DONOSTIA. Los concejales del PNV, PSE-EE, EH Bildu y PP han votado a favor de la aprobación definitiva de este plan especial de ordenación urbana, al que se han opuesto únicamente los dos ediles de Irabazi, partido que había planteado cinco enmiendas que han sido rechazadas.

Las obras de la reforma del estadio serán acometidas por la sociedad pública Anoeta Kiroldegia, de la que depende la instalación, aunque el proyecto ha sido auspiciado por la Real Sociedad, club que costeará la mayor parte de los trabajos.

El Ayuntamiento, tal y como recoge el acuerdo alcanzado por los cuatro partidos que impulsan la reforma, no aportará cantidad económica alguna a la reforma, para la que el Gobierno vasco ha comprometido 10 millones de euros.

La Real Sociedad, en su última Junta de Accionistas, acordó destinar más de 30 millones a sufragar la remodelación del estadio, del que es el principal usuario.

Además, el club llegó a un acuerdo con su patrocinador chino Qbao para que se hiciera cargo de parte de la financiación de la reforma.

El plan aprobado prevé modificar la edificabilidad en el estadio para acometer unas obras que implicarán, fundamentalmente, eliminar las pistas de atletismo y crear 11.000 asientos más, mucho más cerca del césped, hasta lograr un aforo cercano a los 44.000 espectadores.

Además, el proyecto implica reformar también el miniestadio de atletismo para ejecutar un "reajuste del actual anillo perimetral para hacerlo de una longitud de 500 metros y simétrico".

También se ampliará en 850 asientos el graderío de esta instalación destinada al atletismo, de la que también se reformará su cubierta.

Los cuatro grupos que han aprobado el plan firmaron ayer un comunicado conjunto en el que aseguraron que la remodelación "es de interés para el conjunto de la ciudad" ya que, "en el caso del estadio, se mejora notablemente la visibilidad de los espectadores, se incrementa la seguridad, se alcanza un aforo que permite albergar competiciones internacionales y se adapta, además, a otros requisitos de la UEFA".

Asimismo, "se resuelven los problemas de accesibilidad", además de "contar con las dimensiones necesarias para la práctica del rugby y mantener y mejorar" los equipamientos diferentes del recinto deportivo, en particular la casa de cultura.

Además, "en el caso del miniestadio, se amplía el graderío existente y bajo el mismo se habilitan una serie de servicios deportivos -entre otros un módulo de calentamiento y un gimnasio-, se modifica el anillo perimetral y se remodela el diseño de la pista actual cumpliendo las exigencias de la IAFF para ser homologado como clase II", sostienen PNV, PSE-EE, PP y EH Bildu.