BILBAO. En declaraciones a Radio Euskadi desde el campo base del Everest, donde hoy descansa tras pasar los últimos seis días equipando la montaña hasta los 7.800 metros, ha explicado que "llevamos una semana fuera trabajando duro, con mucha tensión y ahora toca descansar. Estamos en un punto optimista, somos un grupo reducido, con carencias pero las suplimos con pasión".
Tras el abandono de su compañero, el joven madrileño Carlos Rubio, Txikon ha encontrado en el grupo de ocho sherpas que le acompañan a dos, Norbu y Nori, que le han dicho que quieren ascender también al Everest invernal, lo que no estaba previsto. Esta ayuda beneficia el objetivo del alpinista vizcaino, ya que Norbu lo ha escalado siete veces en verano y Nori, tres.
Pese a ello, Txikon ha admitido que las posibilidades de éxito "son muy, muy reducidas. Hemos subido ya hasta los 7.800 metros, lo hemos equipado bien, pero tenemos muy pocas, está siendo muy duro y en mi caso llevo 15 días de trabajo, me estoy quedando como el espíritu de la golosina".
Finalmente, no ha concretado cuándo podrían atacar la cumbre, ya que "tenemos margen de maniobra". De hecho, han equipado mucho más rápido de lo previsto hasta los 7.800 metros, de manera que tienen varias semanas de margen para continuar la preparación de la montaña y el ataque a cumbre, que, como siempre, dependerá de que lo permita la climatología.