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Retorno a África

El bermeotarra Julen Urdaibai disputará desde el domingo en Mozambique una prueba de ultrafondo de 220 kilómetros en cinco etapas

Retorno a ÁfricaFoto: DEIA

JULEN Urdaibai retorna a África. El ultrafondista bermeotarra, con amplia experiencia en pruebas de ultrafondo, vuelve a enfrentarse a una competición deportiva en la Ultra Africa Race, una carrera por tierras de Mozambique de 220 kilómetros de distancia a completar en cinco etapas del 5 al 9 de noviembre. El hambre de aventura propulsa a un atleta que este año ha tenido que activar un plan C, “medio de rebote”, como califica, tras sortear diversos problemas que le apartaron de los puntos de salida de otras dos pruebas de autosuficiencia, pero mantiene intacto el espíritu por enfrentrarse a nuevos retos.

“Si no tuviese ganas no lo haría”, reconoce Urdaibai (Bermeo, 1974), que durante la última década ha encadenado algunas de las citas más prestigiosas del calendario internacional de ultrafondo como el Maraton des Sable en el Sahara, la Fire and Ice Ultra en Islandia, la Jungle Marathon en Amazonas o la Antartic Ice Maraton en la Antártida. En todas ellas ha cosechado puestos de cabeza, además. Este año, no obstante, “ha sido complicado”. Tras disputar la Transalpine Run en los Alpes a comienzos de año, una lesión le apartó de la Ice Ultra de Suecia en febrero y posteriormente no se vio con fuerzas de embarcarse en una aventura de similares características en Asia, “como no lo hacía desde hace algunos años”. No le resultó posible. “Sea por lo que fuera no pude acudir”, relata. Mozambique se erige en una oportunidad para reencontrarse con las sensaciones de siempre en África, un terreno que ya pisó en 2015 en la Kalahari Augrabies Extreme Marathon.

Urdaibai portará consigo mismo la comida y el equipamiento que necesitará durante los cinco días de aventura africana, en la que tomarán parte 24 corredores de diferentes puntos del globo terráqueo. La comida liofilizada será su sustento para encarar etapas que van de los 35 a los 48 kilómetros de longitud en terrenos “bastantes cómodos si los comparamos con otras pruebas en las que he participado. No es un terreno tan hostil y la temperatura no será extrema. Rondará entre los 20 y 30 grados durante el día, bajando a los 10 grados por las noches. Teniendo en cuenta que venimos del verano, no creo que se me haga complicado aclimatarme. El terreno tampoco parece ser muy complejo, ya que correremos sobre arena, pasaremos por poblados...”, desvela, si bien acumulará 3.600 metros de desnivel positivo, que tampoco es poco. El estilo de la prueba apenas variará con respecto a citas pasadas; lo que sí ha cambiado es el entrenamiento. “Mi entrenador, Luis Toribio, y yo hemos optado por hacer algo más de entrenamiento de fuerza, cuando anteriormente era eminentemente de carga”. Un chaleco lastrado con peso ha sido su compañero de entreno durante las últimas semanas -con seis sesiones por semana-, en las que el bermeotarra ha pulido los últimos detalles de su preparación. “Creo que llego más fresco que en otras ocasiones”, asevera.

Pese que se encontrará con menos dificultades de las que está acostumbrado, eso no supone que un pequeño detalle deje fuera de juego a Urdaibai. Una ligera molestia, incluso una ampolla, puede echar por tierra su aventura. Un cambio de temperatura o la mala hidratación puede costar aún más caro. “Como siempre, hay que medir todos los detalles, ya sea en cuestión de alimentación, como en equipamiento o material sanitario”, afirma. No es para menos, ya que el de Bermeo correrá con todo lo necesario a cuestas, también con su propio saco de dormir y los utensilios necesarios para cocinar su comida. La organización tan solo reparte el agua. Lo que tampoco cambia es su forma de encarar la carrera. “No acudo con esa competitividad de otros corredores. No lo he hecho nunca y no lo haré ahora”, apunta este atleta que ejerce de maisu en la ikastola San Fidel de Gernika-Lumo. “El objetivo es acabar, pero con el paso de los años intento clasificarme en un puesto de arriba. Siempre digo que la carrera va poniendo a cada uno en su sitio”, recuerda, sobre un mantra que Urdaibai repite sin cesar. “De nada vale empezar a tope y caer en la tercera etapa”. Más, si cabe, teniendo en cuenta que pese a no ser la cita más dura del calendario internacional, la prueba mozambiqueña consta de tres maratones en sus tres últimas etapas. “Pero voy a disfrutar”, evidencia.

Con ayuda de Haglofs y Overstims, sus dos patrocinadores, Urdaibai ha podido completar la carrera antes de presentarse en la línea de meta de Mozambique, “a la que he llegado de casualidad pero la que tengo ganas de completar de la mejor forma posible”. Se trata de conseguir los fondos necesarios para costear unas competiciones atléticas que tienen un importante coste, especialmente por el alto precio de los trayectos de ida y vuelta desde su localidad natal. Aún así, se siente “un privilegiado, ya que la familia me lo permite y cada año puedo permitirme participar en una prueba. Puedo correr, que es lo que más me gusta. Conocer sitios increíbles, combinar deporte y aventura, vivir experiencias únicas”, concluye. “Solo por eso merece la pena”.