Bilbao - Finalizó ayer el plazo de quince días que el consejo de administración del Bilbao Basket se autoimpuso el pasado 30 de mayo en junta extraordinaria para conseguir la línea de crédito de un millón de euros que aporte liquidez a sus arcas, viabilidad a su futuro y evite el peor de los escenarios, el concurso de acreedores que asoma amenazante por el horizonte, y el club sigue sin poder encontrar la entidad financiera que firme ese último paso que queda pendiente en el plan de viabilidad del conjunto de Miribilla. Muchas reuniones, infinidad de puertas tocadas, diversidad de alternativas planteadas, pero en lo contante y sonante nada de nada a día de hoy. Y no queda mucho tiempo para un cambio de escenario. Cuestión de horas. Los rectores del club se comprometieron con los empleados del club -jugadores, cuerpo técnico y personal de oficinas- a darles una respuesta definitiva sobre el futuro de la entidad de Miribilla en el día de hoy, mañana jueves a más tardar, por lo que para bien o para mal la resolución de este culebrón debería estar próxima.

En un escenario que cada vez se parece más al de aquellos meses agónicos de 2014 por taquicárdico y variable casi al minuto, porque lo que ahora parece ser negro al de media hora se torna gris clarito y viceversa, la realidad es que a horas de tener que tomar una decisión drástica para el futuro del club -o concurso de acreedores que significa pérdida de plaza en la Liga Endesa o inyección económica que, además, desbloquearía otros 600.000 euros de aportación de diversas empresas en la ampliación de capital- el club no tiene firmada ni la línea de crédito ni la continuidad de Dominion como patrocinador principal y nominal y pieza vital en la gestión del día a día del club.

Sobre lo primero, fuentes del club aseguran que hay mucho camino andado con tres entidades financieras distintas, pero que nada se termina de poner negro sobre blanco. “Nos dicen que están valorándolo pero nada se cierra del todo. Y nosotros necesitamos que algo se cierre ya”, afirman desde la planta noble del conjunto de Miribilla. Sobre lo segundo, Dominion ha cumplido con intachable pulcritud la relación contractual que firmó con el Bilbao Basket, que era por dos cursos, aunque de palabra, y públicamente en diversas entrevistas, responsables de la empresa aseguraron que permanecerían al lado del club durante los cinco años de duración del plan de viabilidad a no ser que apareciera en el camino otro patrocinador dispuesto a suplirle.

Uno de los problemas en esta situación agónica es que ambas vertientes están íntimamente ligadas. Evidentemente, resulta harto complicado que una entidad financiera proporcione una línea de crédito al Bilbao Basket sin Dominion respaldando el proyecto, ni Dominion encuentra sentido a seguir involucrado y pagando su acuerdo de esponsorización sin la existencia de una línea de crédito que, según el consejo de administración, es imprescindible para garantizar el futuro de este proyecto deportivo. Vamos, la pescadilla que se muerde la cola, aunque también está quien se pregunta dónde está el problema si la línea de crédito depende de que Dominion siga y si que siga Dominion depende de que haya línea de crédito. Pero las cosas no siempre son tan directas y acostumbra a haber actores de reparto involucrados.

Es el galimatías económico al que ha debido acostumbrarse el Bilbao Basket, otro argumento enrevesado al que, para bien o para mal, deberían quedarle horas para su resolución.