EL barro no hace distinciones. Se adhiere a los poros de todo ser viviente que osa tomar contacto con él. No se libran de su pringoso abrazo ni curtidos deportistas, ni pollos, ni bailarinas, ni piratas, ni súper héroes, ni Espinete, ni la cuadrilla de los Power Rangers. Todos ellos y muchos más probaron las hieles y la gloria de la Eternal Running Invencible, una prueba de carácter internacional, que tras recalar en países de todo el mundo, se celebró ayer en Loiu. Un total de 5.312 participantes se inscribieron en esta edición de la competición de obstáculos que ha contado con el patrocinio de DEIA. La cita combina desafío y diversión. Mientras muchos se batieron el cobre para lograr una buena marca, otros se lanzaban al circuito disfrazados con la intención de divertirse huyendo de la dictadura del cronómetro.
Además de participantes de diversas partes del Estado, compitieron deportistas procedentes de Italia, Portugal, Inglaterra, Colombia, Australia, Argentina... “Es gente que nos sigue por todo el planeta”, explicó a pie de prueba Rubén López, director general del circuito mundial Eternal Running. López se mostraba satisfecho de cómo había transcurrido todo. “A nivel organizativo es un evento complicado”, resaltaba, poniendo el acento en que ayer los participantes tuvieron que superar un recorrido de 11,5 km y 80 obstáculos.
Fue Roberto Garay, de Sopela, el que logró el primer puesto de la general masculina, con un tiempo de 56,58 minutos. Y eso a pesar de que comenzó la prueba con un minuto de penalización. En la categoría femenina de la general, la ganadora fue Eguzkiñe Aspiazu, de Barakaldo, con un tiempo de 1 hora y 22 minutos. Ellos se hicieron con las mejores marcas. Pero otros miles fueron llegando detrás con el cuerpo roto, la ropa enterrada en fango y con ese rostro pletórico y feliz que es patrimonio de los invencibles, de los que logran llegar a meta tras superar zanjas, hoyos de agua helada, alambradas, un camión de fardos, una piscina de espuma, un tramo de montaña...
Entre las muchas cuadrillas participantes estaba la de Denis Pomposo, alias Pompi, que acudió acompañado de Pollo, Txispín, Tris y Katu, todos ellos lezamarras. Estos habituales de la mountain bike participaban por primera vez en una Eternal Running y acudieron a Loiu con pelucas y tutús de bailarina. “¡Venimos a pasarlo bien y a reírnos hasta morir!”. Con ese grito de guerra iniciaba la carrera la cuadrilla de Rubén Espinosa. Acudieron vestidos de Power Rangers desde Ortuella, Lemoa y Barcelona. Y el mismo espíritu alegre y combativo traía el grupo de David Oliver, de Barakaldo, Sestao, Basauri y Valladolid. Eder Lozano acudió con sus amigos, de Galdakao, Bedia y Bilbao. “Queremos divertirnos y... ¡Terminar sin lesiones!”, exclamaban riendo.
La carrera concluyó con la entrega de los muchos premios y una paellada para los deportistas. La Eternal Running estará el día 17 en Tarragona para ir luego a Tanzania, Jaén, Girona, Zaragoza, Alicante, y saltar a Australia, Chicago, Chile... El 29 de mayo llegará a Astigarraga y el 22 de octubre, a Galdakao. Que los gloriosos invencibles saquen las agendas.