Bilbao Basket88
Hapoel Jerusalén96
RETABET BILBAO BASKET: Tabu (5), Mumbrú (8), Kempton (8), Tomàs (8), Todorovic (13) -cinco inicial- Fischer (7), Mendikote (0), Hammink (4), Mendia (1), Redivo (24), Salgado (0), Hervelle (0), Vucetic (10), Gladness (0),
HAPOEL JERUSALÉN: Dyson (14), Eliyahu (8), Ohayon (6), Howell (15), Jerrells (9) -cinco inicial- Mayor (5), Moskovitz (0), Daye (8), Halperin (7), Timor (11), Omic (13).
Parciales: 17-23, 35-44 (descanso), 53-67 y 88-96.
Árbitros: García González, Sacristán y Manuel. eliminaron a Daye.
Incidencias: Unos 2.000 espectadores en La Casilla en el partido solidario a favor de Vastes. Efrén Vázquez y Javier Conde presenciaron el partido en el palco.
bilbao - El RETAbet Bilbao Basket cerró su pretemporada con un balance igualado al sumar su tercera derrota ante el Hapoel Jerusalén. En el partido ante el bien armado equipo de Fotis Katsikaris, que de nuevo fue fuertemente ovacionado por la afición bilbaina, los hombres de negro volvieron a mostrar sus virtudes, explotadas por las características de sus jugadores, y también sus defectos, que solo con mucho trabajo y una gran condición física podrán ser disimuladas. El Hapoel es mejor libra por libra y el Bilbao Basket sufrió cuando el partido se llevó al cuerpo a cuerpo.
Nada que no se intuyera ni que no vaya a repetirse esta temporada, aunque habrá que intentar que no sea muy a menudo. Para eso ha llegado Mickell Gladness, que con solo unas pocas nociones del juego del equipo tuvo sus primeros minutos para quitarse el jet-lag, sobre todo. El pívot de Birmingham salió a la cancha a 1.54 del final del segundo cuarto y en su primera intervención cambió un par de tiros y recogió un rebote bajo el aro bilbaino. Es lo que se espera de él, ni más ni menos. En ataque, encontrará sus opciones, sobre todo si es capaz de interpretar correctamente el bloque y continuación hacia el aro y sabe jugar sin balón. Al final, tuvo otra ración de minutos hasta sumar casi cinco y dejar la impresión de que con él en cancha al menos hay cierta presencia interior.
Cuando el estadounidense apareció por primera vez, el Bilbao Basket había jugado sus peores minutos. De repente, todo se desajustó y el Hapoel logró un parcial de 2-19 que le puso en 29-42. Curiosamente, los de Duran habían firmado previamente otro parcial de 14-0 a caballo entre los dos primeros minutos gracias a la intensidad defensiva que imprimieron Fischer, Redivo y Hammink en la línea exterior. El conjunto israelí se vio sorprendido en ese rato en que los hombres de negro aceleraron el ritmo y se pusieron por delante (27-23) en la única ventaja que tuvieron en todo el partido.
El equipo de Jerusalén, aunque aún está construyendo el estilo que busca su entrenador, se mostró más cuajado a partir del desequilibrio que generaban sus exteriores. Con cinco jugadores de la selección de Israel y la desequilibrante pareja Jerrells-Dyson que se mantiene del curso anterior, es posible adelantar el trabajo y que las costuras no se vean. Katsikaris hacía coincidir en cancha a tres bases-escoltas al mismo tiempo y a la defensa bilbaina, falta de automatismos, le costaba llegar a las esquinas en cuanto era desbordada y los de la Ciudad Santa enlazaban tres pases.
parcial decisivo Así, pese a sus numerosas pérdidas de balón, el Hapoel mandó casi siempre en el marcador porque anotó con muy buenos porcentajes. Kempton y Vucetic, aunque pudieron sumar en ataque, sufrieron ante el poderío de Howell y Omic, algo que tampoco sorprendió. Otro parcial de 0-12 en el tercer cuarto elevó la renta de los visitantes hasta los 19 puntos (44-63) mientras el Bilbao Basket trataba de nuevo de organizarse en la sucesión de quintetos que planteaba Duran. El juego exterior fue la principal fuente de puntos porque el Hapoel trabajó duro sobre Mumbrú y el capitán apenas tuvo e balón en las manos. Kempton y Vucetic tuvieron unos minutos buenos, pero Redivo y Todorovic asumieron de nuevo mucho protagonismo. El argentino, cuya capacidad para meter puntos no se discute, destacó, además, por sus seis recuperaciones por lo que puede convertirse también en una interesante pieza defensa. El jugador bahiense es, sin embargo, un agitador, un jugador que saldrá del banquillo para revolucionar los partidos y necesitará alguien que le acompañe.
El resultado estaba decantado, pero los dos equipos se afanaron en mantener la tensión para aprovechar todos los minutos. El Bilbao Basket no bajó los brazos y, al menos, dejó la derrota por debajo de los diez puntos. Se sabía que este era un amistoso exigente y lo cierto es que vino para que todos vean dónde está el listón. También Gladness, que pese a que no es la primera vez que juega en Europa nunca ha estado a este nivel. Su nuevo equipo le necesita ya para la semana que viene en Fuenlabrada. Ahí se abrirá el fuego real.