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El Bilbao Basket descarrila

Los ‘hombres de negro’, muy erráticos en defensa y sin criterio en ataque, empeoran sus constantes vitales, caen ante el Partizan y se complican muchísimo su futuro en la Eurocup

El Bilbao Basket descarrilaJuan Lazkano

BILBAO - El Bilbao Basket parece seguir empeñado en darse cabezazos contra la pared, en caminar por una senda que le lleva inequívocamente a la derrota. El Partizan, un equipo bisoño pero con las ideas y los roles perfectamente definidos, pescó ayer en Miribilla como siete días atrás lo hizo el Limoges, aprovechando que su rival le dio todas las facilidades posibles para creer que podía ganar. Los hombres de negro volvieron a encajar más de 90 puntos, perdonaron la vida al rival al ser incapaces de dar continuidad y sostenibilidad a las fases de la contienda en las que impusieron su criterio en cancha y, una vez más, acabaron claudicando en otro cuarto final para olvidar. En esos diez minutos finales, los de Carles Duran encajaron 30 puntos. El sábado, en la derrota liguera ante el Iberostar Tenerife, fueron 32. Algo ocurre ahí.

El conjunto vizcaino sigue cabalgando al son que le marca su acierto desde la distancia de tres puntos porque tiene recursos para muy poquito más. Sin interiores capacitados para anotar o generar ventajas desde el poste, salvo lo que saque Álex Mumbrú, sus ataques pasan a ser carruseles de triples que le disparan cuando hay acierto y le atascan cuando la bola se niega a entrar. Cuatro triples seguidos le catapultaron ayer a rentas de dobles dígitos en el tramo final del segundo acto pero muy poco provechoso se sacó de ello; otros dos seguidos de Lucio Redivo le sujetaron al marcador cuando los serbios despertaron tras el descanso, pero en los minutos finales la sucesión de tiros desde la larga distancia, el único recurso salvo el fantástico trabajo de Axel Hervelle en las distancia cortas (21 puntos) fue hasta grotesco. Por contra, el Partizan apenas tuvo que forzar nada para que su suministro de puntos creciera sin descanso: balones a Nigel Williams-Goss -brutal choque el protagonizado por el rookie salido de Gonzaga, con 27 puntos- y Patrick Miller para que entre los dos fundieran la endeble retaguardia bilbaina finalizando debajo del aro. Hasta Novica Velickovic encontró facilidades para dejar destellos (19 puntos, 8 rebotes) del jugadorazo que podría haber llegado a ser si las lesiones no se hubiesen cruzado por su camino.

Además, Duran volvió a apostar por Mumbrú y Hervelle como pareja interior en el acto final y, tal y como sucediera en Tenerife, la decisión acabó jugando a favor del rival. Con Mickell Gladness en barbecho para la Liga Endesa, donde este equipo se juega realmente el pan, entre Tim Kempton y Vasilije Vucetic solo jugaron 16 minutos. Es evidente que ahí existe un problema estructural, que ninguno de los dos está ahora mismo para envites de alto calado, pero la solución de tirar de los veteranos tampoco rinde beneficios. Con ellos en pista el rival volvió a dominar el rebote ofensivo, sumando muchas segundas oportunidades que acabaron siendo decisivas. Cuestión de físico y piernas. Además, el capitán no tuvo su día en el tiro, lo que no hizo que se hiciera a un lado, pues asumió más tiros que nadie, catorce, para meter cuatro. Por contra, el equipo sigue sin fabricar, a base de buenas circulaciones y bloqueos, situaciones continuadas para otros activos más entonados en el amanecer de este curso. Cuestión de jerarquías mal interpretadas.

Puntos y más puntos Desde el salto inicial quedó claro que iba a ser un partido de ataques. Tanto el Bilbao Basket como el Partizan encontraron ecosistemas para jugar con fluidez y fue la apuesta anfitriona la que se impuso primero merced a un arranque espídico de Hervelle y Todorovic. Los serbios, sin embargo, no perdían el rebufo. Entre Velickovic y Williams-Goss anotaban fácil, pero los de Duran movían la bola con solvencia, con Gladness, Hervelle y Deki colgándose del aro sin problemas. El 19-13 obligó a parar la contienda a Nikolic, que dio minutos al bisoño Pecarski, 17 años, que el chaval no desaprovechó. El primer cuarto se cerró con un 26-21 que, sin embargo, no tardó en voltear Williams-Goss con ocho puntos para disparar al Partizan (28-31) ante un rival que ofrecía demasiadas facilidades. Esos huecos los aprovechó también el cuadrado Miller para penetrar sin oposición mientras Kempton cometía tres faltas en seis minutos. Los de Duran reaccionaron desde la línea de 6,75. Abrió fuego Fischer, le siguió Tomàs y Todorovic se unió a la fiesta con otros dos misiles que dibujaron un parcial de 12-0 y un 44-35 en el marcador. Los anfitriones llegaron a tener rentas de dobles dígitos, pero desaprovecharon el último minuto previo al descanso para hurgar en la herida de los de Belgrado, que amagaban con patinar pero encontraron facilidades seguir vivos (49-42).

En la reanudación, la caraja de los últimos 60 segundos siguió. El Bilbao Basket compareció desnortado, sin filo en ataque y descosido en la retaguardia, cediendo rebotes ofensivos y encajando canastas sencillas. El Partizan encontró el ecosistema perfecto para pasar a dominar. Del 49-39 al 51-54. 2-15. Problemas. Redivo cortó la sangría y los anfitriones volvieron a mandar (68-63), pero el rival llegó entero a los diez minutos finales (68-66). De nuevo salió frío y estático el Bilbao Basket y de nuevo lo aprovechó el Partizan (68-73) con Velickovic campando a sus anchas y Miller y Williams-Goss fundiendo su zaga una y otra vez. Entre Redivo y, sobre todo, Hervelle sujetaron a los de Duran, pero todo era demasiado forzado. Por contra, los visitantes jugaban a lo que querían, a que sus americanos penetraran una y otra vez, aprovechando además su superioridad en el rebote ofensivo. El 85-86 daba esperanza, pero no hubo forma. Tiros libres errados, triples forzados, otros solitarios que no entraron, palmeos concedidos... Un caos absoluto aprovechado por el Partizan que deja al Bilbao Basket asomado a la puerta de salida de la Eurocup.