bilbao - Raúl López ve ahora el baloncesto desde la barrera. Después de dirigir durante muchos años a sus compañeros en la cancha, a partir de esta temporada será uno de los que tome las decisiones deportivas en los despachos del Bilbao Basket. “No ha sido una decisión fácil porque cuando acaba de jugar no tiene muy claro qué es lo que quiere hacer. Pero el club me ofreció esta labor y eso me permite seguir vinculado al Bilbao Basket y a una ciudad que me encanta. Estoy contento de poder ayudar”, explica poco después de tomar la dirección deportiva, un cargo que ahora el club ha separado de la labor del entrenador. De hecho, ya lo estrenó en el amistoso del pasado viernes ante el Zornotza, que Raúl siguió con tranquilidad al final del banquillo del Bilbao Basket, cerca de quienes fueron sus compañeros durante cinco temporadas.
El tránsito de la cancha a la vida sin las obligaciones que impone la actividad deportiva no ha sido complicada para Raúl López porque “jugué hasta que el cuerpo y la mente dijeron basta y ahora toca empezar con cosas distintas”. Ya en su despedida como jugador, descartó la posibilidad de coger la pizarra. “No estoy hecho para entrenar ni quiero hacerlo”, reitera. El paso que ha dado parece natural, en su caso, que es el que ha dado también este verano su compañero de generación Berni Rodríguez, que ocupa el mismo cargo en el nuevo Real Betis Energía Plus de Sevilla. “Estar con algo relacionado con el baloncesto va a ser bueno para mí porque es en lo que he estado toda la vida y en lo que más puedo aportar”, asegura Raúl López.
Sus nuevas funciones aún están por definir, pero el nuevo director deportivo del Bilbao Basket tiene claro que quiere “ayudar a Carles (Duran) todo lo posible y quitarle el mayor trabajo para que él pueda estar centrado en el equipo. Queremos que en este área todo vaya lo mejor posible”. En la nota que daba cuenta de su incorporación a la dirección deportiva, se decía que Raúl López también iba a ser el encargado de poner en marcha el proyecto de cantera del Bilbao Basket, algo que está aún es mantillas. “Hay un proyecto de cantera en el que todos tenemos mucha fe. El primer paso es tener la voluntad de hacerlo, pero vamos a necesitar ayudas para que pueda suceder”, explica.
Hasta esta temporada, Raúl López ha recibido ofertas y las ha sopesado antes de decidir. Ahora él tiene que hacerlas, construir argumentos para convencer a otros jugadores de que fichar por el equipo bilbaino es una buena decisión. Eso es lo que ha hecho este verano en el que se ha tenido que involucrar en ese proceso quizás antes de lo previsto porque hace solo tres meses que se estaba despidiendo de las canchas. La salida de Sito Alonso dejó al Bilbao Basket con un vacío de poder en lo deportivo y el club recurrió a la ascendencia y el respeto que se ha ganado Raúl López en los vestuarios de la Liga Endesa. “Las circunstancias del club este verano han sido un poco atípicas. Se me pidió ayudar y es lo que he hecho”, dice sin asomo de vanidad.
Esos fueron sus primeros pasos en el cargo y se ha dado cuenta de que “no es fácil intentar hacer un equipo. Hay gente que lleva muchos años y tienen mucha experiencia y es algo que, desde luego, no se aprende de un día para otro”. “Entre todos hemos hecho un buen trabajo porque creo que la plantilla es bonita”, asegura. Esos largos ratos de teléfono, de recibir respuestas positivas y seguramente también alguna negativa, le han llevado a Raúl López a tener “la sensación de que Bilbao sigue siendo una plaza atractiva porque la mayoría de los jugadores han querido estar aquí. Cada uno tendrá su manera de enfocar su carrera y sus razones, pero todos querían estar aquí ahora. Creo que es importante para el club, para la ciudad y para la afición que haya jugadores que quieran implicarse en esto”.
“Ahora hará falta suerte, pero estoy contento de cómo ha quedado la plantilla”, apunta un hombre al que no le han dejado que esté demasiado tiempo alejado del Bilbao Basket. Incluso ahora de paisano, Raúl López no deja de recibir peticiones de fotos y autógrafos. Quizás también pueda hacer magia en los despachos, que es lo que necesita el club.