Serbia64
Lituania67
SERBIA: Teodosic (16), Kuzmic (0), Bjelica (10), Markovic (7) y Kalinic (2) -cinco inicial-, Simonovic (0), Bogdanovic (9), Nedovic (6), Milosavljevic (0), Raduljica (10) y Erceg (4).
LITUANIA: Kalnietis (12), Maciulis (9), Seibutis (13), Jankunas (2) y Valanciunas (15) -cinco inicial-, Kavaliauskas (0), Kuzminskas (13) y Milaknis (3).
Parciales: 17-22, 34-35 (descanso), 43-48 y 64-67.
Árbitros: Pérez, Latisevs y Mogulkoc. Eliminaron a Bjelica.
Incidencias: 20.042 espectadores en el Estadio Pierre Mauroy de Lille.
bilbao - Lituania, ese país que ama profundamente el baloncesto, está de nuevo en la final del Eurobasket. Como en 2013, cuando perdió contra Francia. Como en 2003, cuando se impuso a España, su rival de nuevo mañana. Como en 1937 y 1939, en los albores del torneo y antes de ser integrados en el estado soviético. Y también como en 1995 cuando, de nuevo independientes, lograron su primera medalla, una plata, tras ceder en la final ante Yugoslavia. Arvydas Sabonis -su hijo Domantas está en esta plantilla lituana- vio desde la grada como sus sucesores tumbaban a Serbia, también heredera de aquella selección que lideraba Sasha Djordjevic, ayer vencido en el banquillo de un equipo que fue a jugar su peor partido en el día en que todos le daban favorito y sumó su primera derrota.
Es lo que tiene el deporte, que no perdona debilidades y Serbia fue ayer débil. Lituania siempre le ha tenido ganas y, así, se planteó un partido de altísimo nivel de contacto, caótico la mayor parte del tiempo y resuelto en acciones cercanas al azar. La defensa fue lo que mantuvo en el partido a los verdes, que se llevaron el partido pese a meter solo dos triples y cometer 20 pérdidas de balón. Pero su labor en la contención cortó la fluidez del ataque de Serbia, cuyos referentes Teodosic, Bjelica y Raduljica quedaron desconectados y reducidos a jugadas aisladas.
Así, Lituania dominó casi hasta el descanso, incluso por encima de los diez puntos, cuando los balcánicos engancharon tres minutos de su mejor juego para evitar males mayores. En la segunda mitad, Serbia tuvo sus opciones, se puso por delante en un par de ocasiones, aunque los lituanos, en contra de su fama, fueron duros mentalmente, no dejaron de fajarse y provocaron una creciente ansiedad en los de Djordjevic en un tramo final trufado de pésimas selecciones de tiro por los dos bandos. Al final, la sangre fría del ex del Bilbao Basket Ronie Seibutis desde los tiros libres permitió sumar puntos fáciles ante la desesperación de Serbia, que tuvo que rumiar su derrota cuando ya atisbaba la final ante su rival preferido.