran. “Dentro del vestuario había una amistad que llegó a ser como de hermanos y actualmente nos seguimos llevando a muerte. Eso lo aprecio y lo guardo como un tesoro, ya que jugar con gente que de verdad te llene es algo muy especial”, afirma Joseba Estalayo (Leioa, 1996). Aunque el baloncesto es impredecible y más en estas categorías. La estabilidad es un rara avis entre los jugadores y es muy complicado saber dónde se estará al año siguiente. Ese es el caso de Juan Torres (Bilbao, 1992), que al acabar la temporada pasada decidió dejar Larrea e iniciar su segunda etapa en el Santur-tzi y hoy se enfrentará al Zornotza a partir de las 18.30 horas, donde se encuentra su hermano leioztarra, convertido en rival durante cuarenta minutos. Un derbi vizcaino que mide a dos equipos que luchan por llegar a lo más alto de la clasificación de la EBA.

Torres y Estalayo siguieron muy de cerca la exclusión del Zornotza de la LEB Plata. El bilbaino, que ya había fichado por el Santurtzi, vivió todo desde un plano alejado, pero tremendamente preocupado por lo que ocurría en el club: “El Zornotza es como si fuera mi casa y el club que apostó por mí para dar el salto. El que se crea que le deseaba el mal, como me han llegado a decir en verano, se equivoca. Todo lo contrario. Me dio mucha pena la situación y aunque sabía que no iba a jugar ahí, lo viví con intranquilidad porque afectaba a gente que yo quiero mucho”. Diferente era el caso de Estalayo. El leioztarra apostó por quedarse en el Zornotza y vivió en un sin saber hasta que todo quedó aclarado: “Semana a semana se veía mal y cada vez quedaba menos para empezar la temporada. Mis compañeros fueron fichando por otros equipos y, por temas extrabaloncestíticos, yo no tenía opciones de irme lejos, no tenía ningún equipo asegurado”.

Esta es la segunda etapa del pívot bilbaino en el Santurtzi. Una nueva experiencia, pero sensaciones recordadas, parecidas a las vividas la temporada pasada en el vestuario del Zornotza. “Volví a Santurtzi porque cuando jugué ahí me trataron muy bien. Somos jugadores que hemos jugado en contra en las categorías inferiores. Ahora al compartir vestuario y estar tan comprometidos, nos llena de orgullo saber que es nuestro lo que conseguimos”, cuenta Torres, que encuentra diferencias con respecto al vestuario zornotzarra: “El año pasado el tema familia era entre los nacionales y, sobre todo, entre Dani de la Rúa, Iker Salazar, Joseba y yo. Se vio que mientras todos llorábamos en Valladolid, otros ya pensaban en su próximo equipo. Es lo que no me gustó de esas categorías”.

Otro escenario muy diferente es el que vive Estalayo. El verano en el Zornotza fue muy ajetreado y es el único jugador que permanece desde la temporada pasada, el resto viene de fuera y muchos de ellos son extranjeros. “Me hubiera gustado que hubiera más gente nacional y de Bizkaia, que hubiéramos apostado más por la gente de aquí. Pero no se puede echar nada en cara al Zornotza. Las circunstancias que se han dado y las fechas para fichar que ha habido, creo que se han sentido obligados a fichar gente de fuera”, reconoce el escolta de Leioa, que este año siente una responsabilidad añadida en el equipo al tener que “enseñar a los jugadores que vienen cómo queremos jugar y nuestra filosofía”.

dos fórmulas acertadas Dos equipos con filosofías diferentes. Cada uno con un camino para llegar hasta lo más alto y hasta ahora las dos fórmulas parecen acertadas. Zornotza no conoce la derrota y Santurtzi está con cinco victorias y solo un tropiezo. Rachas positivas que esperan mantener hoy. “Menos el último partido ante el Gallofa, cuando ganaron por un punto, han ido sobrados. Son un equipo que a priori parecen intratables, pero nosotros estamos en buen camino y van a tener las cosas difíciles”, explica Torres. Estalayo tampoco se fía del conjunto santurtziarra: “Veo al Santurtzi como un equipo más hecho que nosotros. Prácticamente es la misma plantilla que el año pasado y los que vienen son conocidos. Son un equipo que siempre puede dar problemas y son muy duros”.

Aunque lo que tienen claro Estalayo y Torres es que el partido de hoy “está marcado en el calendario”. Es un encuentro especial. Lucha entre amigos. Cuarenta minutos en los que es clave aparcar cualquier amistad y pelear solo por su equipo. “Se me hará muy raro jugar como visitante en Larrea, pero tengo muchas ganas. Además jugar contra Joseba será especial. Nos pegaremos durante cuarenta minutos pero todo quedará ahí”, afirma el bilbaino, que volverá al campo donde tan buenos momentos vivió la temporada pasada. Un parqué en el que se forjo una amistad que llegó a convertirse en una familia y ahora dos de aquellos ‘hermanos’ deberán enfrentarse cara a cara para defender los intereses de sus respectivos equipos.