bilbao - Desde 2003 no se encontraba Aspe en esta tesitura. Aquel curso, en la final del Manomanista se encontraban Aimar Olaizola y Patxi Ruiz y la acabaría ganando el zaguero de Lizarra, coronándose como el último guardaespaldas en conseguir ese cetro después de que lo hicieran Abel Barriola y Rubén Beloki. Ruiz fue el último en vestir el colorado todo el curso, el último zaguero manomanista campeón. Pues bien, fue en esa final en la que la empresa de Eibar no consiguió colocar a ninguno de sus pelotaris en liza. Con la irrupción de Juan Martínez de Irujo, el crecimiento de Yves Xala, la perpetua presencia de Abel Barriola y la inesperada pero merecida de Julen Retegi, los rectores de la empresa guipuzcoana siempre habían encontrado el camino a la pelea por la txapela. Con mayor éxito o con menos. Pero, este curso, la situación se ha dado la vuelta. Tampoco en el Parejas tuvieron suerte e, incluso, uno de sus manistas, Aitor Zubieta, jugó la final con la camiseta de Asegarce, cedido para el campeonato.
En esta lid, valoran desde la empresa que “la lectura del campeonato no puede ser positiva porque no hemos conseguido meter pelotaris en la final, por supuesto”. Y además, apelan a la “falta de suerte” de un Martínez de Irujo que, siendo el campeón y con dos meses para preparar su intento de reválida, sufrió una semana antes de la semifinal una rotura de fibras en el sóleo de la pierna derecha que “sin duda” afectó a su participación. “Muchas veces también hay que apelar a la suerte para este tipo de cosas. Está claro que todos los contrarios juegan, pero con Juan ha sido así. Igual que en el Parejas. No ha podido ser”, certifican desde la operadora manista. Asimismo, tal y como apostillan, “cuando no se llega a una final, la valoración no puede ser buena, pero hay mimbres interesantes. Hay que ser optimistas, sin lugar a dudas”. “En líneas generales, se ha jugado a gran nivel. El colofón hubiera sido la clasificación de Martínez de Irujo, que había preparado el Manomanista mejor que nunca. Estaba con juego y físicamente muy afinado. La mala suerte le jugó una mala pasada”, concretan los rectores de la empresa de Eibar.
Quizás el punto más positivo provenga de los pelotaris más bisoños. Jokin Altuna y Beñat Rezusta, en su primera participación, llegaron a cuartos de final, al igual que Jon Jaunarena, que necesitaba dar un golpe en la mesa. Joseba Ezkurdia, por su parte, quedó eliminado en octavos por Oinatz Bengoetxea, finalista, en un final de partido espinoso con el sexto descanso del leitzarra crepitando. Revelan que “los jóvenes han dado un resultado muy bueno y, si sumamos que Irujo todavía tiene unos cuantos años de correa, el futuro está asegurado. El siguiente será otro año. Ahí también tenemos a Irribarria, que es probable que el próximo año juegue en Primera”. Asimismo, la baja de Zabaleta ha sido una bala menos. “José Javier dentro de los zagueros tiene que ser de los que estén peleando. Tiene cualidades. Ahora está con una lesión de tobillo y tiene que recuperarse. Rezusta ha hecho un papel muy bueno y Jaunarena, también, aunque perdió fácil su último partido”, mantienen. El leitzarra tenía que buscar su sitio y lo ha encontrado: “La especialidad de Jon son las peleas individuales. Por parejas está quizás más estancado, pero es todavía un chaval. Tiene solo 23 años. Tiene trazas para el mano a mano”.
La gran sorpresa ha sido Jokin Altuna. “No lleva ni un año como profesional y en el mano a mano, en el que no es especialista pero es muy listo, se ha metido en cuartos y perdió contra Aimar. Tiene solo 19 años y su papel ha sido más que bueno”.