SI se puede ser segundo, por qué no optar a ser primero. Es el leit motiv de Zierbena en esta temporada. El inconformismo como actitud dominante. Siempre querer superarse a sí mismo e ir creciendo paso a paso. Está claro que la embarcación galipa no está entre los favoritos a colarse en la tanda de honor, pero su ambición no les permite tirar la toalla antes de tiempo ni dejar de luchar sin dar la última palada. Por segundo año consecutivo, Juan Zunzunegui será el entrenador y en la plantilla ha habido una revolución. Hasta catorce bajas con respecto a la temporada pasada han provocado que la tripulación sea completamente nueva, obligada a entenderse lo antes posible los unos con los otros para poder cumplir los objetivos. El primero de ellos es la permanencia, pero en ningún momento Zierbena mirará por el retrovisor, su reto será superar al siguiente adversario, sin importar que sea el undécimo o el primero.

Ante todo la ambición no puede ser un arma de doble filo. En Zierbena lo tienen claro y saben que para crecer hay que ir paso a paso. La exigencia desmedida tampoco es positiva. El club galipo tiene los pies en la tierra y haciendo que la propia tendencia del equipo sea la que marque el verdadero lugar en la Liga San Miguel. “Zierbena no aspira a estar arriba, esa es obligación de otros. Está claro que es muy difícil pasar de un décimo puesto a ganar la liga, pero sí que es posible estar en la pelea”, cuenta Juan Zunzunegui. El año pasado, la embarcación vizcaina bogó en la parte baja de la tabla y, a pesar de que no tuvo apuros reales para mantenerse, tampoco hubo opciones de abandonar la primera tanda. Por eso, el entrenador gallego quiere asegurar la categoría, aunque sin mirar en ningún momento por el retrovisor: “Lo primero que tenemos que hacer es lograr los puntos suficientes para no descender ni pasar apuros, ese es el planteamiento inicial. Aun así, si quedamos segundos no nos vamos a conformar y si empieza la liga y vamos primeros, no nos vamos a relajar diciendo que nos conformamos con ser sextos”.

Ahorrarse un gramo de fuerza no está dentro de la ideología de Zierbena este año. No quieren que quedarse con la sensación de haber podido dar un poquito más. El agua será el que les dicte dónde acabarán y la falta de ambición no parece que vaya a ser un problema. “Si salimos a ganar podemos acabar primeros o últimos, pero si pensamos que vamos a acabar cuartos, quedaremos el décimo o más atrás”, explica Zunzunegui. El entrenador gallego no entiende el remo sin la competición, ofrece el máximo dentro de sus posibilidades y quiere que el resto le acompañen. En esta ocasión, plantilla y entrenador van a una y las ansias competitivas de unos y otros están más que saciadas. “Esta actitud ambiciosa la permite el grupo por cómo entrena. A lo mejor el año pasado planteábamos esta agresividad y nos decían que estábamos colgados. Esta temporada la gente lo ha aceptado bien y se puede exigir ese plus para mejorar. No es una imposición, es algo que nos sale de natural”, declara el entrenador de la embarcación galipa.

Nadie se puede descuidar dentro de la ACT. Los primeros ya no son tan poderosos y la parte baja de la tabla no dudará cuando tenga la oportunidad de hincar el diente a un buen saco de puntos. El más pequeño despiste acarreará un buen mazazo en las aspiraciones del equipo implicado. En ese alambre se mueve Zierbena. Son un equipo hecho para pelear en la tabla baja, pero la igualdad reinante en la Liga San Miguel permite que hasta el más modesto pueda soñar con su momento de gloria. “Salvo los dos primeros, el resto puede quedar en cualquier posición. Hace unos años, un equipo de arriba si se despistaba acababa cuarto o quinto, ahora igual se hunde hasta el octavo. La cosa está más difícil de lo que igual se ve desde fuera”, detalla el entrenador del club vizcaino. Aun así, los despistes afectan a todos, desde el primero al último. En Zierbena son muy conscientes de que no todo será bonito, también vendrán mal dadas y algunos puntos se escaparán por fallos propios o cometidos por las circunstancias de la regata. “Hay que tener la cabeza preparada para encajar las hostias porque puede que por las calles, el tiempo... haciendo las cosas bien, tampoco salga. La ambición tiene que ser máxima, pero también la cabeza debe estar lista para pelear”, relata Zunzunegui.

La importancia del inicio Hasta ahora todo son quinielas. La igualdad es clara, pero el lugar exacto de cada trainera se decidirá cuando estén en el agua, lo de antes solo son especulaciones. Nadie sabe las verdaderas armas del vecino y muchos tienen su punto de mira puesto en la primera regata, la del 19 de junio en Sevilla. Pero en Zierbena los inicios se ven de otra manera. Saben que hasta ahora empezar bien es algo que no ha ido con ellos. Ir de menos a más se ha convertido en costumbre. “Casi nos lo tomamos a risa. Estamos tranquilos con la primera regata porque en los dos años siempre hemos quedado bastante atrás y luego hemos mejorado”, recuerda Zunzunegui. Además, el entrenador gallego no quiere ganar opciones antes de tiempo y considera igual de importante la primera regata como la quinta o la última: “Es importante comenzar bien, pero en la primera regata y en la última al primero le siguen dando 12 puntos. Conseguir buenas posiciones puede dar tranquilidad y tener la posibilidad de cometer errores en un futuro. Mas allá de ahí cada punto vale lo mismo”.

