Bilbao - Y a la quinta, el Dominion Bilbao Basket supo lo que es sentirse vencido en la Liga Endesa. En un duelo en el que fueron casi siempre a rebufo del Morabanc Andorra, luchando contra los dientes de sierra de su propio rendimiento, los hombres de negro se las arreglaron para llegar a los compases finales con la opción de alargar su ya histórico arranque de curso en la competición doméstica, pero una acción acabó decantando la balanza a favor de los anfitriones. Después de que una bandeja de Jonathan Tabu colocara la igualada a 81 puntos en el luminoso a falta de 25,3 segundos para el final, los de Carles Duran parecían dispuestos a defender el último ataque de los del Principado cuando, a nueve segundos del último bocinazo, Álex Mumbrú cometió una falta sobre Giorgi Shermadini sin que el georgiano tuviera en esos momentos el balón en sus manos. Los colegiados castigaron la acción con una antideportiva y ahí acabaron las opciones del cuadro vizcaino. El pívot no falló desde la línea de tiros libres; tampoco David Navarro en la siguiente acción, con los visitantes actuando ya a la desesperada.
Así fue la guinda amarga de un partido en el que a los hombres de negro les costó alcanzar sostenibilidad en su rendimiento. Jugaron a tirones, mezclando nubes y claros, y esa falta de regularidad acabó pesando ante un conjunto andorrano serio y más compacto en la noche de ayer. Los visitantes dependieron mucho de su acierto desde la línea de 6,75, de la que abusaron en varias fases del duelo porque en las distancias cortas les costó superar la envergadura y el físico de sus pares, y en su hoja de servicios pesaron también enormemente las 18 pérdidas de balón porque un buen puñado de ellas llegaron en momentos importantísimos -una de Albicy a Tabu a 1:19 del final- y en circunstancias totalmente evitables. A partir de los nueve primeros minutos, el Bilbao Basket vivió de hacer la goma y esta finalmente acabó por romperse. El Morabanc Andorra supo explotar sus virtudes y tapar con su potente batería interior su paupérrimo 16% en triples y, además, metió el dedo en la llaga en algunas de las carencias del rival, tales como el balance defensivo bilbaino, para conseguir canastas sencillas.
Y pese a sus carencias, el Bilbao Basket rozó con los dedos la victoria porque no le faltan recursos para plantar batalla en cualquier circunstancia. Cuando su desventaja llegó a ser de hasta doce puntos tiró de calidad ofensiva para retornar al partido y en los minutos finales fueron Scott Bamforth -seis de sus trece puntos llegaron en los dos minutos finales y aportó además ocho rebotes y seis asistencias-, Micheal Eric -14 puntos y 8 rechaces- y un Jonathan Tabu de menos a más los que lideraron la resistencia para equilibrar un marcador que señalaba un contundente 73-63 a 3:55 del final, pero esa última acción de Mumbrú, que seguro que dará lugar a todo tipo de reacciones e interpretaciones, acabó siendo decisiva.
ARRANQUE ELÉCTRICO El encuentro amaneció cargado de electricidad de la mano de dos equipos verticales y veloces que le ganaron la partida a las defensas rivales. Fue el Bilbao Basket el primero que cogió vuelo en el marcador merced a las penetraciones de Tobias Borg, aunque los anfitriones se sujetaron gracias a la potencia de Thanasis Antetokounmpo en las distancias cortas. Un triple de Bamforth abrió un interesante 11-16 favorable a los visitantes que, sin embargo, en ese momento perdieron el control de lo que acontecía en cancha. Los de Duran extraviaron el rumbo ofensivo con la entrada de la segunda unidad con Tabu al timón, cayeron en la precipitación, con demasiados triples fuera de guion, y el Andorra recogió el guante para, de la mano de un acertado Nacho Martín, cerrar el acto inaugural con un 22-19 a su favor. El inquilino del banquillo del Bilbao Basket tuvo que parar el partido nada más arrancar el segundo acto. Sus pupilos seguían sin asentar una correcta defensa, se veían constantemente superados en el uno contra uno, encajando así numerosas bandejas, y sus pérdidas de balón se sucedían. El parcial adverso se alargó hasta el 22-5 para colocar un más que peligroso 33-21 a 6:42 del descanso, pero los visitantes reaccionaron de la mano de Eric, Mumbrú y Borg para llegar al descanso sin desconectarse del partido (43-39).
Dos triples de Tabu y Hervelle en la reanudación de la contienda devolvieron el control del marcador a los hombres de negro (43-45), pero fue un espejismo. El Bilbao Basket abusó de la línea de 6,75 y a los de Peñarroya no les costó mucho trabajo volver a mandar en el partido. Los visitantes no perdían demasiada distancia, pero las pérdidas de balón, perfectamente castigadas por el rival, evitaban cualquier tipo de sostenibilidad en su rendimiento. El 61-56 al descanso no invitaba al optimismo y las cosas fueron todavía a peor, ya que Burjanadze, notable a lo largo de todo el partido, supo encontrar las flaquezas de la retaguardia bilbaina para colocar el 73-63 a 3:55 del final. Los de Duran, competitivos por naturaleza, no se rindieron. Entre Bamforth, Eric y Tabu lideraron la andanada final ante un Andorra al que se le alteraba el pulso según se acercaba el final. El 81-81 a 25 segundos del final dejaba un resquicio para el final feliz, pero la antideportiva señalada a Mumbrú finiquitó la contienda.