Bilbao - Para los intereses continentales del RETAbet Bilbao Basket, las únicas noticias positivas de ayer llegaron desde territorio moscovita, con el triunfo del Khimki ante el Alba Berlín que le mantiene con respiración asistida en la Eurocup. Porque de lo acontecido en el Siemens Arena de Vilnius poco, muy poco, por no decir nada, bueno se puede decir de unos hombres de negro siempre a remolque de su rival, romos, empequeñecidos, blandos, absolutamente dominados. El Lietuvos Rytas puso ayer sobre la cancha más tensión, más deseo y más acierto y acabaron llevándose un triunfo sobre alfombra roja, indiscutible, tan sencillo de explicar como complicado de digerir para los de Carles Duran cuyo futuro europeo queda ahora pendiente de un hilo.

Salvo compases muy concretos del partido, el conjunto vizcaino viajó a la deriva, bailando al son impuesto por un conjunto lituano serio, concentrado, con las ideas claras y las ejecuciones más atinadas aún. Al Lietuvos le funcionaron los protagonistas (Logan, soberbio, acabó con 23 puntos, bien secundado por los 15 de Fisher) y también los actores de reparto (los 11 puntos y 16 rebotes de Gudaitis, la defensa de Jomantas...), mientras que en las filas vizcainas esta vez no hubo nadie capaz de poner arreglo a la mala tarde de Álex Mumbrú (uno de ocho en tiros de campo para una valoración de -6), al errático punto de mira de Scott Bamforth o a la escasa incidencia en el juego de Micheal Eric, con los mejores momentos de ambos llegando cuando el equipo caía ya por 20 puntos (75-55) en los cuatro minutos finales de la contienda. Y lo peor no es que los lituanos dominaran en las facetas brillantes, sino que se emplearon también con mayor ardor en aquellas que no dependen exclusivamente del tino, en las trincheras, llevándose la aplastante mayoría de los balones divididos, abrumando en el rebote -43 a 26 final a su favor, con 13 capturas ofensivas- y, en definitiva, dando la sensación de jugarse más en el envite.

El duelo se le torció al Bilbao Basket desde el salto inicial, ya que se abrió con dos triples de Logan, uno lejanísimo cuando acababa la posesión y otro con la mano de Borg delante de su cara. A los de Duran, demasiado estáticos y espesos, se les hizo un nudo a la hora de buscar la canasta, con muchos fallos desde la línea de 6,75 y sin apenas amenaza en las distancias cortas. Ello, unido a las dos faltas tempraneras de Mumbrú y Eric, proporcionó a los de Pacesas, bien plantados, un ecosistema inmejorable para adueñarse del partido. Los anfitriones, ayudados por dos minutos horribles de los vizcainos en los que acumularon dos pérdidas de balón y cuatro rebotes ofensivos concedidos, cerraron el primer acto con un contundente 21-9. Duran movió fichas y recurrió al quinteto que mejor estaba resultando últimamente cuando busca cortar las vías de suministro al rival, con Hervelle de cinco acompañado por Tabu, Lapornik, Todorovic y Nikolic. La apuesta resultó en primera instancia, pues el segundo cuarto se abrió con un 0-7 (21-16), pero la falta de consistencia en ataque, con más pérdidas y un par de airballs desde la distancia triple, permitió al Lietuvos volver a estirar su ventaja hasta los 14 puntos (33-19 a 6:30 del descanso). Pero el Bilbao Basket no perdió la compostura. Con Buva y Hervelle cerrando a cal y canto la pintura y Todorovic sacando a relucir su físico, los visitantes no solo ataron en corto a los lituanos, sino que de una vez por todas fluyeron en ataque para enlazar un parcial de 2-14 y acercarse en el marcador hasta el 35-33. Pero en los dos minutos finales del acto quizás faltó algo más de control, amarrar un luminoso que, visto lo visto, era un notable tesoro, lo que aprovecharon los locales para coger algo de aire al llegar al ecuador de la contienda (42-35).

Acercamiento y derrumbe A vuelta de vestuarios, el panorama parecía equilibrarse, con los visitantes disponiendo de un par de triples para nivelar la balanza. Un tiro libre de Borg a 4:53 de la conclusión del tercer acto estrechó el luminoso hasta el 47-45, pero Logan regresó a escena para, con dos triples seguidos, mantener el rumbo de los suyos. Por contra, los visitantes no tardaron en perder la compostura. Abusaron del triple -solo Hervelle estuvo acertado- para tratar de abortar el demarraje lituano y cada intento de conectar con Buva o Eric se saldó con pérdida, ya fuera por malos pases del emisor o por malas manos del receptor. Así, el Lietuvos conectó un 28-10 que colocaba el marcador en 75-55 a cuatro minutos del final. Eric y Bamforth encabezaron un intento de rebelión tan tardío como baldío (79-71), pero el 83-71 final fue tan justo como merecido.