MIKEL Larunbe (Galdakao, 1993) inicia mañana en el frontón de Labastida el Parejas de Segunda. El zaguero vizcaino fue finalista el curso pasado junto a Jorge Rico en un campeonato “que tuvo de todo”, y se estrellaron en la final frente a Erik Jaka y Xabier Tolosa (17-22). Casualidades de la vida, estrenará el torneo ante el guardaespaldas de Anoeta. Aclara, entre risas, que “no se trata de una revancha, para eso tendrían que estar Rico y Jaka”. El galdakoztarra recuerda aquella jornada “porque fue un día bonito, es lo que se me quedó. Perdimos, pero lo que recuerdo es que fue un gran día. Eso se queda por encima de la rabia que puedas tener por perder”.
Enterrada aquella tarde del Labrit de Iruñea, Larunbe tiene por delante una nueva opción de ascender hasta la lana. Busca su segunda final y su primera txapela. “Es un campeonato corto y no hay apenas margen de error, pero mi primer objetivo es hacer buenos partidos y tratar de disfrutar en la cancha”, asiente. Jugará con Asier Agirre, que no podrá volver a las canchas esta jornada. El puntillero de Arrotxapea lleva desde el Cuatro y Medio de Segunda fuera de combate por una rotura en el escafoides del brazo izquierdo. “No hemos jugado nunca juntos. Asier ha tenido mala suerte desde que debutó en junio, ha sufrido varias lesiones y ha jugado poco”, confiesa el zaguero vizcaino.
Con el calendario en la mano, Mikel no encuentra favoritos entre las seis parejas en liza (Darío-Tolosa, Mendizabal III-Erostarbe, Elordi-Irusta, Tainta-Ladis Galarza, Arteaga II-Imaz y Agirre-Larunbe). “Son cinco partidos en los que hay que dar todo. Atrás, Tolosa e Irusta andan bien y Mendizabal, como delantero, está más experimentado que el resto. Pueden marcar diferencias, pero a priori está todo compensado”, concreta. Así las cosas, aunque alude a la experiencia del zurdo de Antzuola, la suya, con una final a cuestas, es importante. “Al tener el año pasado de todo, con un campeonato de menos a más, aprendes a llevar situaciones tensas. El saber estar te lo dan esas cosas, pero queda mucho por aprender”, agrega Larunbe. Además, el zaguero vivió un momento delicado con una taquicardia en un encuentro en Arnedo. No le impidió seguir en competición, pero tuvo que operarse. “Es algo que he olvidado desde el primer día. No ha tenido más problemas en el corazón”, desbroza Mikel, quien apostilla que “sabía que no era nada del otro mundo y no le di importancia. Confío en los médicos”. Tardó diez días en volver a hacer actividad física y “una semana después” se entrenaba con total normalidad.
De cara a afrontar el Parejas de Segunda, Mikel asegura que, a pesar de que no está “ganando” partidos, se está viendo con la mano derecha “más fresca”. “A final de año, me veía sin chispa. He seguido entrenando como siempre”, asevera el manista, que añade que “el viernes tendré que trabajar mucho contra Tolosa para abrir huecos a Olaetxea, porque Gorka no regala nada. Sé que tengo que hacer muy bien las cosas. Son peligrosos”. El lizartzarra sustituirá a Agirre y el ezcarayense, a Darío.