EN el Iberdrola World Junior Championship los jugadores son los grandes protagonistas. Los focos apuntan a las estrellas del mañana del bádminton y desde todo el mundo se siguen los progresos de estos jóvenes. Sus nombres son los más repetidos en el Mundial, aunque nada de esto sería posible sin el trabajo de los cientos de personas que ejercen en la sombra. Cada uno cumpliendo su papel, desde los voluntarios, dispuestos a realizar diferentes tareas para cubrir las necesidades del momento, hasta la labor de los árbitros y los seleccionadores, indispensables para el buen funcionamiento del torneo. Todo desde el anonimato, sin esperar nada a cambio ni recibir el reconocimiento de los títulos. Su trabajo es pasión por el deporte y son vitales para que Bilbao conozca este deporte y pueda entender el entusiasmo que ellos ya sienten desde hace tiempo.

Más de 700 jugadores de 64 países forman parte del Iberdrola World Championship. Participantes de los cinco continentes en busca del gran cetro individual y esos cinco continentes también están representantes entre árbitros, técnicos y voluntarios. Es un torneo global, un crisol de culturas unido por el amor al bádminton. Países en los que se vive de manera muy diferente el juego del volante, desde las potencias asiáticas, acostumbradas a vivir estos torneos con pasión ya conocen cada uno de los detalles; a los lugares con menos tradición, que llegan a Bilbao entusiasmados por vivir esta experiencia, impensable en sus propios lugares de origen.

Uno de estos ejemplos es el argelino Benhamed Arafet. En su país el bádminton empieza a dar sus primeros pasos y cuando se hizo oficial la sede de Bilbao, Arafet no dudó en apuntarse como voluntario. “Soy jugador y árbitro, por eso decidí venir aquí para aprender más y vivir la experiencia”, explica. En Argelia apenas hay tradición por este deporte, sin embargo, en los últimos años se ha producido un paso adelante: “Es relativamente nuevo. Poco a poco va mejorando el bádminton y ya contamos con 25 clubes. En este campeonato tenemos participando a varios jugadores y a ver que tal lo hacen”.

diferentes realidades Aunque un importante núcleo de las personas que acuden a este evento desde diferentes partes del mundo no lo hacen únicamente por el mero amor al deporte, también lo hacen por trabajo. Entre ellos se encuentra la entrenadora coreana Ki Ji Hyun. Corea del Sur es una potencia en el mundo del bádminton, pero en este torneo no está cumpliendo con las expectativas. “Esperábamos sacar el oro en la competición por equipos y al final acabamos en novena posición”, cuenta la técnico. Y es que en el país coreano, el juego del volante es seguido con mucha atención y es uno de los más populares. Son expertos en conocer diferentes torneos y Ki Ji Hyun analiza el certamen bilbaino desde los ojos de una persona acostumbrada a vivir estos eventos con asiduidad: “Esta bien el torneo y la gente es muy agradable. Además se está haciendo en una ciudad que me está gustando, pequeña, pero muy bonita. Lo único malo es el cambio horario. En los primeros días se nos hizo un poco duro”.

En la misma labor, pero dentro de un ambiente muy diferente se encuentra Robbie Thackham. Este entrenador neozelandés vive el bádminton en un país donde el balón ovalado del rugby ejerce un monopolio sobre todos los demás deportes. “No es una práctica muy popular en Nueva Zelanda. En la zona de Oakland tenemos un número razonable de jugadores, pero necesitamos más para poder seguir creciendo”, argumenta el técnico, que se muestra satisfecho por el buen papel realizado por la selección oceánica en este torneo y espera que esta generación “pueda dar un buen nivel en un par de años”. Aun así, llegar aquí no ha sido fácil. Un viaje desde las antípodas para poder estar presentes en el Iberdrola World Junior Championship. “Nuestro viaje ha durado 32 horas y hemos llegado a estar 26 en el aire”, detalla Thackham.

En otro aspecto del juego se encuentra la peruana Bertha García. Ella nunca gana. Su labor es mantener la justicia en el juego y lo hace desde la silla del juez. En el Campeonato del Mundo, los partidos no paran de sucederse uno tras otro y los árbitros se ven obligados a estar concentrados durante mucho tiempo. “Estamos desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche, arbitrando unos diez partidos. Es duro, pero venimos preparados para eso. Enfocarnos en esos cuarenta minutos y luego descansar un poco para despertarnos y estar concentradísimos en el partido”, declara la jueza. Al igual que en gran parte del mundo, el bádminton está en auge en Perú, llegando a organizar el pasado Mundial juvenil. En este escenario, la propia García se ha convertido en histórica dentro del juego del volante peruano: “En el 2015 felizmente aprobé el examen de la BFF y quedé acreditada, convirtiéndome en la primera mujer árbitro de Suramérica”

labor en la sombra Asimismo, un torneo internacional de grandes dimensiones como el que se está disputando en Bilbao exige un gran desgaste de material y las raquetas, el arma de los jugadores, también lo sufre. En una esquina, en la sombra, y sin parar de trabajar se encuentran los encargados de ajustar los cordeles de las raquetas de los deportistas. El inglés Mark Lawrence es uno de ellos. “Es un trabajo de nunca acabar. Cuando piensas que has terminado, llegan nuevas raquetas para ajustar”, afirma este hombre que siempre ha estado relacionado con el bádminton y que lleva unos veinte años dedicándose a esta profesión. Una labor dura, pero también gratificante según cuenta: “Disfruto mucho. Me siento afortunado por hacer esto, viajar por el mundo y conocer a mucha gente. Además tengo la oportunidad, en este caso, de ver a las grandes estrellas del futuro”. Historias muy diferentes, llegadas desde los cinco continentes, que se unen para crear un torneo en el que los jugadores se llevan la fama, pero que sin personas como estas sería imposible de llevar a cabo.