La bestia negra del Gernika
Las gernikarras caen por tercera vez esta temporada ante el Girona y se complican el pase en la Eurocup
SPAR CITYLIFT GIRONA: Martínez (11), Buch (10), Mendi (9), Traoré (7), Colhado (14) -cinco inicial-, Conde (5), Alminaite (2), Romeo (11) y Evans (12).
LOINTEK GERNIKA: Gómez (14), Alston (18), Pina (10), Bas (7), Devaughn (9) -cinco inicial-, Díez (8), Molina (1) y Ariztimuño (1).
Parciales: 16-22, 46-34 (descanso), 66-50 y 81-68.
Árbitros: Van Slooten, Grigioni y Konstantinovs. Eliminaron por cinco faltas personales a Díez y Bas.
Incidencias: Unas 200 personas en el Pavelló Fontajau de Girona.
Bilbao - El Spar Citylift Girona es la bestia negra del Lointek Gernika esta temporada. Un rompedor de sueños. Las dirigidas por Mario López cosecharon ayer la tercera victoria consecutiva ante el conjunto catalán. Esta vez a domicilio. Sin dejar una mala imagen, las gernikarras compitieron con entereza durante todo el partido, pero otra vez más se quedaron cortas ante el arsenal ofensivo del Girona y su fortaleza física bajo los aros, cayendo por 81-68. Demasiados puntos encajados para hacer frente a un equipo que ha dejado muy claro en esta fase previa que es uno de los candidatos a luchar por el título final de la Eurocup. Esta derrota deja al Gernika sin opciones de lograr la clasificación directa como segundo de grupo, aunque le queda la esperanza de clasificarse como uno de los dos mejores terceros de su conferencia, pero para ello deberá ganar los dos partidos que le quedan. Ambos en La Casilla.
Esta vez, al Gernika no le pilló desprevenido el arranque agresivo del Girona. Cada encuentro es una experiencia, una lección aprendida y poco tiene que ver el conjunto foral del debut europeo con este. Con las piezas ya prácticamente ensambladas y adaptadas mejor a la competición, su juego es mucho más fluido y a la hora de defender son capaces de competir en el plano físico. La mejor prueba de ello fue el resultado de los primeros minutos. Las pupilas de Mario López llevaron el ritmo del partido. Anna Gómez marcó los tiempos y al son de la base catalana, con el resto de piezas ejerciendo de letales puñales, las vizcainas consiguieron una máxima ventaja de nueve puntos nada más iniciar el segundo cuarto (16-25).
Pero el Girona es un equipo con muchas armas. Cada rotación es una aportación extra. Piernas de refresco para mantener esa intensidad física que poco a poco empezó a hacer mella en las gernikarras. Los tiros dejaron de entrar con fluidez y las gerundenses encontraron la llave que abrió el cerrojo vizcaino para primero igualar el partido y luego marcharse en el marcador. Las dificultades para contener la ofensiva rival no fueron contrarrestadas por un buen ataque. El Gernika no supo como atacar la zona impuesta por el Girona y vieron como el electrónico reflejó un poco halagüeño 46-34 al descanso.
Esa tendencia siguió al salir del vestuario. Al Gernika le faltaron ideas y se le encogió el brazo a la hora de tirar. Las dudas pesaron demasiado y el conjunto gerundense siguió a lo suyo. A velocidad de crucero. Golpe a golpe sin bajar de ritmo en ningún momento. La distancia creció y creció y el Girona llegó a colocarse con una ventaja superior a la veintena. Las esperanzas del Gernika quedaron prácticamente sepultadas y lo único que quedó fue encomendarse a la heroica. Así, una buena sucesión de triples convertidos por Díez, Alston y Gómez dieron algo en el aire antes de finalizar el tercer cuarto (66-50).
pelea hasta el final El Gernika tiró de corazón para sobrevivir a los minutos finales y cerca estuvo de darle un susto a su poderoso rival. Lejos de venirse abajo por el marcador y las sensaciones vividas en los minutos anteriores, las gernikarras siguieron apretando cada línea de pase, metieron las manos para intentar robar balones y buscaron el aro con más soltura que en fases anteriores. Los tiros de María Pina fueron el descorche de un último buen parcial. El trabajo empezó a dar sus frutos y con un triple de Marina Bas, el Gernika consiguió ponerse a diez puntos (75-65). Pero otra vez más se repitió la historia y tuvo la misma protagonista. Nuria Martínez se encargó de responder de manera rápida y sepultar definitivamente cualquier rebelión. La base catalana anotó un triple clave y a partir de ahí el Girona recuperó el control del partido para hacerse con la victoria.