Aun así, Zierbena ya ha colocado la primera piedra de la temporada antes de comenzar. Los botes cortos le han ido bien y tras conquistar el Campeonato de España de Bateles, hoy optan a hacerse con el de Euskadi de trainerillas. “Estamos andando bien y estos resultados nos dan cierta tranquilidad, nos muestran que estamos haciendo las cosas bien. Además, no estamos perdiendo ninguna sesión de trainera por entrenar con el batel o la trainerilla”, cuenta Zunzunegui. Son resultados menores, que no cuentan a la hora de competir en la ACT, pero por los que todos los clubes luchan hasta la última palada. “Las banderas están en el club y van a quedarse ahí. Cualquiera cambiaría su batel o trainerilla por la nuestra y el que diga que no, miente. Prefiero tener botes cortos rápidos que lentos, porque eso hará que la trainera sea más rápida”, apostilla el gallego.

Zierbena solo piensa en la victoria, pero para llegar a esta ambiciosa actitud ha habido que realizar una revolución dentro de la plantilla. Remeros y entrenador no iban a una, cada uno tenía un punto de vista diferente y hubo que tomar una decisión drástica. “La tendencia que llevaba el equipo era negativa y se planteó hacer una reestructuración. Yo mismo me planteé que si el problema era el entrenador, se podía cambiar, porque para mí el club está por encima de los remeros, la directivo y de todo. Zierbena como entidad tiene que ser lo máximo”, explica el gallego. No fue una temporada sencilla para Zunzunegui. La tensión entre el entrenador y un grupo importante de remeros repercutieron en el rendimiento de la embarcación galipa. “Había gente que no confiaba en el proyecto, en el entrenador o que no estaba a gusto en el club. Algunos no se implicaron cómo tenían que hacerlo y torpedearon el proyecto”, afirma el técnico, que opina que hubo cosas “raras” en alguna regata: “Empezamos mal, fuimos a Galicia y logramos un sexto puesto. Parecía que la temporada estaba encaminada, pero tocó San Pedro e hicimos una regata malísima, todo con el mismo equipo. Esas cosas no son normales y seré muy tonto o no, pero no me chupo el dedo”.

Este año las cosas son diferentes. El equipo está unido y “sin ese lastre esperemos que las cosas vayan mejor”. Hasta ahora se respira un ambiente de cordialidad y tanto remeros como entrenador van en la misma dirección. “Hay una dinámica muy buena. El grupo está trabajando bien a pesar de no conocerse la mayoría entre ellos. Estamos muy a gusto y es raro que salga un día malo de entrenamiento. Todo esto al final se nota”, cuenta Zunzunegui. La remodelación galipa ha estado centrada en buscar canteranos y propios. Innumerables llamadas a gente que había dejado de remar y hubo que convencerle para volver. Ese esfuerzo ha dado resultado y el entrenador gallego se ha encontrado con una cuadrilla llena de propios y que no depende de los canteranos: “El año pasado no había propios, solo canteranos y que no estaban muy implicados. Este año tenemos cinco o seis canteranos y seis o siete propios. Es una plantilla mucho más larga, más compensada y que nos permitirá hacer más rotaciones”.

Ha sido un reinicio en todo para Zierbena, hasta en los propios canteranos. Desde el club han optado por descartar a muchos de los que estaban y apostar por algunos que “no estaban valorados y probablemente tengan más calidad de la que ellos mismos creen”. Pero desde el club galipo no quieren quedarse ahí y quieren que sus remeros salidos de categorías inferiores aumenten. “El club está por la labor de trabajar con categorías inferiores. En Zierbena hay de todo y solo falta que haya cuatro colegios en el pueblo para que llegaran muchos infantiles cada año”, concluye Zunzunegui.

Juan Zunzunegui

Marcos AlonsoPatrón

Iker GimenoNo propio

Sergio AlboPropio

Iván AparicioCanterano

Iago DávilaCanterano

Josu ElizondoCanterano

Markel ElorzaCanterano

Ignacio FernándezCanterano

Álvaro GallegoPropio

Asier HernándezCanterano

Mario HernandoNo propio

David IglesiasNo propio

Sergio MontenegroPropio

Andrés PeñaNo propio

Andoni PeñaNo propio

David PérezNo propio

Jaime RíosPropio

Eladio SánchezPropio

Alberto VidalNo propio

Luis Miguel VillarNo propio

Juan ZunzuneguiNo propio