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Con Gago y Lejarraga de arietes, el boxeo vizcaino reverdece laureles

La velada del 19, ineludible

Con Gago y Lejarraga de arietes, el boxeo vizcaino reverdece laurelesJose Mari Martínez

Bilbao - Como las cosas que realmente se valoran en la vida, al boxeo también le costó regresar. Si fuera argentino, le harían un tango, le hubiera cantado un imitador de Gardel en la rúa y sonaría como aquel de los veinte años, que dicen que no son nada, aunque suenan a eternidad y pasan volando. Sobre todo, porque el tictac es relativo, se moldea según el protagonista, se endurece, se contrae o desaparece. Al destino le gustan los caminos raros.

Sin canciones, sin música ni bailes, agarrados al sol del verano del hemisferio sur, tuvo que esperar el boxeo vizcaino. Frío. Helado. Varado. El tiempo, largo, le quitó el hipo a las doce cuerdas y le secó la boca a los cantantes. Sí. Veinte años es una barbaridad. Y treinta, más todavía. Pero, como el reloj se puede exprimir para uso privado, ya lo pintó Dalí, el minutero también. Una vida entre dos hitos. O un segundo.

Porque pasó desde que Andoni Amaña, al que le pone en su DNI Antonio Sáez y nació en Galiuste, un pueblo de Salamanca de menos de quinientos habitantes, que en 1950 tenía el triple, la friolera de 29 años hasta Andoni Gago. Mientras tanto: la aridez, paseos en el desierto, búsqueda de tesoros. Pero nada. Casi treinta años pasaron desde que se coronara Amaña, que se apellida como un barrio de Eibar del que es otro deportista legendario, don Miguel Gallastegi, zaguero mítico de la pelota a mano de leyenda con aroma a humedad y a fotografía amarilla, y trajera a Bizkaia el último título estatal del boxeo. El Machito, peso pluma, recuperó el cinturón el 2 de agosto de 2014 en Benalmádena ante Antonio Rodríguez, Chicky.

En La Casilla, en Bilbao, puso en liza otra vez su título de manera personal. Resistió. Ganó. Aquel día se vio las caras con Amaña después del combate. En el cruce de miradas entre Gago, con la ikurriña, y Amaña chisporrotearon las tres décadas de boxeo vizcaino que van del uno al otro.

Cuenta Txutxi del Valle, entrenador de Gago y Lejarraga y promotor, que es más que probable que el verdor haya regresado. El otoño y el invierno quedaron atrás: la hojarasca, los rastrillos, la sal en las carreteras, montañas en las cunetas... El quitanieves fue Gago y su imparable revolución. El de Otxarkoaga, imparable en su ascenso, tipo de vísceras y pulmones arrebolados, lo ha demostrado todo en el boxeo estatal. Caer, ganar, boxear, sudar. Oxígeno. “Quizás estemos hablando de que Bilbao en importancia se ha convertido en la capital del boxeo. En la última velada en La Casilla tuvimos una gran respuesta y eso es muy importante”, explica el preparador bilbaino, quien califica de “actores principales” a los suyos, a los pupilos. De la piel de acero, de la sonrisa de tiburón, de Andoni, de Kerman Lejarraga, de Jon Fernández, comenzó la ascensión.

En la actualidad han aumentado participantes, púgiles que no pelean y entrenan, el nivel, la afición y los gimnasios. No solo en Bizkaia, donde hay variedad y talla; también en Gipuzkoa, donde en la zona de Donostialdea ha emergido un nuevo Dorado.

“Estamos notando que la gente se está volcando, que el boxeo deja de ser tan minoritario. Es un deporte que a través de sus figuras está creciendo”, manifiesta el técnico del Mampo Gym de Zorrotzaurre. El día 19 de diciembre peleará Lejarraga en el frontón Bizkaia de Bilbao, que tiene una capacidad de 4.000 personas, ante el danés Kim Poulsen. Es el paso hacia Europa. Una catapulta. Y todo un reto para operadora que comanda Del Valle: MGZ, en la que será su segunda velada. “Creo que Bilbao se ha convertido en la capital del boxeo en el Estado. Desde hace quince o veinte años, quitando cuando Javi Castillejo salió campeón del mundo con Madrid, Bilbao ha superado todos los récords. Junto a Madrid y a Barcelona es uno de los sitios más potentes”, argumenta el técnico, quien agrega que “el boom Gago ha ayudado bastante. Ahora, Kerman está ahí, luchando por estar en los primeros puestos europeos”. “Cuando yo peleaba en 2006 o 2007 igual había tres veladas de boxeo amateur al año. Ahora, hay hasta diez u once de boxeo profesional. Estamos en buenas cifras”, evoca el entrenador. Lejarraga, protagonista, concuerda en que “es fundamental la labor de los entrenadores que se han implicado y en los que han abierto gimnasios. Cada día ves más expectación en la gente, que ve que es un deporte muy bonito”. También el crecimiento se ha dado en la práctica femenina, que ha aumentado. “En Mampo Gym cada día vemos a más chicas interesadas en el boxeo”, finaliza Del Valle.