BILBAO - No eran los de ayer ni el rival -un Baskonia en clara inercia positiva- ni el escenario -un Buesa Arena en el que históricamente los resultados no acompañan- más propicios para que el RETAbet Bilbao Basket diera carpetazo a su importante socavón de juego y resultados y finalmente la lógica acabó imponiéndose en un choque de fuerzas en el que los hombres de negro, siempre a remolque, quisieron pero no pudieron. Los de Carles Duran, más enérgicos que en anteriores compromisos pero muy desacertados, se quedaron muy lejos de asaltar el feudo baskonista y dijeron definitivamente adiós a esa quimera que era clasificarse para la Copa ya que, además, el Morabanc Andorra resolvió con autoridad su compromiso ante el Betis Energía Plus.
Optar a dar la campanada a domicilio ante el Baskonia con un 35% en tiros de campo es, directamente, misión imposible y esa ineficacia ofensiva acabó pesando toneladas a la espalda de un equipo que funcionó a rachas, haciendo la goma pero siempre a merced del conjunto de Sito Alonso, que dio constantemente la sensación de tener la contienda perfectamente controlada, jugando en varias fases a medio gas con parte de sus neuronas pensando en futuros y más peliagudos compromisos. Además de los pobres niveles de acierto, los visitantes extraviaron un total del 18 balones, varios de ellos en momentos importantes del partido, y todo ello volvió a sacar a la luz las costuras de un grupo en el que solo Álex Mumbrú y Scott Bamforth anotaron en dobles dígitos, con 15 y 11 puntos respectivamente.
Los malos datos ofensivos acabaron difuminando la mejora defensiva de un Bilbao Basket que, al menos, en esta ocasión no regaló tantas bandejas como en los dos anteriores duelos. Pero esta vez la sentencia llegó desde la larga distancia, con un Baskonia que metió 11 de los 24 triples que lanzó, varios de ellos bien defendidos y en momentos desequilibrantes. Cuestión de calidad individual. Rodrigue Beaubois, con 21 puntos, fue especialmente dañino, bien secundado por Shane Larkin, Adam Hanga y un Jaka Blazic que engatilló, entre el final del tercer acto y el arranque del segundo, dos triples laterales que dieron rienda suelta al definitivo despegue alavés. Y es que justo antes los hombres de negro habían apurado sus escasísimas opciones de victoria acercándose hasta el 59-50 tras canasta de tres puntos de Ivan Buva, de más a menos ayer, pero una vez más su falta de sostenibilidad y la acumulación de errores les devolvió a la realidad. A la mencionada acción le siguió una antideportiva de Lapornik, una falta de ataque de Eric y dos pérdidas del esloveno y Sergio Llorente y el Baskonia no tardó en superar su pequeño bache.
Siempre a remolque El conjunto vizcaino compareció más serio que en anteriores compromisos en lo referente a la parcela defensiva, pero no fue capaz de anotar con sostenibilidad, lo que hizo que fueran los anfitriones los que llevaran de inicio la voz cantante en el luminoso al responder con un 10-0 al palmeo de Mumbrú que abrió el duelo. A los de Duran, con Eric poco atinado en las distancias cortas y los triplistas con el punto de mira desviado, les costaba sumar puntos a su casillero pero su buen trabajo de retaguardia les permitía no desengancharse de todo en el marcador. El horrible 3 de 17 en tiros de campo con el que acababa el acto inicial era una losa que pesaba toneladas, una mochila con la que resulta imposible intentar el asalto a un feudo de la solera del Buesa Arena. Esos diez minutos inaugurales acabaron con un 17-8 tras mate sobre la bocina de Voigtmann, desventaja que se fue hasta un peligroso 21-10 con la entrada en escena del siempre efervescente y punzante Beaubois. Sin embargo, el RETAbet Bilbao Basket encontró en Buva un faro al que fiar su rumbo. El poste croata ofreció soluciones desde el poste, ya fuera sumando faltas o puntos, e hizo un correcto trabajo en defensa, lo que unido a los buenos minutos de Borg y Lapornik permitió a los visitantes acercarse hasta el 21-17. Pero los de Sito Alonso tiraron de recursos y viendo que las vías de penetración hacia el aro acumulaban demasiados cuerpos por el camino decidieron percutir desde la larga distancia. Abrió fuego Bargnani desde la línea de 6,75, le siguieron dos torpedos de Voigtmann y otros tantos de Beaubois y el choque saltó por los aires con un parcial de 12-3 (39-23). Los hombres de negro intentaron responder con la misma moneda, pero los aciertos de Tabu y Bamforth se quedaron muy cortos como para seguir mirando de tú a tú al conjunto alavés.
Bastante tuvieron los visitantes con alcanzar el ecuador de la contienda sin caerse del todo del alambre (41-27). En la reanudación, el Bilbao Basket siguió haciendo la goma. Pegaban Voigtman y Tillie, respondían Mumbrú, Tabu y Bamforth. El choque iba ganando temperatura -Hervelle y Shengelia chocaron cabezas debajo del aro local aunque la cosa no pasó a mayores- y los visitantes pugnaban por bajar su desventaja de los diez puntos. Pero cuando finalmente lo consiguieron (59-50) carecieron de la solidez y sostenibilidad necesaria para ir más allá. Blazic, con dos triples laterales tras buenas defensas bilbainas, disparó definitivamente a los suyos y los de Sito Alonso jugaron el último cuarto a placer. Beaubois y Hanga acabaron entreteniendo a una afición baskonista que arrancó la tarde homenajeando a un mito como Pablo Prigioni y el Bilbao Basket trató de cerrar el duelo con la mayor dignidad posible, pensando en que su mejora, insuficiente ayer, debería darle beneficios en próximas citas.