ONDARROA - Alejandro Astaburuaga tenía partido en Donostia y se levantó pronto, como casi siempre cuando tiene partido, aunque al mirar por su ventana percibió extrañado que no iba a ser un día normal. El viento azotaba con fuerza en Eibar, por lo que en Zubieta estaba asegurada la presencia del hijo de Eolo. Siempre un mal compañero para el fútbol. “A la mañana, cuando vi el tiempo que hacía? A mí me da igual que llueva, granice o nieve, pero el viento en una zona así, en Zubieta, en el campo 7, en el más alto de todos... Ha sido una locura para el portero”, relata Alejandro Astaburuaga, principal protagonista del partido entre el Berio y el Aurrera de Ondarroa que se disputó el domingo.

En medio de un verdadero vendaval, el partido se volvió loco. El Berio se adelantó por dos veces y en solo diez minutos el Aurrera consiguió marcharse al descanso con un marcador de 2-3, el tercero obra del portero Alejandro. “Fue un pase de Iraitz que me cedió el balón para yo buscara a Borja Luis. El golpeo es largo, se pasa de largo, el balón bota y se mete en la portería. Es una situación extraña. Además, en ese momento le dábamos la vuelta al partido y nos marchamos a vestuarios muy contentos, la verdad. Es la primera vez que me pasa, a casi ningún portero le ocurre esto. Alguna vez ya he ido a rematar un córner y en juveniles marque un gol, pero de penalti. En juego, nunca”, comenta el guardameta goleador por un día.

Pero no iba resultar un día redondo para Alejandro. Ya lo había notado a primera hora de la mañana. Ese viento que revoloteaba por la población armera descubría extrañas sensaciones. “Luego vino la vuelta. Se veía que podía caer el triunfo para cualquier lado. Era un partido loco; muy, muy loco, de los más difíciles que me ha tocado jugar, sin duda. A los cinco minutos se veía que achuchábamos con nada, con dos golpeos, pero hubo vuelta. Tras el descanso, ocurrió lo que nos había pasado a nosotros antes. Igual, igual”, cuenta el portero que vio cómo el partido acababa 5-4.

Así que el Aurrera, tras lograr marcar fuera de Zaldupe cuatro goles (uno del portero y otro de Arufe olímpico), otra vez se marchó de vacío. Y eso que los costeros, todavía colistas, han conseguido cortar su mala racha con el cambio de entrenador. Ahora suman diez puntos de los 18 últimos en juego. “La plantilla es la misma, ahí, no hay cambios. Sí que hay más dinamismo en los entrenamientos y son algo más cortos. La gente está más fresca de coco, con más chispa. No es nada físico, ni táctico, pero estamos más enchufados”, revela. El Aurrera, con tres guardametas esta temporada, sigue siendo el equipo más goleado del grupo, además con bastante diferencia. Ha recibido 46 goles en toda la primera vuelta. “La salvación está complicada. Ya sabemos que a falta de diez jornadas no va a llegar. Pero el cambio ha sido muy bueno. Ahora es más posible que hace dos meses, pero hay que trabajar mucho”, dice.

Astaburuaga, a sus 23 años, se formó en el Eibar hasta juveniles. Dos años militó en el Lezama Sport, después marchó al Eibartarrak y esta es su segunda temporada en Ondarroa. El domingo jugará en Compañón contra el Alavés, buscando volver a ser goleador por otro día. - J. C. Grande