AITZOL Atutxa completó una gesta para Bizkaia hace tres años, convirtiéndose en el primer aizkolari del territorio en imponerse en el Campeonato de Euskal Herria. Hasta ese momento, el triunfo había quedado vetado para los deportistas vizcainos. Ese triunfo en Beasain le introdujo en la pléyade del hacha con solo 26 años.
El curso pasado repitió, en Basauri, ante su gente, que le dio el aliento.
Este, en una apuesta arriesgada de los organizadores, el frontón Bizkaia quedó lleno de serrín por el suelo. Aitzol, joven pero sobradamente preparador, era un veterano en un deporte renovado, cuya final funcionó a las mil maravillas. La realidad es que la incertidumbre y el riesgo tuvo premio: el frontón de Miribilla vibró. Nuevos aires. Buenos vientos. Atutxa repitió por tercera vez. Lo que en 2014 fue sorpresa y en 2015, una confirmación; en Bilbao se transformó en puño de hierro.
Además, este mismo curso, Atutxa II logró el único título que le quedaba para tener el palmarés totalmente cerrado en la final de junio de la Urrezko Aizkora en Azpeitia.
Aitzol es un campeón de los pies a la cabeza y un hombre amable y con las ideas claras. Después de ganar el título Individual ante 2.000 personas y celebrarlo, se despertó a a las seis de la mañana para ir a currar. El tajo le esperaba. Aitzol, además, tiene dos niños y trata de sacar vida familiar por dónde puede. Las txapelas que le llegan son el premio al tesón, por ser un deportista especial, muy dotado, muy bien acompañado -su aita Kepa Atutxa, Armando Larrea, que ejerce como técnico, y sus allegados- y con conciencia obrera: héroe de a pie. Sin esfuerzo no hay premio.